capítulo 48

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Harry Potter pertenece a JK Rowling.

48: Boda y Nuevo Hogar.

Las Familias Sangre Pura, poseían ciertos hechizos y rituales, para unificar sus parejas.

Cuando Julius Greengrass, pidió a Harrison Potter Black, que desposara a su primogénita Daphne Greengrass, él sabía de antemano sobre algunas de las aventuras de la pareja, sabía que, en más de cinco años juntos, el amor había florecido. Ahora, el mismísimo Lord Voldemort se había atrevido a irrumpir en su hogar, se atrevió a amenazarlo con su varita de Tejo, ordenándole que Daphne desposara a Theodore Nott, sabía, desde el momento en el que Voldemort salió de la Ancestral Casa Greengrass #7, que su nombre, y el de su esposa, estaban ya en el tope de la lista del Mago Tenebroso más malvado del siglo XX, y aquel que puso hace ya más de dieciséis años, a toda la Inglaterra mágica en jaque. Sin embargo, ese bastardo sin nariz, era más estúpido de lo que el propio Julius había pensado. Al hombre no le tembló, ni el pulso, ni la voz, ni sus pupilas se dilataron, cuando contó a su esposa, sobre su deseo de que Daphne pasara de ser la íntima amiga del Niño-Que-Vivió, a ser algo más.

Pasaron dos días, en los cuales Harry y Daphne, conversaron sobre la decisión de casarse, a los 16 años, a ninguno de los dos le pareció mal, solo que...

Un silencio incómodo se formó en la sala de la casa Potter, Daphne y su hermana Astoria, recibieron el permiso (del propio Julius) de quedarse allí. —Saben ambas que su padre, está inquieto por algo, ¿No es verdad? —dijo Harry, a Daphne.

Daphne no contestó, sino cuando pasaron algunos segundos —Sí. Sí Harry, noté un leve temblor en su voz. Algo está mal, algo es... Inevitablemente, papá sabe o al menos presiente, que algo malo pasará.

—Dime Daphne, ¿Es tú deseo, el casarnos? —preguntó Harry, Daphne lo miró fijamente y su mano derecha, tocó el brazo izquierdo de su novio.

—Si soy yo, quién debe elegir, casarme con alguien —dijo ella, mirándolo fijamente a los ojos —Entonces, es mi deseo el casarme contigo, Harrison Potter Black. Me ofreciste tu amistad, desde el primer momento, y es algo que yo jamás voy a olvidar, para mí, eres irremplazable.

Harry le dio una sonrisa y se fundieron en un abrazo. Luego de un momento aún abrazados, el rubio respiró, se puso de pie, sacó su varita, al ver eso, Daphne hizo lo mismo y se acercó a Harry, lo vio transformar la varita en un cuchillo e infringirse una herida en el índice, para luego colocar una runa en el alfeizar de una ventana, los ojos de Daphne se abrieron y ella marcó otra runa. No eran algo que hubieran aprendido en la clase de Runas Antiguas, pues nunca asistieron a tal materia, sino que era algo contenido en uno de los muchos libros de la biblioteca y era algo de la Sección Prohibida (o eso creían), cuando finalizaron la colocación de todas las runas, estas se desvanecieron en el aire, mientras que la casa era temporalmente eliminada de la realidad, aun así, la casa volvería a existir, cuando alguien abriera alguna puerta o ventana, aquel círculo rúnico, solo era válido mientras que nadie pesara vívidamente en que estaban en Londres-Inglaterra, pero, hasta entonces, estarían ocultos de todo.

Llegó la mañana, llegó el mediodía, la tarde y la noche. Una legión de Elfos Domésticos, acomodaban mesas, preparaban alimentos y, a las 20:00, repartieron los alimentos, a los invitados: Las familias Longbottom, Lovegood, Weasley, Bones, los Granger, Draco, Pansy, Minerva, Severus, Filius, Pomona, Albus, el mismísimo Fudge, y, claro, los padres de los novios.

Pansy actuaba cómo la madrina de Daphne y Draco como su padrino.

Hermione como la madrina de Harry y Thomas como su padrino.

—Yo: Harrison Potter Black, juro amarte, respetarte, protegerte, honrarte, estar a tu lado en todo momento, en los buenos y en los malos, en riqueza y pobreza, seguirte a cualquier lugar del mundo. Tu hogar será el mío, tu familia será la mía, tu Dios será el mío, tu último lugar de descanso, también será el mío. La Magia me haga esto y más, si es que algo aparte de la misma magia, nos separa en algún momento.

—Yo: Daphne Greengrass Rosier, juro amarte, respetarte, protegerte, honrarte, estar a tu lado en todo momento, en los buenos y en los malos, en riqueza y pobreza, seguirte a cualquier lugar del mundo. Tu hogar será el mío, tu familia será la mía, tu Dios será el mío, tu último lugar de descanso, también será el mío. La Magia me haga esto y más, si es que algo aparte de la misma magia, nos separa en algún momento.

El círculo rúnico, en el cual estaban parados, brilló con fuerza, y haces de luz azul y roja, los rodearon, antes de que un par de anillos literalmente se formarán desde la nada, cerrándose alrededor de los dedos anular de ambos. Aún con los anillos brillando al rojo vivo y llorando por el dolor, la pareja se fundió en un beso de amor puro y sincero, siendo felicitados por los invitados.

A la mañana siguiente, apareció una noticia corta, pero concisa en el periódico El Profeta.

«Harry y Daphne Potter: La Gran Boda»

La nota fue creada gracias a una entrevista a los padres de los recién casados (los cuales informaron que estos estaban en Grecia), fue James quien contó sobre cuánto había durado la amistad de esos dos y como habían vivido cientos de aventuras en Hogwarts; Julius no temió decirlo con su nombre y todo, dijo que Tom Sorvolo Ryddle alias Lord Voldemort, estaba detrás de su cabeza, tratando de llegar a su yerno Harry Potter, a través de él, pero dijo que no temía, señaló además a varios Mortífagos con nombres y apellidos completos.

En una foto de le vio entregando algo a Amelia Bones, la cual asintió a las palabras de Julius.

En la mansión Nott, la biblioteca fue destruida, por la magia descontrolada de Voldemort, ante aquella información otorgada por el periódico y por una especificación de Julius Greengrass, donde indicaba como destruir el hechizo Fidelio, eso significaba que, ningún lugar sería seguro.

Era definitivo, el cachorro de hombre lobo: Draco Malfoy, tendría que demostrar lo que valía, matando a Albus Dumbledore, este nuevo año.

Otra noticia apareció en El Profeta, solo dos días después: «Cornelius Fudge renunciaba al puesto de Ministro, empleándose la ley 77, un nuevo ministro será elegido por el ministro de salida»

Estas noticias, solo lograron sacar toda la ira de Voldemort, causando la destrucción de la biblioteca Nott y un par de habitaciones, en una de ellas, había de hecho un laboratorio alquímico, varios de los ingredientes causaron una reacción en cadena y solo un Arresto Momentum bien ejecutado, evitó una destrucción que bien podría haber causado la volatilización de la manzana entera.

—Maldito seas Harry Potter. Maldita mocosa Greengrass —gruñó.

Harry Potter El Mago No-Muerto[Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora