Soojin no supo exactamente qué reacción había estado esperando de Shuhua, ella probablemente había esperado que la pelinegra bromeara descaradamente sobre su frágil heterosexualidad o presumiera de sus encantados y como todos, incluso ella, tarde o temprano caían.
Tal vez se había dejado cegar por lo poco que la conocía o por el constante coqueteo al que había empezado a responder últimamente. Pero era seguro que Soojin no había contemplado la posibilidad de que Shuhua se quedara mirándola como si hubiera olvidado cómo hablar.—Te ves... sorprendida. —Dijo al cabo de un momento, solo para romper el silencio.
Ella creía que Shuhua se pondría feliz, no es que pensara que la menor estaba locamente enamorada de ella pero tampoco se preocupaba por disfrazar la atracción que sentía. Si la persona que te gusta dice que está correspondiendo tus sentimientos, lo más certero es que te alegres, ¿verdad?
Soojin estaba empezando a creer que Shuhua solo había estado molestandola, porque no se veía para nada feliz.
—Lo estoy. —Admitió después de haber parpadeado un par de veces. Lo que faltaba, ahora miraba a Soojin como si fuese un bicho raro.
—No me mires así. —Ordenó a la defensiva. —¿No era lo que querías?
Shuhua rió incrédula, era una risa sin maldad que no pudo callar. Soojin se oía como si le estuviese haciendo un reclamo por lo que sentía.
—Sí. —No se molestó en negarlo, no tenía ningún sentido. —Pero es... raro.
—¿Raro?
—Esperaba que tuvieras un poco de gay panic o enloquecieras en negación.
Soojin puso los ojos en blanco.
—¿Por qué iba de hacer eso? Me atrae una persona de mi mismo sexo, vaya cosa.
—Pero te jurabas heterosexual. Me rechazaste por tu supuesto amor a las partes masculinas. —Shuhua le recordó con diversión.
Al menos ahora está bromeando como de costumbre, pensó Soojin.
—¿Y eso qué? —Dijo la mayor cruzándose de brazos al mismo tiempo que se recostaba en su asiento. Shuhua supo que se acercaba un sermón. —Debes creerme tonta si pensaste que limitaría mi sexualidad en una norma; Estudiamos psicología, Shuhua. Leemos sobre el desarrollo psicosexual y la escala de Kinsey en el primer semestre del primer año. —Ante la mirada confusa de la menor Soojin preguntó incrédula. —¿No recuerdas nada?
Shuhua negó. —Solo recuerdo haber pensado que mi profesor es un gran homofóbico. Dijo algo como que la homosexualidad era condicionada, y dejé de escuchar.
—La sexualidad está condicionada, Shu. Nosotros tenemos sexualidad desde el nacimiento pero no sabemos lo que son el gusto y la atracción, así que la vamos desarrollando a medida que crecemos y no se queda de una forma u otra, es fluida.
Por un momento, Shuhua se sintió una niña pequeña que no sabía nada. No era la primera vez, muchas veces Yuqi intentaba hablar con ella después de los exámenes y el cerebro de Shuhua parecía estar completamente en blanco o con muy vagos recuerdos; a menos que fuera algo que le interesara, Shuhua olvidaría las cosas después de plasmarlas en el papel y Yuqi la regañaría por preocuparse por simplemente aprobar y no aprender.
A veces, su mejor amiga la hacía sentir tonta. Shuhua sabía que cuando Yuqi la regañaba o le explicaba algo con impaciencia, no lo hacía con mala intención. Pero de todos modos se sentía como si Yuqi estuviese tratando con una chica tonta que no era capaz de unir dos ideas.
Con Soojin no se sentía así, la mayor la miraba con cariño y su voz sonaba paciente a demás de dulce. Shuhua quería decirle a Soojin que no sabía nada de lo que llevaban estudiando solo para que ella misma le explicara todo. Shuhua podía verse a sí misma acurrucada a Soojin en algún lugar de su habitación mientras la mayor le enseñaba sobre el psicoanálisis.
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Gaydar. ˚₊· ͟͟͞͞➳ Shujin, Soqi.
FanfictionShuhua insistía que Soojin no era heterosexual, pues su radar gay sonaba cada vez que la veía. Yuqi intentaba convencerla de que estaba equivocada, pero su instinto también le estaba diciendo algo sobre la sexualidad de otra chica. ¿El gaydar existí...