Prólogo

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Entro en esta casa vacía y los recuerdos me invaden. Risas, discusiones, amor y dolor, mucho dolor. Jamás pensé que volvería a recorrer cada habitación de esta casa. No creí ser capaz. El único lugar al que entré después de la tragedia de mi familia fue al ático, con ese chico rubio que me traía loca, en mal y buen sentido. Todo está cubierto por sábanas blancas y plástico, pero eso no evita que las capas de polvo se hagan presentes. Subo las escaleras que dirigen a la segunda planta, automáticamente mis pies me llevan hacia mi antigua habitación. Abro la puerta y la nostalgia me invade. La imagen de una niña con muchas aspiraciones se hace presente. Una niña que entendió que la vida no es un cuento de hadas de la peor manera posible.

Comienzo a empacar lo que me llevaré a casa y lo que tiraré para poner la casa en venta. Tengo mi propio hogar en otro país y no pienso volver a vivir aquí. Aunque he hecho un gran avance al superar mis peores recuerdos, regresar al lugar donde todo empezó sería un enorme retroceso. Ya le he causado muchos problemas a mi esposo al pedirle paciencia y compresión, como para tener que soportar mi frialdad nuevamente. Aunque insistió en que no habría ningún problema con volver a esta ciudad, yo me opuse rotundamente. No quiero volver al pasado, quiero dejarlo atrás donde pertenece. Debo enfocarme en mi presente y mi futuro. Ese método me ha ayudado a ser la mujer que soy ahora, alguien que confía y que está dispuesta a ser mejor cada día.

Encuentro una caja debajo de la cama. No recuerdo qué es exactamente lo que hay en el interior, pero para haberlo escondido debe ser algo muy personal. Lo abro y lo que queda al descubierto hace que sonría abiertamente. Mi mayor secreto, que ya no lo es más, es lo que se encuentra en el interior de esta caja. Desde niña adoraba escribir cualquier cosa: poemas, historias, frases de cualquier tipo; y todas las escondía aquí para que nadie me molestara o me llamara ridícula. Hay un cuaderno viejo también, se ve cargado por todas las cosas que tiene adentro: fotografías, hojas sueltas, notas y tarjetas. Lo último que hay aquí escrito puedo reconocer que no fue hace mucho. A juzgar por mi manera de escribir seguramente fue cuando tenía 17 años. No recuerdo haberlo dejado aquí, creí que estaba en casa de Kyle. Aunque, bueno, han pasado tantos años que ya no recuerdo mucho esos últimos días que pasé en la ciudad. Dije que prefería dejar el pasado donde corresponde pero, me permito regresar a esa época, y tal vez un poco atrás cuando mi vida cambió. Cuando algo en mí se oscureció, se marchitó. Cuando supe lo que es el verdadero dolor y lo que es la lealtad.

Nada Es Color De Rosa (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora