Capítulo 22

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No conozco una mejor forma de amanecer que teniendo a la niña que ilumina mi vida.

Apenas eran las 7:00 a.m. así que no la despertaría, ella estaba dormida en mi pecho con su mano en mi corazón y mi brazo rodeando su cintura. Ayer fue el mejor día de mi vida, podría jurar que nadie en el mundo tendría una conexión así, lo nuestro realmente es amor, vamos que todos pueden coger pero ¿cuantos pueden volverse uno? La calentura es espontanea incluso la pasión lo era pero este amor que tenemos es algo que va mas allá de simples palabras o emociones.

Estaba por volver a dormirme hasta que el celular de Sibel comenzó a sonar, su tono era nada más y nada menos que un minuto mío. No quería despertarla, estaba tan tranquila pero tampoco quería revisar su celular así que la empecé mover para despertarla.

—Mm, dejame dormir—Se dio la vuelta dándome la espalda así que volví a moverla sin tener respuesta de su parte. Le di una nalgada causando que abriera los ojos de golpe—No es forma de despertarme, Javier.

—Tu teléfono no deja de sonar—Solo bufó y se levantó poniéndose mi playera de ayer—Siempre me va a encantar verte con mi ropa puesta.

—Shh, no me dejas oír—Le doy una nalgada provocando que brincara y después se para para contestar el teléfono.

No quería prestarle mucha atención a su conversación, solo la escuchaba asentir hasta que los sollozos llenaron la habitación, eso solo podría significar que algo malo pasó.

Me levanté de la cama poniéndome ropa interior y un short para verla.

—Si, gracias por llamarme—Me acerque para abrazarla justo cuando corto la llamada, ella no tardó en aferrarse en mis brazos para seguir llorando.

—¿Qué paso?—Me miró a los ojos y lo único que podía ver era dolor, esto estaba muy mal—Nena, tranquilizate.

—Va—valentín—Sorbió su nariz y después soltó un suspiro—Valentín esta hospitalizado.

¿Es enserio? Siempre tenía que haber algo que arruinara nuestros momentos o mejor dicho alguien. Wos estuvo ayudándome para planear esto y es el quien lo jode.

—¿Qué le ha pasado?

—Lo apuñalaron, está muy grave—Su voz se escuchaba débil, realmente estaba mal.

—Bueno, tendremos que esperar que saber más sobre el—Negó.

—Voy a ir a verlo, no puedo dejarlo solo.

—Pero si puedes dejarme a mi—Ni siquiera pensé en lo que decía, solo lo solté sin pensarlo arrepintiendome al instante y ver la cara de Sibel pasar de preocupación a enojo.

—No estoy para celos estúpidos, Javier. Valen esta en el hospital y esta grave—Preferí no responderle para no pelear—Si no quieres apoyarme esta bien, me iré sola.

Se quitó mi playera y comenzó a ponerse su ropa.

—Voy a ir contigo, no pienso volverle a alejarme de ti—La abracé esperando que me correspondiera pero solo dejó sus brazos a los lados—No te enojes, nena. Estamos bien, no hay que arruinarlo—Suspiro y terminó rodeando sus brazos en mi cuello.

—No puedo enojarme contigo aunque seas muy tonto algunas veces—Besé su frente y me separe para que siguiera cambiándose.

Tomamos un taxi al otro hotel donde dejamos las maletas, ahora que lo pienso fue una tontería pagar dos hoteles pero bueno. Compré los boletos del avión para ir directo a Perú.

Toda las sopresa de una semana que había planeado para pasarla con ella se había ido a la mierda pero tal vez considerando que la vida de Valentín estaba en juego era algo se recapacitarse.

El vuelo salía a las 10 así que aproveche para comprar unos cafés y galletas en lo que esperábamos, Sibel estaba muy alterada y lo menos que quería era verla desmayarse o algo.

—Toma—Sibel negó, siempre que se altera no como y termina peor esto—Tienes que comer algo, no quiero que a ti también te suceda algo.

—No quiero comer.

—Solo es un café y unas galletas, por favor—No muy convencida los tomó y comenzó a comerlos.

Saqué mi celular y comencé a cancelar todos los lugares que había reservado para la semana, por suerte me podrían depositar y no estaba perdido nada, pero sentía muy feo haberme esmerado tanto en esto y que solo pudiera mostrarle un pedazo de todo lo que planee.

Anunciaron nuestro vuelo y Sibel casi corrió a tomarlo provocando las miradas de la gente. Por suerte en el tiempo que llevamos en el aeropuerto ningún fan se nos acercó o ya habría otra polémica en camino.

Estando sentados en el avión tomé su mano y la apreté.

—Todo va a estar bien—Ella estaba nerviosa y con los ojos cristalinos—Nena, ¿hay algo que no me has dicho que te tenga así?

Ni siquiera me respondió, se soltó en llanto. La abracé dejando que se recargara en mi pecho y llorara.

—Es mi culpa.

—No es tu culpa, Sibel—Acaricié su pelo tratando de calmarla.

—Si lo es—Levantó su cabeza de mi pecho y me miró a los ojos, me dolía verla así de mal—Valen y yo tuvimos una época muy mala con la droga y bueno en un evento en Chile quedamos mal con un chico que nos vendió y si fue eso significa que es mi culpa lo que le pase.

No le respondí, estaba de más, solo tome su mano y la sostuve así todo el camino, eran muchas horas de vuelo y lo mejor era descansar.

—Duerme un rato, mi niña—Se durmió recargada en mi hombro mientras le acariciaba el cabello.

Realmente quería dormir pero no podía, por más que lo intentará la mente me mataba.

Sibel y Valen tienen algo, siempre van a estar conectados por un muy drástico pasado. Por mas que intente darle todo de mi nunca superare la historia de ellos.

Eso me hacía pensar en sí ella sintió lo mismo que yo anoche, ¿si toda la pasión y magia solo fue algo mío? Yo sentí como nuestras almas se conectaron pero tal vez ella ya había pasado algo mejor con Valentín.

Rompiendo el hielo || BNETDonde viven las historias. Descúbrelo ahora