Entre La Niebla / Muichirô X Tu -Terminada-

encuentrala

"Querida hija...no sabes la dicha que siento al verte de nuevo.

Le pedí a Muichirou que fuera a por ti, pero en realidad necesitaba alejar a todos de la residencia para acabar con Muzan.
Al menos...debía intentarlo.

Desde que te encontré aquella vez en ese pequeño pueblo, con tu rostro perdido y la mirada quebrada, supe que serías importante para mí.
Mi hija, mi única y especial Ami.

Por favor, despierta...lucha y pelea...pero no lo hagas por odio ni por mí, hazlo por ese futuro brillante que mereces."

Abrí mis ojos con fuerza, la voz de Oyakata-sama había dejado huellas aún en mi cabeza.
Llevé mi mano a esta para revisar sí tenía alguna herida, al parecer caí mal desde el agujero y me di un fuerte golpe dejandome inconciente.

Traté de levantarme, con dificultad logré ponerme de pie.
Estaba en una especie de salón muy amplio, no había nada que decorara el lugar.
Levanté la mirada y sin fines de escaleras se encontraban sobre mí.

Recordé que estaba con Muzan, lo busqué con la mirada por todos lados y él no parecía estar aquí.
En ello, una fuerte risa se escuchó en el lugar.

— Oh, que tenemos aquí—se escuchó venir desde el fondo del cuarto—. El amo nos ha traído un pequeño juguete.

— No me interesa, Douma—otra voz masculina irrumpió entre la oscuridad—. Sabes que no me alimento de mujeres, esto no es para mí.

Tomé mi katana que se encontraba tirada a mi lado, la agarré con fuerza con ambas manos. Sentía mi cuerpo temblar, estoy en territorio peligroso, ellos han de ser las lunas superiores y yo solo una pilar.

— Entonces será toda mía—rió.

— Detente—una voz más gruesa que las otras salió amenazante. A diferencia de los otros demonios, él se mostró inmediatamente.

Seis extraños ojos aparecieron entre las sombras, un hombre corpulento y de gran cabello caminaba hacia mi dirección.

— Como quieras Kokushibo—respondió la otra luna demoniaca.

Pude sentir como los otros dos se fueron dejandome a solas con aquel demonio.
Él se acercó a pasos lentos, lo observé con suma atención mientras él se acercaba aún más a mí.

— ¿Dónde está Muzan?—traté de sonar lo más seria posible, mi plan era que él no viese todo el miedo que me causaba.

— En éste cuarto no está—respondió—, pero no te preocupes. Yo me encargaré de luchar por él.

Levanté mi katana para ponerla entre nosotros, fue una forma de alerta para que no se acercara más.

— Supongo que tendré que hacerlo—escupí.

Él me observaba sin expresión alguna en su rostro.
Para mi sorpresa, sacó una katana igual de extraña que su apariencia.
Sin pensarlo, di mi primer ataque para comenzar a evaluar sus ataques y defensas.

— Tercera forma: Luna repugnante; cadenas—su katana hizo dos cortes de los cuales pequeñas lunas comenzaron a salir para atacar. El golpe no fue mayor, y logré esquivar la mayoría de ellos, pero aún así hubieron algunos que me alcanzaron en distintas partes del cuerpo.

Seguimos luchando sin deternos, sus ataques eran exageradamente fuertes y rápidos.
Mientras que mis cortes pocas veces lograban alcanzarlo.

— Eres rápida—murmuró cuando había logrado esquivar uno de sus ataques apenas.