capitulo dos.

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Lo más característico en su relación con Shuhua era que actuaban más como hermanas que como mejores amigas. Era comprensible, considerando que practimante se habían criado juntas. Y pese a que su edad se diferenciaba por unos meses, Yuqi se sentía como la mayor, como si le llevara varios años a Shuhua.

Como consecuencia, sus personalidades se vieron afectadas. Shuhua podía ser una niña mimada que esperaba tener en mano todo lo que quería y Yuqi podía ser muy orgullosa y obstinada, le encantaba renegar a Shuhua por cosas sin sentidos pero jamás le daba la razón en nada. Odiaba darle la razón.

Con ese sentimiento amargo en su paladar, Yuqi observaba curiosa a la chica que atendía en la caja. Su cabello era negro de nuevo, no podía decidir si le gustaba más así o como lo tenía antes, de aquel rubio llamativo.

Pero Yuqi no la miraba por eso, tampoco porque le parecía atractiva ni por su linda sonrisa. No era nada de eso.

Resulta que Yuqi tenía un presentimiento sobre esta chica cuyo nombre desconocía, lo tuvo desde la primera vez que la vio, hace a penas unos días.

Yuqi no sabía explicar por qué, pero algo le decía que a esta chica también le gustaban las chicas. Estaba segura en mayor parte que todo era culpa de Shuhua, que de tanto hablarle de su supuesto radar gay le había comido la cabeza y ahora veía cosas que no existían. Pero por otro lado... Ella estaba segura, Yuqi no sabía explicar por qué pero ella sabía que la cajera no era heterosexual.

Percatándose de que llevaba mucho rato mirándola volvió su vista a su teléfono.

"¿El radar gay existe?"

Suspiró algo molesta consigo misma, era la segunda vez que buscaba aquello en google. Y para peor, había entrado y leído varios links. No decían nada que no hubiera dicho Shuhua antes, pero por alguna razón sonaba más convincente en aquellos blogs que en boca de su mejor amiga. Alzó la vista hacia la pelinegra, no necesitó voltear para saber a qué estaba mirando. O mejor dicho, a quién.

—Deja de comertela con los ojos, Shuhua. Esto ya parece acoso. —Dijo en un tono medio burlón medio aburrido mientras volvía a su teléfono, demasiado consciente de que estaba adoptando una conducta similar con la empleada del lugar.

—Creo que no es heterosexual.

Yuqi la miro esforzandose por verse aburrida y evaluativa, como si dudara de Shuhua, como si tuviese un pequeño destello de esperanza de que fuese una simple broma. Pero Yuqi no se sentía así, habían sacado el tema lo suficiente para saber cómo pensaba Shuhua al respecto.

Yuqi la contradijo, mantuvo su postura firme y segura de sus argumentos aunque a diferencia de otras veces, no se preocupó por exponerlos en detalle. Se aseguró de actuar desinteresada y algo exasperada, como si no quisiera pedirle a su amiga que mirara a la cajera y le dijera si su radar sonaba también o solo era ella imaginando cosas.

(...)

Yuqi miraba su teléfono con impaciencia, había quedado con Yeoreum. Su amiga tenía media hora de retraso pero no tenía ningún mensaje suyo, sus únicas notificaciones eran de Shuhua y sabía que eran irrelevantes; si pasaba algo serio, Shuhua simplemente la llamaba.

Yuqi empezaba a sentirse preocupada cuando divisó una pequeña figura femenina. Se giró con su mejor mala cara pensando que se trataba de su amiga, pero sus ojos acabaron por abrirse más y su expresión se adoptó sorpresiva cuando vio de quien se trataba.

—¿Sí?

—Hum, odio ser muy metida... —Dijo la chica tímidamente. Su voz era aguda pero no sonaba irritantez, era muy dulce según los oídos de Yuqi. —Pero dijiste que estabas esperando a alguien y ya ha pasado un tiempo. ¿Quieres que te traiga algo?

Yuqi sintió derretirse, la chica era demasiado dulce y atenta. Claro que era su trabajo, pero su trato dulce y cauteloso se sentían muy sinceros, como si cuidara cada palabra para no herirla. Claramente, había asumido que la habían dejado plantada.

