capítulo siete.

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Yuqi despertó sintiendo la mitad de su cuerpo frío, no le tomó más que unos parpadeos percatarse de la manta que medio la cubría y medio yacía en el suelo, supuso que se había caído con el constante cambio de posición que hacía involuntariamente al dormir. Rara vez se quedaba quieta.

Se había acomodado de nuevo en el gran sillón, su cabeza dolía y sentía algo de náuseas, pero ni bien se cubrió con la manta sintió su estómago rugir.

De mala gana se levantó y se encaminó insegura, buscando la habitación de Soyeon. La mayor la había llevado a su departamento por su propia cuenta, pero Yuqi no se sentía tan en confianza como para ir hasta la cocina y servirse algo por si misma.

Oyó algunos ruidos provenientes de alguna habitación, siguió el sonido y acabó en la cocina.

No estaba Soyeon, en su lugar había una chica de cabello oscuro y largo, era más alta que ella y le daba la espalda, por lo que no pudo ver su rostro. Pero sí notó que preparaba algo.

Yuqi se aclaró la garganta para llamar su atención. Lo logró inmediatamente.

—Buenos días. —La pelinegra, cuyos rasgos delataban su nacionalidad tailandesa, dio una pequeña reverencia. —¿Yuqi, verdad? Soyeon fue hacer algunas compras, no debe tardar.

Yuqi dio un ligero asentimiento, sintiéndose demasiado tímida frente a la desconocida.

—Gracias. La espero en la sala, entonces.

La desconocida le sonrió.

—Puedes quedarte, no me molesta. —La chica se volteó, volviendo a su trabajo en la cocina. —Deberías tomar algo, seguro estás deshidratada. Soyeon me contó que estuvieron bebiendo anoche.

Yuqi rió, no recordaba a Soyeon bebiendo, solo a Soyeon haciéndole compañía y haciéndose cargo de ella después de acabar en un mal estado. Estaba segura que le había mentido a la chica, solo para ahorrarle la vergüenza.

—Sí, pero creo que solo yo me excedí. —Con la confianza que le dio la pelinegra mayor, se acercó al refrigerador y sacó una botella de agua pequeña.

—No lo creo. —La chica rió sin maldad. —Cuando llegué, ella estaba durmiendo en el sofá contigo encima, tenía la cabeza colgando y creo que estaba babeando un poco. Fue muy gracioso.

Yuqi rió antes de beber un gran sorbo de agua. Inmediatamente se sintió mejor, el dolor de cabeza seguía allí pero ya no sentía nauseas.

—Soy Minnie, por cierto. —Dijo después de un momento. —¿Te gusta el arroz frito?

Yuqi hizo una pequeña mueca. —¿Para desayunar?

Minnie la miró incrédula por un momento, para después reír sin maldad.

Yuqi quiso preguntar qué le parecía tan gracioso, pero entonces Soyeon entró en la cocina también cargando con dos bolsas, una en cada mano.

—Veo que ya conociste a Minnie unnie. —Dejó ambas bolsas en la mesada. Ella y la mencionada se saludaron con una pequeña reverencia, Minnie aún reía.

—Cree que es de mañana. —Dijo Minnie con una pequeña sonrisa.

—No te sientas mal, no eran menos de las tres cuando llegamos aquí. Y estuvimos charlando, así que no es como si te hubieras dormido inmediatamente.

Yuqi suspiró media frustrada. —No recuerdo nada de eso. ¿De qué hablamos?

Soyeon la estudió por un momento, Yuqi se oía muy sincera. Tenía sentido, mucho de lo que había dicho no solo lo dijo en pleno estado de ebriedad, sino que también mientras se quedaba dormida.

Gaydar.    ˚₊· ͟͟͞͞➳ Shujin, Soqi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora