Capítulo 17

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¡Chicas quería decirles que me encuentro inspirada al máximo! ¿Les propongo un reto? Si llegamos a cien comentarios en este mismo capítulo...¡MARATÓN! En vuestras manos está, besos!!!
Con el hastag #Quieromaratondeandyx ❣️
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-Solo si tú me lo pides.

Me quedo pensando y no se lo voy a poner nada fácil. Sé perfectamente que se quiere quedar y no voy a pedírselo tan pronto.

-Mientras que cenamos, me lo pensaré...-Se le dibuja una risa traviesa y paso por su lado para bajar.

Mientras estamos en la cocina me hace algunas bromas y reímos. Está preparando una pasta que según él, es su especialidad.

-Sara...

-Dime.

-¿Por qué tu madre antes de irse te dijo que comieses bien? ¿No sueles comer bien?

Mierda...creía que no lo había escuchado. Rápido Sara, una excusa...

-Ya sabes, preocupación de las madres...-Le quito importancia pero no parece muy convencido.

-¿De verdad o no quieres contarme?

-De verdad, Izan.

Parezco seria y parece creérselo un poco, pero sé que sigue sin estar convencido.

Mientras cenamos hablamos de las clases, de cuando estuve en el hospital y varias cosas más. Termina su plato y se levanta para llevarlo al fregadero. Mientras yo, estoy a punto de llevar el plato a la basura y tirar lo que queda. No puedo dejar de pensar todas las calorías que estoy metiendo a mi cuerpo con este plato de pasta, definitivamente mañana solo comeré alguna que otra fruta.

-Quiero ver tu plato limpio Sara.

Lo miro de reojo y alza una ceja. Hago el esfuerzo de mi vida y sintiéndome lo peor posible acabo el plato. Tengo ganas de vomitar. No estoy acostumbrada a comer tanto y mi estómago se llena con nada. Me noto pesada.

Cuando acabamos de recoger la cocina nos sentamos un rato en el sofá. Aún se me hace raro pasar tiempo con Izan, pero me encanta tenerlo conmigo.

-No trajiste pijama...-Digo mientras lo miro.

-Tampoco lo utilizo.

¿No utiliza pijama? ¿Entonces...

-¿Entonces cómo duermes?-Me atrevo a preguntar.

-Siempre duermo con un pantalón corto o a veces sin él.

Me sonrojo al instante y el se ríe.

-¿Por qué te pones roja?-Dice entre risas-¿Nunca has visto a un hombre en calzoncillos?

-¡Claro que si idiota!-Se que se está riendo de mí y no lo permitiré-No creas que serás el primero...

Su cara cambia a una más seria y sus risas desaparecen.
Sara 1-0 Izan.

-¿El primero en que sentido?-¿Va por donde creo que va?

-¿Como que en qué sentido?

-¿Eres virgen?

Definitivamente no se anda por las ramas, que hombre más directo. Me siento avergonzada y decido mentirle.

-No. Sabes que he tenido novio.

Su enfado es notable. Definitivamente lo es.

-No tenías que haber hecho nada con aquel imbécil. No te merecía.

-No lo he hecho Izan. Nunca dejé que me tocara porque no me sentía segura.

Decido terminar con la mentira porque sé que lleva razón. No quiero que piense que ese idiota pudo hacer algo conmigo.

-Eres mala pequeña, ¿entonces, lo eres?

-Que sí.

-No te avergüences de decirlo. Eres realmente una dulzura.

-Lo seré, pero cumpliré 18 siéndolo. Todas mis amigas no lo son.

-¿En serio tienes esa preocupación? Quizás no haya llegado el indicado para ti...

Quedo mirándolo y sonrío. No entiende por qué. Pero es que ni yo misma sé porque lo he mirado y me he reído cuando ha dicho eso.

-¿Te quedaras a dormir?

-¿Quieres que me quede contigo?

-Si prometes que no dormirás en calzoncillos.

Ríe y asiente.

-Prometido entonces. Pero arriba no llevaré nada, quiero dormir cómodo.

-Está bien...ven que te enseñe el cuarto de invitados.

Su cara es un poema cuando le doy a entender que no dormirá conmigo. Claramente es una broma, pero quiero reírme un rato de él.

-¿No me dejarás dormir contigo?

-No dormiré con un desconocido sin camiseta.

-Un desconocido que tienes metido en tu casa y al cual has besado ya varias veces.

Sara 1-1 Izan.

-Dormirás conmigo entonces. Pero con una condición.

-Sorpréndeme.

-Me contestarás a cinco preguntas que te haga. Con total sinceridad.

-Solo cuando estemos en la cama. Entonces ahí te contestaré lo que quieras.

Asiento y me da un casto beso en los labios mientras me dispongo a subir las escaleras y a darme una ducha.

Mientras me ducho él me espera para después hacer lo mismo. Media hora después estamos los dos en la cama. He de deciros que casi me muero en la cama de un paro cardiaco cuando vi a este hombre entrar a mi cuarto, recién duchado y sin camiseta. Me tuve que contener para no saltar sobre él. Ahora está aquí, a mi lado, acariciándome el pelo.

-¿Que preguntas querías hacerme?

-Amm...¿me quieres un poco?-Ríe ante mi pregunta y seguido besa mis labios con suavidad y amor.

-¿Eso responde a tu pregunta?-Sus besos me dejan atontada y yo solo asiento-¿Puedo hacerte yo una pregunta?-Miedo me da, pero asiento.

-Adelante.

-¿Dejarás que te visite siempre y cuando pueda y quieras?

-Claro que sí, adoro tus visitas.

Vuelve a besar mis labios. Después de estar un rato entre besos la cosa va a más. Acarició su pecho de arriba a a abajo pasando por sus abdominales, adoro este cuerpo y todo de él. Mientras su lengua juguetea con la mía, mete su mano por mi espalda debajo de la camiseta ancha de mi pijama. Sus caricias hacen que pierda el control de toda la situación. Nos separamos por unos segundo y me mira con deseo, me apega más a su cuerpo y vuelve a besarme, pero se detiene y gruño.

-Nena...juro que te deseo ahora, pero no quiero hacer nada que tú no quieras. Sería tu primera vez.

-¿Alguna vez tendrá que ser, no?

-Y te haría ahora mismo una mujer. Pero quiero que sea más especial, siempre y cuando estés segura de que quieras que sea yo...

-Izan, me vuelves completamente loca, pero tienes razón-Ríe ante mi comentario y me abraza junto a su pecho.

-Eres mi perdición, Sara.

-Puedo decir lo mismo, Izan.

Al final, quedamos profundamente dormidos y a media noche mis ojos se abren. Me encuentro rodeada por los brazos de Izan, pegada a su cuerpo y notando su respiración en mi cuello. Un malestar empieza a recorrer mi estómago y necesito levantarme. Poco a poco me deshago de los brazos de este adonis que hoy duerme a mi lado y voy directamente al baño.

Levanto la tapa y algo empieza a subir de mi estómago a la boca. Rápidamente cierro la puerta para que Izan no se entere.

El profe de historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora