Como si mis palabras fueran órdenes para él, se acerca hasta mí y comienza a besarme con el mismo deseo que siempre lo ha hecho.
-He esperado tanto este momento...
Con cada palabra logra hacerme temblar. Yo también deseaba este momento tanto como él. Entre besos logramos llegar a la cama y me deja caer sobre ella quedando encima de mí.
-Te quiero, Sara.
No me deja contestar porque atrapa mis labios de nuevo, más intenso, más desesperado. Formando un camino de besos por todo mi cuerpo y liberándose de la única prenda de ropa que le quedaba terminamos haciéndonos uno.
(...)
Despierto con los rayos de sol provenientes de la ventana. Abro los ojos lentamente y miro a mi alrededor. Sonrío pensando en lo que paso ayer y miro a mi derecha. ¿Dónde está? ¿Se habrá ido?
Borro ese pensamiento de mi cabeza cuando miro al suelo y veo su camiseta. Me la pongo y me dispongo a buscarlo.
Al llegar abajo, puedo decir que la vida me depara una de las imágenes más provocadoras que he visto en mi vida. Izan solo con unos pantalones intentando hacer el desayuno, y digo intentándolo porque creo que ha querido hacer tortitas y no le han salido.
-Vaya...no sabía que aparte de ser profesor eras cocinero-Me mira y en pocos segundos aparece su sonrisa.
-Bueno...menos mal que no tengo que ganarme la vida como cocinero...-Reímos ante su comentario y se acerca a mí-Buenos días, rubia.
Da un beso en mis labios y creo derretirme de nuevo, me encanta.
-Ojalá todos mis buenos días fueran así...
-Pueden serlo, cuando quieras.
Me quedo observándolo y él solamente ríe. Acabamos de hacer de desayunar y nos vestimos para volver a nuestra vida normal, empieza a darme un bajón que ni yo me lo creo.
-¿Te pasa algo?-Pregunta mientras subimos al coche.
-No, nada.-Contesto seria.
Hacemos todo el camino callados, ninguno de los dos dice nada y creo que ha pensado o está pensando mal, en ningún momento estaría mal por lo que ha pasado.
-Izan, no me arrepiento de nada...
-Tu cara no dice lo mismo-Contesta dándome una mirada rápida.
-Te quiero, ¿sabes? No quiero volver, no quiero tener que estar escondiéndome para darte un beso. Quiero quedarme en esa cabaña y no salir de ahí.
Su sonrisa se hace presente y coge mi mano.
-Me ha encantado estar contigo, te prometo que cuando arregle mi asunto cambiarán las cosas. Y...deberíamos esperar a que acabes el curso y te vayas del instituto para poder vernos con tranquilidad.
ESTÁS LEYENDO
El profe de historia.
RomanceDicen que la vida puede sorprenderte en cualquier momento, pero...¿estamos preparados para ello? Sara cursa su último año en el instituto, a sus 18 años está pasando por uno de los peores momentos de su vida. Un novio acosador, problemas alimentici...