Entre La Niebla / Muichirô X Tu -Terminada-

cabello negro

Narrador

Fue un día agradable y algo meláncolico para las chicas que trataban de disfrutar al máximo lo que quedaba de tiempo junto a Ami.

— Estabamos acostumbradas a verte todos los días—murmuró Aoi reteniendo el llanto.

— Vendre a verlas más seguido—respondió Ami acariciando suavemente el cabello de la chica—, ha sido mi culpa por haberme alejado tanto de ustedes.

— No digas eso—saltó Shinobu extendiendo sus brazos para cubrir con ellos a Ami—. Eres una pilar, sabemos que los pilares [incluyendome] tenemos poco tiempo libre. Así que no lamentes nada y disfrutemos de ésta tranquilidad.

Las muchachas observaron con admiración a la pilar, Shinobu siempre encontraba las palabras indicadas según el momento las ameritaba.

La noche llegó sobre la finca mariposa y todos se dispusieron a dormir en sus respectivos cuartos. A Tokito se le designó un cuarto de invitados; era una habitación pequeña y algo estrecha, pero el solo hecho de saber que partiría junto a Ami de vuelta a la residencia de Oyakata-sama le hacía ignorar cualquier incomodidad.

El silencio reinaba en la residencia, las niñas por más que insistieron en compartir dormitorio con Ami por ser la última noche, no se les fue permitido por Shinobu, pues insistió en que solo se mal acostumbrarían y después extrañarían con mayor razón a la joven pilar.

En medio del silencio y del oscuro cielo, Ami abrió sus ojos de un salto llevando una de sus manos a su pecho; un mal presentimiento la amenazaba quitando de sí todo rastro de sueño.

Jadeaba y sudaba, estaba un poco alterada por el mal sueño y aquella extraña sensación.

Observó por la ventana de su cuarto que la luna ya no se encontraba posada sobre aquel profundo e interminable cielo, al contrario, el lugar estaba más oscuro y lúgubre que nunca.

Sintió la necesidad de tomar un poco de aire fresco, dedujo que aún era muy tarde y debía retomar el sueño. Por ello, al estar ausente de las ganas de querer volver a la cama; pensó que lo mejor sería relajar un poco su cabeza estando fuera.

Encontró su haori escondido entre sus pertenencias; lo observó con tanto cariño extendiendolo con sus brazos al instante en que recordaba aquella vez en que Oyakata-sama se lo regaló.

Un melancolico suspiro se escapó de su cuerpo al pensar en aquel pelinegro.

«¿Cómo reaccionara al verme?», pensó emocionada.

Se cubrió con su haori y salió cuidadosamente de la habitación tratando de no despertar a ningún habitante de la finca.

A pasos lentos y silenciosos logró llegar hasta el patio trasero de la finca, desde allí tenía una buena vista panoramica; tanto que incluso podría imaginar a Oyakata-sama sentado en la terraza de su propia residencia.

Observaba con cariño su entorno, cada rincón del lugar escondían cientos de recuerdos desde que conoció a Shinobu.

Por primera vez estaba agradecida de ls vida, aún recordaba a sus padres con mucho cariño y respeto. Pero, de no ser por aquel pelinegro que aquel día salvó su vida para luego criarla cómo sí fuese su propia hija, quizás el destino no habría sido tan bueno para ella.

Después de todo, a pesar de que hoy esten ausentes personas que fueron importantes en su vida, el recuerdo de aquellos seguiran vivos encendidos en su corazón.

— ¿Ami?—susurró detrás de la nombrada provocando que la chica se asustara—. Perdón, no te quería asustar.

La joven le dedicó una suave sonrisa al ver aquel muchacho llegar junto a ella.