cuídala

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Narrador

Avergonzados por ese primer beso tan tierno y dulce entre ambos, se intercambiaron sonrisas tímidas escondiendo así los sonrojos que decoraban ambos rostros.

— Eres mi razón de ser  — susurró —, podría observar tus ojos todos los días de mi vida y no cansarme nunca de ello.

Ami sentía su corazón latir a mil por las palabras tan sinceras del muchacho.

— ¿A pesar de que sea mayor que tú? — bromeó —, ¿Imaginas todas las cosas que nos diran?

Muichirou apoyó delicadamente sus dedos en el rostro de la chica para apartar unos mechones rebeldes de su cabello que le impedian observar con plenitud a la joven.

— El resto no me importa, solo quiero que tú y yo podamos ser felices. — una sonrisa se dibujó en el rostro del pelinegro al ser finalmente sincero con sus sentimientos.

Ami correspondió a esa sonrisa de la misma forma, ambos juntaron sus frentes en silencio, solo compartían la sincronización de sus respiraciones y los latidos de ambos corazones.

— ¡Ami! — la voz de Aoi llenó cada rincón de la residencia.

La menor se acercó apresuradamente hasta llegar junto a la nombrada, en su rostro una mirada de tristeza sorprendía a la chica.

— ¿Es cierto que te iras? — preguntó casi en un susurro —. No puedes irte, aún no estás curada del todo.

Ami se separó del Tokito para rodear a la recién llegada en un cálido abrazo.

— Tranquila — susurró acariciando su cabello —, estoy muy agradecida del cuidado y preocupación que han tenido por mí, pero ya es momento de que vuelva a casa.

— Aún así creo que es muy pronto — protestó —, podrías tener una recaida o algo peor.

— Sí ese fuese el caso no dudes en que me volveras a ver por estos lados — una sonrisa amable se dibujó en el rostro de Ami, pues en parte sabía que ambas residencias estaban lo suficientemente cerca para visitar a las chicas con más prontitud, pero también se había acostumbrado a verlas todos los días.

Mientras ambas muchachas se consolaban mutuamente por la pronta partida de Ami, el Tokito observaba silencioso la escena.

— «Con que esto se siente ser ignorado. Ahora sé cómo se debe haber sentido Tanjirou», pensó el pelinegro al instante en que una sonrisa triunfadora aparecía en sus finos labios.

— Vamos, vamos — Aoi agarró el brazo de la chica —. Hoy nos encargaremos de tener un día de descanso, ya mañana te dejaremos libre.

La muchacha de ojos color azul se llevó a la joven pilar agarrada del brazo, el pelinegro supo por una fugaz y amenazante mirada que le lanzó Aoi que no sería bienvenido en aquellos planes. Por su parte, Ami le lanzó una sincera sonrisa pidiendo disculpas por tener que dejarlo allí.

Ambas caminaron por los pasillos hasta desaparecer de la vista de Muichirou. Tras unos segundos de pie decidió ir hacia el patio trasero de la residencia; allí se sentó bajo un gran árbol apoyando su espalda en el tronco de aquel.

Cerró sus ojos recordando ese beso tan adorable e inolvidable.

Sintió unos pasos venir hacia él, pero no le dio mayor importancia hasta que el recién llegado habló con nerviosismo en su voz.

— Me gustaría hablar contigo — dijo tratando de parecer maduro —, por favor.

Muichirou llevó sus brazos hasta su nuca para cruzarlos y así apoyar su cabeza en ellos queriendo parecer despreocupado y relajado.

Entre La Niebla / Muichirô X Tu -Terminada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora