capítulos diecisiete.

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Dos horas después, Taehyung seguía sintiéndose culpable. ¿Qué pensaría su novio cuando le contara que se vio obligado a echar a una pareja solamente porque se trató de dos mujeres? Podía hacerse una idea de lo que Jungkook le diría; que no se castigara, que no era su culpa, que este era un país de heterosexuales y ellos no tenían más opción que camuflarse. Aún así, se sentía mal por lo anteriormente acontecido.

Si tan solo supiera que les había hecho un favor.

En aquel motel Miyeon no tenía ninguna excusa a la que aferrarse.

Mientras Minnie la desvestía y sus labios recorrían su cuello, se decía a sí misma que esa sería la última vez. Pero... ¿lo sería?

Claro que la castaña sabía que ni siquiera debió existir una primera vez, pero cuando eso pasó ambas estaban ebrias y todo transcurrió en el baño de aquel bar. Todo fue rápido, desprolijo y momentáneo. Solo se habían dejado de llevar por el calor al momento, o al menos ella, ya que Minnie prácticamente acababa de confesarse.

Miyeon sabe que más que equivocarse lo suyo fue hacer mal las cosas. Pero cuando estuvo en sus cincos sentidos no dudó en hacer lo correcto y decirle la verdad a Soyeon, después de dejarla. No hubiera evitado el detalle que la mujer con la que la había engañado fue con una de sus amigas más cercanas solo porque Minnie se lo rogó, y ella ya había herido demasiado a su ex como para arruinarle una de sus más confiadas amistades también.

Ya desvestida y tendida en la cama, la boca de la menor estaba degustando sus muslos. Bajos jadeos empezaban a oírse en la habitación. Mierda. ¿Por qué aquello debía sentirse tan bien si estaba mal? Sus pensamientos se nublaron cuando la sin hueso de Minnie se abrió paso entre sus labios vaginales.

Ella estaba enamorada de Soyeon, de verdad que sí. Pero tal parecía que su cuerpo quería otras cosas.

El primer gemido se oyó cuando Minnie dio con su clítoris y lo succionó, tan gentil y tan complaciente a la vez. Miyeon se retorcía bajo las sábanas, la menor tuvo que tomar con fuerza sus muslos para evitar que sus piernas se cerraran. No importaba cuantas alarmas se encendieran a la cabeza de la mayor, la boca de Minnie se las arreglaba para silenciarlas.

(...)

Shuhua sentía que todo había vuelto a la normalidad, más o menos.

Otra vez habían vuelto a la agradable rutina del café después de finalizar las clases. Otra vez estaba sentada frente a su mejor amiga, hablando de trivialidades sin relevancia mientras bebían sus respectivas bebidas.

Pero para que todo volviera a la normalidad, Soojin debía estar allí también para que ella pudiese apreciarla como la obra de arte que era.

Miraba la puerta con nostalgia, ¿tanto era pedir que entrara por ahí?

Excepto que oh, ahí estaba con la castaña de manos indignas que siempre la andaban tocando.

Un momento.

¡Estaba ahí! ¡Su JinJin estaba ahí!

Pero su cabello... ¿estaba negro? ¡¿ESTABA NEGRO?!

-¡¿Qué te hiciste?! -Soltó la menor histérica, atrayendo la atención de demasiadas personas.

Yuqi la observó por demás sorprendida. ¿En qué momento se había puesto de pie? ¿Es que no podía revisar su celular dos segundos?

Por otro lado, Soojin reía media avergonzada. Susurró algo en el oído de Miyeon y caminó los pocos metros que la alejaban de la menor.

-Buenas tardes, Shushu. Gracias, yo también creo que me queda bien. -Su gran sonrisa opacaba el tono ligeramente irónico que había empleado.

La menor hizo un pronunciado puchero mientras se acercaba a ella. Con total confianza, tocó el cabello de la mayor, como si necesitaba corroborar que el adorable color azul ya no estaba ahí.

-Pero, pero... Mi blueberry.

La actual pelinegra puso los ojos en blanco, aunque seguía sonriendo. Pero solo un poquito.

-Nunca me gustó ese apodo. -Eso era más o menos cierto, no le gustaba que otro que no fuera la menor la llamara así y tratándose de Shuhua prefería que le dijera "JinJin", aunque no pensaba darle esos detalles a la menor. -Y volver al negro fue mi idea principal desde el primer momento, volví al azul porque no podía pasar tan brusco del rubio al...

-Cállate. -La interrumpió Shuhua en un tono berrinchudo. -¿No ves que estoy de duelo?

-Oh, pobrecita. -Soojin acarició sus brazos de manera reconfortante mientras permitía que los dedos de la menor siguieran jugando con su cabello. -¿Quieres un abrazo?

Shuhua dio un ligero asentimiento y eso bastó para que Soojin la envolviera en sus brazos.

Yuqi miraba la escena fascinada. ¿Tanto tiempo había pasado distanciada de su amiga? Era increíble como Shuhua bromeaba sobre lo poco que había avanzado su relación cuando su lenguaje corporal contaba otra cosa.

Incluso ahí, bromeando, las muestras de afecto se sentían tan sinceras. Ambas chicas parecían estar en su propia burbuja, era como si Yuqi ni siquiera estuviera ahí.

Giró su cabeza hacia la caja registradora, Soyeon debía tener un descanso.

La más baja de estatura estaba hablando con Miyeon, ambas se veían bastante tímidas, pero sobretodo la castaña.

Yuqi intentó leer sus labios para averiguar de qué estaban hablando, pero fue una inútil, ella no sabía leer labios a menos que los estuvieran moviendo lentamente.

Pero no lo necesitó de todos modos.

Ver a Miyeon y Soyeon ir juntas hacia una mesa había dicho demasiado.

Gaydar.    ˚₊· ͟͟͞͞➳ Shujin, Soqi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora