Capítulo 54 - Las intenciones de Jayden Bremen

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¿Hacemos más amena la cuarentena? La semana que viene tendremos capítulo el martes, jueves y sábado ♥ Lo único que pido a cambio es que, si os está gustando la novela, votéis y la compartáis con vuestros amigos para que más personas puedan conocer la historia de Jayden & Danielle ♥

Canción en multimedia: Love's a waste [Sody ft. James Smith]

Capítulo cincuenta y cuatro: Las intenciones de Jayden Bremen

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Capítulo cincuenta y cuatro: Las intenciones de Jayden Bremen

Viernes 28 de diciembre

Jayden Bremen:

    Llevo, desde que Asher se fue, jugando con él online a altas horas de la madrugada. Jugamos hasta tarde cada par de domingos, incluso le he despertado alguna vez porque yo venía de alguna fiesta, estaba con la mente algo nublada todavía y todo lo que quería hacer era comer algo y jugar a la play porque mi percepción del tiempo ya estaba perdida. Hemos jugado mucho, ha sido nuestra forma de estar en contacto porque, siendo sinceros, ni Asher ni yo somos de escribir o llamar, menos entre nosotros.

    Pero eso no se acerca a lo que es jugar con él en la misma sala. No es lo mismo, aunque estemos hablando por los micrófonos, el poder ver la frustración del otro o, ¿para qué mentir? Putearle.

    Me he hecho más heridas por jugar una partida con él que en la calle, incluso me fracturé el brazo una vez porque yo me había sentado en el respaldo del sofá para que dejara de molestarme y me empujó. Claro que también me rompí el brazo por su culpa años atrás, eso fue cuando todavía teníamos literas, justo una semana antes de que nuestros padres decidieron remodelar el estudio de mamá para convertirlo en otra habitación porque, y en palabras suyas: "Asher y yo no éramos suficientemente responsables como para compartir una habitación sin matarnos."

    Yo a eso lo llamo: cosas de hermanos.

    —Jayden, o haces algo útil o te reviento y termino esto solo —está murmurando Asher apretando con fuerza el mando.

Se inclina un poco, como si eso pudiera ayudarle con la partida y le da una mirada rápida al bol de gominolas de Lily que le hemos robado. Veo cómo, sin pudor alguno, se inclina hacia el bol e intenta agarrar un regaliz del borde con los dientes, todo el tiempo mirando al televisor de reojo.

    —¿Nunca te han dicho que eres asqueroso? —le pregunto.

    —Y tú gilipollas —murmura de vuelta.

Levanta la cabeza para intentar meter el regaliz en su boca y no estoy muy seguro de todo lo que hace hasta poder comérselo para no desatender la partida.

    Está sentado en el suelo para tener la mesa y el bol más cerca y, yo, como siempre en el respaldo del sofá porque no aprendo. Desde aquí, empujo un poco la manta con el pie y, en cuanto puedo soltar el mando sin arriesgar a mi personaje, tiro de la manta y se la lanzo por encima a Asher antes de recuperar el control de la partida con rapidez.

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