—Esta bien, no eres metida. —Dijo Yuqi con una sonrisa que pretendía ser tranquilizadora. Al parecer lo fue, ya que el lenguaje corporal de la pelinegra dejó de expresar incomodidad. —Mi amiga solo está algo retrasada.

La chica asintió.

—Faltan unos minutos para que den las siete y con ella mi descanso, si quieres algo habla ahora o calla para siempre. —Bromeó, dándole a Yuqi una bonita sonrisa.

—Bien, podrías traerme...

—¡Yuqi! —La voz de Yeoreum la interrumpió, pero antes de que pudiera reaccionar, la tenía rodeando su cuello con ambos brazos. —Perdón, perdón, perdón. ¡No adivinaras lo que me sucedió!

—A ver, cuéntame. Y espero que sea muy malo, la gente empezaba a creer que era una patética chica plantada.

Yeoreum rió, aún abrazandola empezó a contarle del fiasco del bus, que se lo había perdido por salir tan solo dos minutos más tarde de clases, que tuvo que esperar veinte minutos al próximo y que el tráfico no ayudó para que hiciera el recorrido tan rápido como de costumbre. A demás se había quedado sin batería y no había ningún conocido en el vehículo como para pedir prestado un móvil para avisarle.

Yuqi la escuchó atentamente, conteniendo sus ganas de reír. Yeoreum se oía muy adorable, como si a medida que contaba la razón de su tardanza le estuviera suplicando su perdón.

Yuqi no supo por cuanto tiempo le había hablado su amiga, pero cuando levantó la mirada la cajera ya no estaba en su campo de visión.

Las atendieron otras personas, otra chica tomó sus pedidos y un varón les sirvió sus cafés con un postre.

Volvió a ver a la pelinegra cuando se estaba retirando de la cafetería de la mano de Yeoreum.

Hizo una pequeña reverencia a modo de saludo, tan sutil que su amiga con la vista al frente no lo noto. Pero ella sí, le respondió con su saludo similar y con una amplia sonrisa.

(...)

Shuhua caminaba impaciente por los pasillos, se suponía que estaba en el piso de Soojin, pero la ahora rubia no daba ningún tipo de señal de habitar allí. Le había mandado algunos mensajes a Yuqi preguntando por su ubicación, como si mágicamente su mejor amiga tuviese información más factible que ella, pero de todos modos no fue de ayuda ya que ni siquiera vio sus textos.

Justo cuando estaba por darse por vencida pudo divisar la inconfundible cabellera rubia, Shuhua dio algunos pasos a su dirección ignorando a la chica que la acompañaba.

—Hey, Soojin unnie. —Hizo una reverencia de noventa grados, sonrió ampliamente ante la ligera mueca de confusión que presentaba la mayor. ¡Era tan adorable! —¿Puedo hablar contigo un momento?

Soojin asintió, aún viéndose confundida. La castaña que abría la puerta miraba a la rubia aún más confundida.

—Está bien, unnie. Después te alcanzo.

Sin lucir muy convencida al respecto, le dio un suave asentimiento a Soojin antes de adentrarse a la habitación y cerrar la puerta, dejándola sola con Shuhua, quien para ambas era una completa extraña.

Entonces algo pasó por la cabeza de Shuhua, una idea que no lo gustó para nada.

—¿Quién es ella? ¿Tu novia?

Soojin la miró incrédula por un momento. ¿Esa chica era real? Ella era mala con los nombres, pero no con los rostros. De tener una relación de algún tipo la recordaría, pero no encontró ni un solo recuerdo con aquella desvergonzada pelinegra.

—No, es mi amiga y mi roommate. —Soojin no supo por qué se molestó siendo que la pregunta le parecía completamente desubicada. —¿Nos conocemos?

Shuhua negó sonriendo, lo que acabo por confundir más a Soojin.

—No realmente, por eso estoy aquí.

—¿Podrías ser más específica?

—Quiero invitarte a una cita, unnie.

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Pregunta, ¿les gusta el desarrollo así o prefieren un capítulo por pareja?

Gaydar.    ˚₊· ͟͟͞͞➳ Shujin, Soqi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora