capítulo veinte.

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El cabello de Miyeon caía por sus hombros, algunos mechones amenazaban con cubrir su rostro y Soyeon debía luchar contra el impulso de correrlos para que no le estorbara. Con un pantalón negro y una camisa blanca la castaña acaparó la atención de ambas mujeres, pese a que solo quería la de la más bajita.

-Hola, Minnie. -Dio una reverencia de noventa grados la cual la bicolor le respondió. Esperaba no haber sonado ni tan nerviosa ni tan incomoda como se sentía. -¿Vamos? -Agregó, esta vez dirigiéndose a Soyeon.

-Si, vamos. -Se despidió de Minnie antes de abandonar el departamento de la mano de Miyeon.

Viendo a la mayor no pudo evitar sentirse insegura de su aspecto, si bien Miyeon estaba preciosa, su outfit era casual y relajado, mientras que ella hasta se había puesto extensiones. ¡Extensiones! ¿Qué persona se pone extensiones para una cita con su ex?

-Me gusta tu cabello corto, pero había echado de menos verte con el cabello largo. -Dijo repentinamente la mayor mientras usaban el ascensor, como si pudiera oír sus pensamientos.

-Gracias, a mi también me gusta tu cabello.

En lo que bajaban los pisos restantes hubo un silencio cómodo entre ellas, lo único que se oía eran las risas risueñas de ambas después de algún intercambio casual de miradas.

Miyeon se sentía como una adolescente de nuevo, no recordaba cuando había sido la última vez que se sintió tan ansiosa y emocionada por una cita, y el caso de Soyeon no era muy diferente.

-Es una sorpresa, así que debo cubrir tus ojos. -Dijo Miyeon en alguna parte del camino.

Soyeon no era muy fan de las sorpresas, la ponían demasiado ansiosa y siempre quería empezar a preguntar de qué se trataba antes de llegar a verlo por si misma. Que Miyeon estuviera cubriendo sus ojos con una de sus manos y la estuviera prácticamente arrastrando no ayudaba mucho.

-¿Cuánto falta? -Preguntó cuando especuló que ya llevaban al menos unas cinco cuadras caminando.

-No seas ansiosa, Yeonie. -La mayor río risueña, siguió caminando ignorando las protesta de la menor, hasta que en un momento frenó de golpe. -¡Ta-ran! -Exclamó al mismo tiempo que dejaba de cubrir los ojos de Soyeon.

Le tomó un momento entender lo que tenía en frente. A primera impresión, no era más que un restaurante. Pero haciendo algo de memoria Soyeon se encontró a sí misma sonriendo.

-Aquí fue nuestra primera cita. -Dijo con cierta nostalgia aún sonriendo.

-Sí. -Miyeon la estudiaba con la mirada, una parte de ella temía que a la menor le disgustara el lugar. -Fue una buena cita.

-Hasta que nos echaron. -Agregó Soyeon, riendo un poco.

Miyeon también rió, aunque había invocado el recuerdo equivocado.

-¿Quieres entrar?

La más bajita asintió antes de tomarla del brazo y adentrarse al lugar.

Estaba tal y como recordaban, a Soyeon le había incomodado la primera vez, era demasiado fino para una chica que en su momento solo tenía dieciocho años, pero a sus veintidós podía apreciar mejor la belleza del lugar sin cuestionarse si era demasiado o no.

En un principio temía que su cita con la castaña fuera un desastre, le emocionaba volver a salir de esa forma con Miyeon, incluso después de haberse vuelto cercana a Yuqi la siguió extrañando. Pero había pasado un tiempo y habían sucedido varias cosas, era tonto pensar que sería todo como lo fue en el pasado. Soyeon sabía que todo podía salir muy mal o muy bien.

Para su suerte, fue la segunda.

-Quería impresionarte. -Admitió Miyeon. -De verdad me gustabas mucho... Bueno, gustas, lo dije en tiempo pasado porque estoy hablando de cómo fueron las cosas cuando recién nos estábamos conociendo. -Se apresuró a aclarar, Soyeon rió sin maldad, era fácil notar cuando Miyeon estaba nerviosa porque tendía a hablar muy rápido.

-Entiendo, no hacía falta que lo aclares. -Le habló en un tono tan dulce que sus nervios casi se esfuman por completo. Casi. -Tú también me gustabas mucho, así que cualquier cosa que hicieras iba a gustarme.

Miyeon se quedó observando a la chica que tenía en frente por un momento. No pudo evitar sonreír cuando notó que estaba separando los vegetales del resto de la comida, tal y como hizo en su primer cita, y cada vez que iban a comer algo y eventualmente le daban algo con vegetales. Tal vez estaba exagerando, pero no podía evitar sentirse angustiada ante la pequeña avalancha de recuerdos.

Pese a que habían pasado, en teoría, poco tiempo juntas habían vivido demasiado. Se habían conocido cuando el drama de Soyeon-fuera-del-closet había empezado, ni siquiera Miyeon sabía explicar cómo había sido que se había encariñado tanto, casi instantáneamente que acabo siendo un gran apoyo para la pelinegra.

Ahora no podía evitar preguntarse por qué había hecho las cosas tan mal últimamente, ella de verdad adoraba a Soyeon, y sabía que la más bajita no hacía más que corresponderle. Tal vez las circunstancias hicieron que Miyeon hiciera más por ella, pero no era como si Soyeon hubiese sido una mala novia.

-¿Qué pasa? -Preguntó la pelinegra cuando notó los ojos de Miyeon sobre ella.

Miyeon negó con una sonrisa tímida, tratando de apartar sus pensamientos.  Lo hecho, hecho estaba y lo único que podía hacer era hacer las cosas bien esta bien.

-Hay algo que no te he dicho, podría medio afectar a esto. -Dijo algo insegura, si iba hacer las cosas bien, debía hacerlas bien de verdad. -Estuve con... con ella, la noche antes de ir a tu trabajo.

Los labios de Soyeon se abrieron un poco, formando una pequeña "o", Miyeon lo hubiera encontrado adorable de no ser que estaba nerviosa como la mierda.

-¿Y.. qué tal?

Una parte de Soyeon no quería saber realmente qué tenía Miyeon para decir al respecto, sabía que necesitaba saberlo. No podía hacer ojitos ciegos a la situación, no importaba cuánto quisiera a su ex.

-¿Bien? Yo, como que confirme que no había sido nada más que algo físico y que quería esto, a ti. -Su voz había salido fuerte y clara, sin titubeos, pero el ligero rubor en sus mejillas indicaban que no era muy indiferente al respecto.

-Bien. -Soyeon rió aliviada, sintiéndose algo tonta por el pequeño pánico que tuvo. Estaba desconfiando, y era válido. -Pero recuerda lo que te dije.

-Vamos a ir despacio, lo sé. -Dijo para dejar tranquila a la menor antes de cambiar de tema. -¿Qué ha sido de ti en este tiempo?

-Estoy teniendo un bloqueo artístico muy fuerte, debo presentar una canción para fines del cuatrimestre y...

El resto del almuerzo transcurrió bien, Soyeon fue la que más habló y Miyeon estaba feliz de poder oírla. Se notaba que tenía acumulado mucho para contarle, la castaña no quiso hacerse demasiadas ilusiones, pero no era inmune al evidente entusiasmo de la pelinegra.

Para cuando la cita terminó, Miyeon insistió con acompañarla a su departamento.

Esa noche Soyeon pudo ponerle fin a su bloqueo y en su humilde opinión hizo uno de sus mejores trabajos.




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Dato irrelevante, me inspiré en "Maybe" para escribir este capitulo.

Gaydar.    ˚₊· ͟͟͞͞➳ Shujin, Soqi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora