El pueblo hebreo busca incansablemente a su salvador desde hace siglos. Moisés escapó de Egipto y parece que la libertad para los esclavos jamás llegará, hasta que Miriam parece hallar una salida en el corazón de Ramsés. "Libi Shelekha" es una histo...
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Al otro día, Henutmire salió muy temprano de sus aposentos para poder hablar tranquilamente con Ramsés. Ambos se sentaron a desayunar en el jardín y la princesa planteó la propuesta de hacer un intercambio de favores: si el faraón permitía que Miriam y Hur se casaran y vivieran juntos en el palacio, ella convencería a Nefertari de regresar y ser la futura esposa real.
—¿Tienes idea de cuántas cartas le he enviado a Nefertari para que regrese, y en cuántas de ellas me ha rechazado? —preguntó Ramsés con desaire—. ¿Qué te hace pensar que ella te escuchará a ti, hermana mía?
—El cómo lo haré no es lo que importa —respondió Henutmire—; lo que importa es que verás que he cumplido con mi parte del trato cuando tengas a Nefertari aquí.
A Ramsés le causó intriga la convicción de Henutmire, pero más intriga le causó el hecho de que ella estuviese intercediendo por la relación del joyero y la esclava.
—¿Puedo saber a qué se debe tu interés en rescatar el compromiso de esos dos?
—Hur es un amigo muy importante para mí. Siento que le causé una gran tristeza al echar del palacio a su hijo y a su nuera, y quiero recompensarlo de alguna manera. Quiero verlo feliz.
—¿Por qué mejor no lo recompensas buscando otra esposa para él?
—Porque es claro que él ama a la hebrea. De otra manera... jamás se habría atrevido a pensar siquiera en renunciar a su trabajo por ella. —Henutmire tomó las manos de Ramsés y le sonrió—. Pero dime: ¿no te alegraría tener a Nefertari aquí contigo? Puedo intuir que aún la amas mucho.
Ramsés se liberó de las manos de su hermana, esquivando la mirada.
—La amo... pero ella a mí no. Y sinceramente dudo que quiera regresar ahora. Nefertari ya debe estar muy apegada a su nueva vida.
La princesa tuvo que hacer grandes esfuerzos para convencer a Ramsés de aceptar su petición, y todo para que al final sólo consiguiera una respuesta que tampoco le aseguraba obtener lo que deseaba. Después de muchas súplicas, el faraón la dejó hacer un intento por convencer a Nefertari de regresar, pero no quiso prometer nada a cambio y dejó en duda si luego de eso permitiría o no el matrimonio de Hur.
Aún así Henutmire no perdió el optimismo, y después de que su hermano diera el visto bueno para visitar Waset, realizó un viaje inmediato en compañía de Yunet. Durante el camino ambas se fueron conversando tan distraídamente, que ni si quiera se dieron cuenta de que el faraón iba en otro barco detrás de ellas, llevado por la curiosidad de saber en qué terminaría la visita de su hermana.
La travesía no tardó casi nada: los vientos favorables de aquel día llevaron el barco más rápido que de costumbre, y los guardias de los templos recibieron a la princesa y su dama en Waset cuando apenas empezaba a caer el sol del mediodía.