Capítulo 17

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—¡Miriam se excedió! —le decía Amram a Jocabed con  enojo, mientras daba vueltas por la casa—

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¡Miriam se excedió! —le decía Amram a Jocabed con enojo, mientras daba vueltas por la casa—. ¡Y Hur también!, debió consultar conmigo antes de llevársela de esa manera, los dos pasaron por encima de mí. ¡Es una total falta de respeto!

Varios golpeteos se escucharon en la entrada y Amram abrió la puerta de un tirón. Miriam había regresado de su cita, y Hur estaba junto a ella acompañándola. El padre se cruzó de brazos en silencio, mirando a la pareja con total desaprobación, y luego le ordenó a su hija que ingresara a la casa porque quería hablar a solas con el joyero.

Padre, deja que te explique... —rogó Miriam, pero Amram le ordenó que guardara silencio y obedeciera, así que ella se despidió de Hur y entró a la casa.

Los dos hombres salieron a hablar en privado. Amram volvió a cruzarse de brazos con molestia y dijo:

Hur... Sé que has vivido mucho tiempo en el palacio y es muy probable que se te hayan olvidado varias de nuestras costumbres. Pero por si no lo recuerdas, para salir con una mujer de la villa debes pedir con anterioridad el consentimiento de su familia, especialmente del padre.

Hur bajó la mirada, avergonzado.

Le pido mis más sinceras disculpas Amram, usted tiene toda la razón, ciertamente yo... no pensé en eso y fue un gran error de mi parte.

—Sí que lo fue. Jocabed y yo estábamos muy preocupados por Miriam. ¿A dónde fueron?

—La invité a cenar a las afueras del palacio, todo el tiempo estuvimos ahí.

—¿Y a qué se debía la invitación?

—Yo... no había podido hablar con ella durante estos días, quería saber cómo estaba y por eso pensé en llevarla a cenar.Amram miraba escéptico a Hur.

—¿Eso era todo? En ese caso pudiste hacerle una visita aquí en la villa como siempre. Sabes que eres bienvenido a mi casa. Habrían podido hablar allí tranquilamente, pero en lugar de eso... la llevaste a un lugar apartado, lo cual me hace dudar de tus verdaderas intenciones.

Amram interrogó a Hur durante al menos una hora, en la cual el joyero tuvo que contarle a detalle todo lo que habían hecho durante la cita, pedir disculpas otras diez veces, y escuchar al padre de Miriam reprendiéndolo una y otra vez por no haber sido informado de la salida. Amram le hizo todas las preguntas posibles a Hur, y cuando finalmente pareció estar por terminar, hizo una última pregunta.

—Quiero saber qué es lo que pretendes con mi hija y te pido que seas muy sincero conmigo, Hur.

El joyero se tomó unos segundos para responder, y cuando tuvo el valor suficiente para hablar le confesó a Amram que estaba muy interesado en Miriam.

Libi ShelekhaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora