A mediados del mes de Taa- Abet, en el inicio de la primavera ardiente, Moisés tuvo que abandonar Egipto para escapar de su sentencia de muerte, luego de haber asesinado a un guardia egipcio en defense de su hermano Aarón. Su partida dejó un gran revuelo en el imperio. Pero, al volver gradualmente a la rutina, Ramsés tuvo la obligación de sucederlo como supervisor de las construcciones.
El príncipe heredero, que se sentía muy poco a gusto ejerciendo aquella labor, ya había tenido la oportunidad de conocer a los hermanos legítimos de Moisés: Aarón y Miriam, pues estos le habían sido presentados por el padre de los tres en su primera visita a las obras. A diferencia de Moisés, ninguno de estos esclavos suscitó lástima alguna en Ramsés. Pero, por consideración al cariño que el príncipe hebreo sentía por aquella familia, el príncipe heredero decidió nombrar a Amram como nuevo jefe de las obras y entregó a los esclavos beneficios traducidos en raciones de agua y comida.
Conformes con ello, y creyendo que los maltratos por parte de los guardias cesarían en gran medida durante el liderazgo de Ramsés, los hebreos comenzaron a ver al príncipe como una persona benevolente. Amram tenía la esperanza de que éste fuera un buen intermediario entre los esclavos y el faraón, pero su opinión siempre se veía enfrentada con la de su hijo Aarón, quien constantemente lo desanimaba diciéndole que era poco probable que el primogénito del rey, criado para seguir sus pasos, se opusiera a los designios de su padre sólo por defender a esclavos sin importancia para él.
Por las fechas en que Ramsés apenas comenzaba a ejercer su cargo de supervisor, se presentó un acontecimiento extraño en la villa de los esclavos: dos ladrones hebreos aparecieron casi de la noche a la mañana, delinquiendo ocultos bajo disfraces egipcios que naturalmente les evitaba ser reconocidos como esclavos. A ambos les resultaba fácil robar, tanto en el mercado como en la villa, y guardar los botines en una humilde casa de la que era difícil sospechar, pues nadie se fijaba mucho en ellos cuando entraban y salían de ambos pueblos, y menos cuando era tan normal ver en la villa egipcios que visitaban amigos o familia.
Miriam, sin embargo, fue la primera en sentir intriga por la cantidad de veces que los veía en ambas partes: algunos días en la villa, vestidos como hebreos, y otros en las calles de los mercaderes, vestidos como egipcios. Ya los había visto trabajando en las obras y no comprendía la razón de que los hombres utilizaran también ropas egipcias: para haberlas conseguido habrían tenido que pagar una suma de dinero que no estaba en el presupuesto de ningún esclavo, y aunque cabía la posibilidad de que alguien se las hubiesen regalado, eso no explicaba por qué ambos hombres se ausentaban tantas veces de las obras y volvían en la tarde a la villa, vestidos como hebreos y fingiendo estar muy cansados.
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Libi Shelekha
FanfictionEl pueblo hebreo busca incansablemente a su salvador desde hace siglos. Moisés escapó de Egipto y parece que la libertad para los esclavos jamás llegará, hasta que Miriam parece hallar una salida en el corazón de Ramsés. "Libi Shelekha" es una histo...