Capítulo 40

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Narra Eli.

Desde que tomó mi brazo en la puerta del hospital y me arrastró hasta su coche, ya sabía que nada bueno podía ser.

Conozco realmente poco a Héctor pero no hay que hacerlo para saber que está al borde del colapso. Esta situación le está superando y temo que pierda el control. Aunque por otra parte, creo que cualquier padre reaccionaría así al ver al violador de su hija. Su esfuerzo por controlarse está siendo inhumano.

Cuando bajamos del coche observo sus puños totalmente apretados haciendo que la sangre ni siquiera circule por sus nudillo y estos se vean blancos. Si a eso le sumas que en cualquier momento puede aparecer Izan, creo que el infarto me va a dar a mí.

—Héctor, tranquilízate—Digo en un susurro.

—No me pidas algo imposible.

Bufo. Tiene toda la razón del mundo.

—Recuerda que debes hacer las cosas bien, piensa en Sara—Digo a su espalda, estoy unos pasos más atrás que él mientras observa fijamente a nuestro objetivo.

No me contesta, y eso realmente me pone más nerviosa todavía, no me fío en absoluto de lo que pueda llegar a hacer.

Todo pensamiento se esfuma de mi cabeza cuando en mi campo de visión, y en el de Héctor, aparece Izan. Anda con dificultad y se nota que disimula el inmenso dolor que sentirá, hace dos malditos días estaba postrado en una cama sin poder hablar.

—¿Dónde va?—Pregunta Héctor dirigiéndose hacia ellos.

—¡Espera!—Lo freno cogiéndole del brazo.—Marcos te conoce, si te ve será peor.

—¿No conoce a Izan?—Pregunta sin perder de vista la situación.

—Sí, Izan evitó en una ocasión que hiciera daño a Sara, pero Marco iba tan borracho que no se acordará—Su respiración vuelve a ponerse pesada.

—Aún no me puedo creer que me hayáis ocultado todo esto, es increíble—Su enfado es bastante notable.

—Lo siento y-yo...

—¿¡Dónde están!?—Interrumpe mis disculpas mirando hacia todos lados. Ni Izan ni Marcos están donde estaban hace unos segundos.—¡Joder, vamos!

Coge mi brazo de nuevo y prácticamente me arrastra hasta donde estaban, la puerta del pub.

—¿Conoces a alguien de aquí?—Pregunta mirando hacia todas direcciones. Es sábado y la aglomeración de gente no nos ayuda en nada.

—Voy a preguntarle a aquel chico, estaba en clase con nosotras.

Me alejo y llego hasta Lucas, él sabe perfectamente quien es Marcos.

—¡Hey Lucas! ¿Qué tal todo?—Intento no preguntarle directamente, le extrañaría.

—¡Eli! ¿Cómo tú por aquí? ¿Y las chicas?—Pregunta refiriéndose a Sara y a Mery. Si Mery estuviera aquí sería un completo caos porque tiene la personalidad de Héctor pero en pequeña.

—Están llegando—Miento—Por cierto, ¿viste a Marcos por aquí?—Héctor se encuentra agazapado detrás mía como un león. La presión es notable.

—Estaba aquí con nosotros hace un momento—Desvía su vista hacia mis espaldas, seguramente observando al ogro que se encuentra a la espera de una respuesta.—Fue con un tío a pillar algo, ya sabes...dijo que volvería en un rato.

No me da tiempo a contestar cuando de nuevo me están arrastrando lejos de la gente.

—¡Joder, vas a hacer que me caiga!—Le grito soltándome.—¡Tienes que tranquilizarte, así no ayudas en nada!

El profe de historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora