capítulo tres.

3.9K 534 641
                                    

—Quiero invitarte a una cita, unnie.

La expresión de Soojin pasó de incrédula a divertida en una fracción de segundo. Mirando a la menor con una ceja alzada, dijo:

—Ya entiendo lo que pasa aquí, crees que porque soy amiga de Miyeon también soy lesbiana. Sé que está el rumor, pero debo desilusionarte. —La mayor apretó sus labios aún sonriendo, claramente el interés de Shuhua había acariciado su ego por más desinteresada que actuara.

—En realidad, solo te conozco de vista. Supe tu nombre hace cosa de unos días. —Respondió Shuhua con simpleza, ignorando la parte donde la rubia expuso su heterosexualidad. —¿El viernes te parece bien?

La expresión de incredulidad en Soojin no tenía derecho a ser tan tierna, Shuhua en serio quería besarla.

—Wow, eres increíble. ¿No me oíste? Soy heterosexual.

Soojin no sonó a la defensiva ni parecía molesta, y la intuición seguía firme en Shuhua. Su radar le decía que no se estaba equivocando y eso le dio el valor que necesitaba.

—¿Y eso qué tiene que ver con algo? No soy tan superficial, quiero una cita contigo porque me pareces interesante. —Dijo Shuhua, su voz neutra pero con un borde decidido. —¿Eres heterosexual? Que pena. Pero por lo que veo, eso no te impediría ser mi amiga.

Soojin la estudio por un momento, sus cejas levemente arqueadas y sus ojos marrones paseándose por el rostro de Shuhua, buscando algo, un signo que la delatara en caso de tener segundas intenciones. Y vaya que las tenía, pero al parecer, no lo notó.

—Esta bien, puedo ser tu amiga. —Sonrió abiertamente, aún sintiéndose divertida con la situación. —El viernes iré con Miyeon a un antro gay, seguro te agrade venir.

Shuhua asintió. —¿Puedo llevar a una amiga? Se llevarán bien, también es heterosexual.

Soojin no pudo reprimir la pequeña risa que se escapó de sus labios, todo lo que salía de la boca de Shuhua era demasiado ridículo y para peor, no sabía si bromeaba o no.

—De acuerdo, pásame tu número y nos vamos avisando.

Soojin le tendió su teléfono a Shuhua y dejó que esta última agendara su número, ni bien le devolvió el pequeño artefacto se despidió con una reverencia.

Sintiéndose demasiado inquieta, Soojin la detuvo cuando vio como comenzaba a alejarse.

—¿Eres así cada vez que alguien te rechaza?

Shuhua la miro sobre su hombro, pudo distinguir una inconfundible sonrisa tan soberbia como sincera.

—Eres la primera que me rechaza. —
Dijo

y se fue.

(...)

Su nombre era Soyeon.

Yuqi había ido a tomar un americano cuando el reloj dio las 6:45. Nada tenía que ver con que faltaran unos pocos minutos para el descanso de la pelinegra, claro que no.

Pero cuando llegó a la caja y la vio tan desanimada, sin su característica sonrisa y su trato menos cálido que de costumbre, tuvo que decir.

—¿Quieres acompañarme? Yo invito, creo que te vendría bien hablar con alguien.

Y Soyeon debía estar realmente mal para aceptar la invitación de una completa desconocida, pero lo hizo sin cuestionarla, solo se mostró sorprendida por su repentino interés.

Bien, Yuqi sí había ido con la intención de invitarle un café o cualquier cosa que quisiera beber que sirvieran en el lugar, pero no había pensado en la excusa o en como la enfrentaría. Se preocupó al verla desanimada, pero una pequeña parte, la parte torpe, se alegraba de haberla encontrado en aquel estado ya que fue como tener la excusa perfecta servida en bandeja.

Ella solo era una cliente regular que se preocupó por la cajera que solía atenderla la mayoría de las veces, por supuesto que no estaba interesada en ella ni mucho menos en su sexualidad.

Soyeon no pareció muy tímida cuando se sentó frente a ella y se presentó cordialmente, diciendo su nombre y comentandole que ya la tenía de vista tanto a ella como a Shuhua. Le confesó que pensó que era algo obstinada y que le sorprendía su simpatía, Yuqi tuvo que explicarle la dinámica de su relación con su mejor amiga para que entendiera por qué cuando estaban juntas intentaba mostrarse más seria.

Soyeon bromeó mientras bebía pequeños sorbos de café, le agradeció a Yuqi por la invitación y le admitió que necesitaba de una compañía que la distrajera, pero no se atrevió a mencionar qué la tenía mal. Yuqi lo habría dejado pasar, después de todo, no eran amigas de repente y Soyeon estaba en todo su derecho si quería evitar contarle ciertas cosas.

Yuqi lo sabía, racionalmente. Pero irracionalmente quería preguntarle qué la tenía mal, qué o quién había borrado su linda sonrisa.

No lo hizo, solo porque Soyeon se le adelantó.

—Sé que lo dije antes pero, gracias en verdad. —Dijo, sus ojos fijos en la taza ya vacía. —Siempre creí que sería mejor que esto, ¿sabes? Pero supongo que es normal, extrañarla.

—¿Extrañarla? —Repitió Yuqi, tratando de atacar cabos.

Soyeon subió la vista hacia Yuqi, lucía avergonzada y con ganas de reír.

—Lo siento. —Rió nerviosa, negando un poco con su cabeza. —Mi ex, me dejó ayer en la tarde.

Oh.

Entonces Yuqi tenía razón.

Entonces Shuhua tenía razón.

Puede ser una coincidencia, se dijo. Yuqi trataba de encontrar algo en su cabeza que la hubiera arrastrado hasta esa idea. Una parte de sí seguía sin creer en la teoría de Shuhua, pero la otra, la que parecía olvidarse que ella era una estudiante de psicología, le decía que esa era la prueba que necesitaba.

—Fue apenas hace un día. —Respondió en un tono comprensible y empático, tratando de ignorar el gran lío en su cabeza. —Es normal que la extrañes.

—Supongo. —Soyeon sonrió, pero no se veía muy alegre.

Yuqi permaneció en silencio, no sabiendo qué decir. Ella no había pasado por rupturas que la hubieran herido, ella había dejado a todos sus ex novios cuando perdió el interés y lo único que sintió fue una irracional culpa por abandono. No sabía como consolar a la pelinegra cuando ella jamás había estado en su lugar.

Decidida a cambiar de tema, Soyeon rompió con el silencio antes de que Yuqi pudiera decir algo.

—¿Sabes? Yo solía pensar que Shuhua era tu novia. —Sonrió divertida por si misma.

Al menos su sonrisa ya no es triste, pensó Yuqi.

—Dios, no. Es como mi hermana, o mi hija. —La menor río pensando como no era la primera vez que alguien llegaba a esa conclusión, seguía sin comprender por qué a veces daban con Shuhua esa imagen de "pareja" cuando estaban muy lejos de eso. Demasiado. —No entiendo por qué todos piensan eso.

Soyeon se encogió de hombros.

—No se ven como dos novias cariñosas. —Admitió. —Pero mi radar sonó con ambas y solo supuse.

¿Su radar qué?

Gaydar.    ˚₊· ͟͟͞͞➳ Shujin, Soqi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora