Espero a mi madre en el coche, apenas hablamos desde que me dijo que se había casado, ¿En que estaba pensando?, joder, casarse con un tio que apenas conoce, se supone que debería darme ejemplo.
Ella sube al coche y suspira
- Jessica, ¿no piensas hablarme? - dice y yo la ignoro - Estas siendo una inmadura - yo suelto una carcajada
- ¿Yo estoy siendo una inmadura?, mamá, te has casado con un desconocido - digo
- Derek no es un desconocido, y te guste o no ahora es mi marido
- Exacto, TU marido - digo haciendo énfasis en la palabra "tu" - No es nada mío
- Es tu padrastro
- No mama - digo y ella suspira, odio pelear con mi madre, al fin y al cabo nos tenemos la una a la otra ya que mis hermanos están estudiando fuera, como desearía ser ellos y no tener que ir a vivir con el nuevo marido de mi madre y su hija.
- Jessica, mira el lado positivo, podrás empezar una nueva vida, con nuevos amigos...
- ¡No quiero una nueva vida! - grito, joder, no quiero una nueva vida, quiero mi vida de antes.
- Jessica cielo, se que será difícil para ti, pero por favor, hazlo por mi
- Esta bien, lo intentaré, pero eso no quita el hecho de que siga enfadada - digo y ella sonríe.
Mi madre es una mujer preciosa, su pelo castaño cae sobre sus hombros de forma prolija, sus preciosos ojos marrones perfilados con una perfecta raya negra y unas sombras doradas, lleva un vestido blanco que se ajusta perfectamente a las curvas de su cuerpo y que además hace un contraste magnifico con su tono de piel bronceado.
Arranca el coche y comienza a conducir, nos espera un largo camino hasta llegar a Los Ángeles.
~✳️~
Abro los ojos lentamente ajena a todo lo que ocurre fuera, miro hacia ambos lados de mi cara y me doy cuenta de que estoy bocabajo, intento estirar mi brazo para alcanzar a abrir la puerta, pero me es imposible, mierda, desabrocho mi cinturon y vuelvo a intentarlo, esta vez si que alcanzó a la puerta, pero esta atascada, el cuerpo del hombre inconsciente de mi lado hace que me desespere más por salir de aqui, los nervios recorren mi cuerpo, siento que me falta el oxígeno, tengo la sensación de que el espacio del que dispongo se hace cada vez más pequeño, es sinceramente una situación de estrés y agobio desmesurado, el sonido de sirenas y demás se hace presente, tras unos minutos que parecen horas, el flash de una linterna hace que tenga que cerrar los ojos.
- ¡Hay dos personas! - Grita el hombre que sostiene la linterna, un grupo de hombres trabajan por sacar a papá, una vez han conseguido sacarlo se dedican a sacarme a mi, cuando estoy fuera un grupo de sanitarios van a subirme a una camilla, pero yo me niego ya que la silueta de mi madre corre hacia mi, cuando llega a mi me abraza, lágrimas imparables corren por sus mejillas.
- Tu padre... - empieza pero yo la corto
- ¿Donde está...?
- Jessica, despierta, ¿Estás bien? - dice mi madre preocupada, me encuentro envuelta en sudor, paso mi mano por mi cara y me doy cuenta de que he estado llorando, mierda.
- Si, solo era una pesadilla - digo medio dormida y ella asiente no muy convencida
No me sorprende tener pesadillas, desde la muerte de mi padre tengo esta clase de sueños, mi madre no lo sabe, pero tampoco creo que deba saberlo, eso solo hará que se preocupe, aunque bueno, es algo que no sabe nadie, ni siquiera mis hermanos, en cierto modo creo que las pesadillas son una forma de hacerme pagar por lo que pasó aquel día. - ¿Hemos llegado?
- Si, es aquí - dice y yo miro hacia delante, una enorme casa esta delante de nuestras narices, jooodeer, mi madre si que tiene buen ojo, aunque claro, ¿que puedes esperar de uno de los abogados más famosos de Estados Unidos?, así es, mi madre se ha casado con Derek White, el magnate de los juicios o algo si, la verdad es que me importa una mierda.
Un hombre vestido con una camisa y unos pantalones de traje se acerca a nosotras sonriente y le da un beso a mi madre, el tio es bastante atractivo, rubio, ojazos azules y tiene pinta de hacer bastante deporte, definitivamente mi madre sabe elegir.
- Derek, te presento a mi hija Jessica, Jessica, este es mi nuevo esposo, Derek - dice mi madre y yo finjo una sonrisa, ya que no me hace ninguna gracia todo esto.
- Encantado Jessica, tu madre habla mucho de ti, me alegro de conocerte al fin - dice con una sonrisa mientras me extiende su mano, yo la tomo y este en lugar de agitarla la besa
- Si, mi madre también me ha hablado de ti, es un placer - digo, hay tanta tensión que podría cortarla perfectamente con un cuchillo.
Una chica rubia, alta y con un cuerpazo de la hostia se acerca a nuestro encuentro con una sonrisa mucho más falsa que su cuerpo.
- Holaaa - dice, joder, hasta su voz es irritante - Layla me alegro tanto de conocerte al fin, mi padre habla tanto de ti que siento como si te conociese de toda la vida
Esta abraza a mi madre y mi madre la recibe con una sonrisa.
- Yo también me alegro de conocerte Megan - dice mi madre - Oh, te presento a Jessica, mi hija
- Encantada Jessica, soy Megan - dice y se acerca a mi para abrazarme, el fuerte olor de su perfume se introduce en mis fosas nasales haciendo que me axfixie
- Me alegro de conocerte - digo y ella sonríe
- Creo que nos llevaremos genial - dice y yo le sonrio, no es por nada, pero esta tía me da mala espina.
***
Jessica en multimedia
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¿Crees que te tengo miedo?©
Genç KurguJessica Roberts tenía una vida perfecta, hasta hace unos meses, cuando murió su padre, pero todo se complica aún más cuando su madre vuelve a casarse, pero no con un hombre cualquiera, si no nada más y nada menos que con un famoso abogado multimillo...