Sin nadie en quien poder confiar, amenazados y utilizados como marionetas por una red de criminales, Jayden y Danielle no tendrán otra opción que la de romper todas las leyes y sus propios límites para tratar de mantener con vida a sus seres querido...
Versión 2023 del libro en Inkitt - recomiendo más leer esa versión
igualmente, espero que disfrutéis de la novela ♥
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Epígrafe:
"La mayoría de las veces, el peor de los peligros
está precedido por absoluta tranquilidad.
Así que nunca sabes.
Nunca sospechas."
Capítulo uno: Un año sin retos.
24 de septiembre
No voy a caer.
No pienso volver a caer en una de las tonterías de Jayden, ni siquiera cuando le veo entrar al instituto con una escalera bajo el brazo. Eso es todo lo que necesito para saber que planea algo, el problema es que ir detrás implicaría que él le diera continuación a un juego que este curso no puedo permitirme. No sé cómo aprobé el curso pasado teniendo en cuenta que me pasé gran parte del año en casa porque había conseguido que me expulsaran por accidente. Accidente porque no se suponía que me expulsaran por ello, no porque no supiera lo que hacía, claro que lo sabía: tratar de ganar a Jayden.
Ahora le veo desaparecer en el interior del instituto con ese característico sentimiento creciendo en mi interior. Reconozco ese pequeño chute de adrenalina que me da cada vez que sé que va a pasar algo, que él va a hacer algo. También cuando pienso en cómo devolvérsela. Es divertido porque no hay límites, no hay algo que nos vaya a llevar a las manos. Es decir, él se hizo con mi cuaderno de historia, lo llenó de corazones en los que ponía "Danielle x Chris" y me lo devolvió de forma tan disimulada que no me di cuenta hasta que lo abrí en medio de clase y mi compañero de pupitre, Chris Phillips, lo vio. Yo llené el instituto de carteles de una foto que le sacaron besando a una chica universitaria que estaba saliendo con uno de sus amigos como respuesta. Disfruté viendo que terminaban peleándose.
Es más, creo que me aseguré de que me viera saludarle sonriente mientras cubría el instituto con la foto.
Es esa vía libre que nos damos la que ha hecho que me gustase tanto el juego que llevamos. Es algo que nunca hemos dicho en voz alta, es más, dudo haber cruzado demasiadas palabras con él, ni siquiera sé algo de él que no sea su nombre, apellido y que juega al hockey. No somos amigos, así que el resto es un espacio en blanco. Y lo disfruto muchísimo.
Charlie me da un golpe en la frente para conseguir mi atención. Sin quererlo, me había quedado mirando la entrada, tratando de adivinar cuál es el plan de Jayden. Mi amiga rueda los ojos al entenderlo, se pone una cinta de pelo para evitar la incomodidad que le causa el flequillo y cierra la puerta de su coche.
