Mientras las sombras no se vean, nadie se dará cuenta.
Así que no importará si se falla en esta oportunidad.
♧
Luego de todo el desafortunado evento de la tarde, la casa había sido consumida por el silencio; no había empleados recorriendo el lugar, porque o fueron despachados ya, y se retiraron a sus hogares por un repentino descanso, o estaban atrapados por el toque de queda que los señores impusieron esa mañana.
Y mientras el trío D'Luca junto a su niñera dormían cómodamente en la habitación de Anthonella, luego de pasar un largo rato negociando con la mayor hasta convencerla de quedarse junto a ellas, ajenas a lo que sucede en el oscuro pasillo frente a su puerta, otras dos personas están recorriendo un camino entre risas y murmullos, hasta llegar al cuarto donde guardan los productos de limpieza.
Oh, mierda. En verdad que era una caja de sorpresas ese hogar, si se le puede llamar de esa manera a la enigmática casa. Con tantas cosas ocultas, con muchos secretos que desvelar. Y sin nadie tan valiente como para adentrarse a voluntad.
En la asfixiante oscuridad que les brindaba la noche, entre cajas con productos se escondían dos cuerpos que comenzaban a desnudarse, como si fuera un baile, jugaban y se lanzaban miradas que reflejaban cosas distintas: Un par de ojos brillaba y tenía la vista nublada de deseo, la otra solo era curiosa y tenía la determinación de hacer algo de lo cual luego se beneficiaría.
Un pequeño hilo de luz de la luna se colo por una ventana, tan delgada que apenas y moldeaba un poco sus cuerpos; mostrando sus figuras, sin manchas ni cicatrices.
Fue entonces que el acto comenzó.
No les importaba las culpas, porque sabían que en el día siguiente ya tendría más tiempo para tratar con ellas. En su lugar se concentraron por completo en el momento, repitiendose que la noche era para eso, que no estaba mal esa intimidad, y centraron su atención en sus bocas, que a medida que iban pasando los segundos iban aumentando más y más la velocidad de su beso.
—Espera... —jadeo suavemente una delicada voz femenina, tratando de alejar por un momento el otro cuerpo.
La otra persona al ver que era apartada dejó de besar sus labios, pero en cambio comenzó a repartir besos por todo su rostro, para luego bajar por su cuello, escuchando como aquella hermosa mujer jadeaba y temblaba levemente con su toque. Y queriendo aumentar aquellas reacciones, lo que primero fueron besos tímidos y pequeños, cambiaron a ser mordidas y chupones. Las manos que antes reposaban de forma pacífica en la delgada cintura habían comenzado a masajear las caderas, y se movían rítmicamente de lugar.
Los cuerpos comenzaban a exigir cercanía, aunque aún la joven mujer parecía tener sus dudas, se dejó hacer por la otra y no hizo más por poner resistencia.
ESTÁS LEYENDO
El caso de las niñas D'Luca
Misterio / SuspensoEn la casa D'Luca hay algo que atormenta a las niñas. No las deja dormir en paz, no permite su libertad, ni las deja disfrutar su infancia. ♧ Cuidar niños no es sencillo, se tiene que tener mucha paciencia y saberlas comprender. Pero más importante...