capítulo cuarto.

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Yuqi trataba de no pensar demasiado en su incidente con Soyeon en la cafetería, aunque había pasado hace apenas algunas horas. Luchaba porque dejara de atormentarla, pero su propio cerebro parecía estar en su contra.

Shuhua es gay, pero yo no.

—Oh, lo siento. Debí haberme equivocado.

Soyeon fue dulce y amable, pero no se oyó para nada confundida como pretendía. Yuqi, sintiéndose extrañamente amenazada, cambió de tema tan rápido como pudo.

Pero el ambiente se había arruinado, pasaron de tener una conversación sincera e íntima a charlar simples trivialidades. Solo fueron unos minutos, sin embargo, ya que Soyeon tuvo que volver a su trabajo y como Yuqi había acabado con su café se despidió para dejar a la mayor trabajar en paz.

Ahora, en la comodidad de su cama, trataba de convencerse que no había significado nada. Que lo perturbada que se sintió no tenía sentido, que un simple dialogo no debía estar tan metido en su cabeza. ¿Soyeon dudó de su heterosexualidad? Vaya cosa, ni que hubiera confesado un asesinato.

Pero estaba esa cosa de Shuhua, que Yuqi ya no sabía qué creer y qué no.

Shuhua siempre la molestaba con la cosa del radar, demasiado convencida con su eficiencia para dudar al respecto, pero cuando le decía que también sonaba con ella Yuqi no sabía que tan en serio hablaba.

—Yo me creí heterosexual hasta los quince.

Las palabras de su amiga resonaban en su cabeza. Ella lo recordaba con nitidez, Shuhua no se sintió atraída hacia las mujeres hasta los inicios de su adolescencia. Pero cuando lo contó al mundo, fue Yuqi una de las pocas personas que se sorprendió.

Se lo tomó bien de todos modos, no le parecía que fuera la gran cosa. Su mejor amiga se sentía atraída por ambos sexos, no era un crimen ni algo que distorsiona su maravillosa personalidad. Yuqi no creía que fuera relevante, aunque era feliz de saberlo. De que Shuhua no se quedara en el clóset.

Admiraba a su amiga, jamás se lo decía porque era algo que guardaba para los momentos críticos, pero de verdad lo hacía.

Yuqi conocía bien a Shuhua como para saber que su amiga no era la definición más acertada de valentía.

Su amiga era ella misma porque no le temía a nada, porque lo que podían decirle los demás le afectaban menos que un raspón en la rodilla. Siempre había sido así, incluso de niñas.
Cuando sus compañeros hacían de lado a Shuhua por extranjera y por provenir de una familia rota e inmoral, Shuhua no se había mostrado triste ni una sola vez en los años que Yuqi llevaba conociéndola. Sólo se mostraba aburrida por tener pocos amigos, pero a la vez todo el rechazo parecía darle más fuerza.

Shuhua era Shuhua gracias a todos esos niños que le dieron la espalda.

Aún así, Yuqi pensaba que era valiente. Ignoraba que su amiga no tuviese nada que perder, que todo el tiempo se interesara más en ser ella misma que en lo que podía pensar el resto. Pero para Yuqi, viendo todo lo que vivía, no podía evitar admirarla.

Todos en su universidad sabían que era bisexual, algunos la confundían creyendo que era lesbiana pero nadie pensaba en Shuhua como una persona heterosexual.

Yuqi no podía verse a sí misma enfrentando todos los días los comentarios maliciosos y las miradas llenas de mal juicio y rechazo.

—Soojin está en negación.

Y hablando de Roma...

Yuqi la miró sintiéndose desorientada, estuvo tan sumergida en su línea de pensamiento que no se había percatado de la llegada de su mejor amiga.

Gaydar.    ˚₊· ͟͟͞͞➳ Shujin, Soqi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora