capítulo 53

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Harry Potter pertenece a JK Rowling.

53: Retoques para el triunfo.

Recuerdo

Un joven de cabellos castaños, ojos azules, gafas de medialuna y túnica violeta, ingresó en la biblioteca de la casa, era más bien un ático convertido en biblioteca, y una biblioteca convertida en un salón para el estudio de la psicología Muggle y la magia, y allí, dando la clase, se encontraba otro joven, pero de cabellos rubios platinados, tenía heterocromía, el ojo derecho era negro y el izquierdo era azul― «El Poder Corrompe ―decía el joven rubio, a sus alumnos ―Y el poder absoluto, corrompe absolutamente», ¿Cuál es el primer pensamiento, que surge con esta cita de John Emerich etc., etc., etc., Acton? ―uno de los presentes, Sam Nagel levantó una mano.

Que no se debe de concentrar el poder, sino repartirse entre... ¿entre todos los presentes? ―preguntó Nagel, cada vez más inseguro. Gellert se comenzó a reír con fuerza.

No es una mala idea, Nagel ―admitió el rubio sonriente― ¿Alguien cuenta con otra idea?, adelante, Vinda, querida.

Vinda Rosier se sonrojó. ―Se usa para zanjar comentarios, sobre la corrupción. ―lo pensó un poco y agregó. ―Pero no solo política, sino también en ámbitos religiosos, militares, patronales, sindicales, etc.

Ahora era Henrich Krall, quien tenía la mano levantada. ―El control del poder no existe. Solo puede existir si hay miedo o interés.

Bien ―dijo Gellert, antes de suspirar y volver a repasar con la mirada a los otros presentes ―Y.... en vista de que no hay nadie más, que diga o exprese algo, mañana tendremos otro leve estudio, de otra frase. En esta ocasión, del alquimista Maquiavelo, quien escribió un libro llamado "El Príncipe", y la frase dice...

― "El fin justifica los medios" ―dijo un sonriente.

Gellert se levantó y se giró hacía Albus, quien le miró fijamente, el rubio le dedicó una sonrisa ― "Repite una mentira mil veces, y se volverá una realidad".

Se quedaron en un silencio prolongado y asfixiante, mientras que los alumnos de Gellert salían, "el maestro" fue a encender una pipa, le dio una calada, esperaba algo. ― ¿Y esa cita? ―preguntó finalmente Albus.

Joseph Göbbels ―contestó Gellert, Albus suspiró y se giró, bajando las escaleras con cuidado, detrás de él, iba el rubio.

¿Qué buscas de esta gente? ―preguntó Albus azaroso.

¿Dices tú, acaso, que la enseñanza de una rama humanitaria, como la filosofía, es errónea? ―preguntó Gellert.

No, no. Por supuesto que no. Jamás pensaría eso de ti. ―se detuvo un momento, miró a su amigo, tratando de descubrir lo que quería de esto, de esta gente, a la cual había logrado reunir como un grupo de estudio, ¿para qué?, ¿qué deseaba realmente Gellert de ellos?, ― ¿Este es tu sueño? ―preguntó finalmente.

La filosofía, mi estimado Albus, es solo un pasatiempo ―dijo Gellert sonriente, sus ojos se llenaron de brillo, caminó hacía el castaño, el cual dio un paso a un lado, mientras el rubio abría los brazos, atrapando en el vuelo, a una chica de cabello castaño y ojos azules― ¡Hola, Ariadna!

Albus, Gellert ―saludó la chica sonriente, a su hermano y a su amigo ―La clase estuvo fantástica.

No te noté muy... participativa, como lo has estado en otras ocasiones, querida ―dijo Gellert, con aquel tono encantador e incluso... un tanto conquistador. Porque sí, mujeres como Vinda Rosier, hombres como Sam Nagel, seguían a Gellert, no solo por sus ideas, sino también por sus ideas.

Harry Potter El Mago No-Muerto[Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora