CAPITULO VII. El viaje

856 42 0
                                    

Los rayos del sol de la mañana ingresaron a las habitaciones, despertando a los hermanos Pevensie.
Su madre les había ordenado el día anterior, que antes de la cena debían tener sus bolsos listos, ya que a la mañana siguiente un auto los recogería para llevarlos a la casa de su tía Alberta.
Todos se encontraban en la entrada de la casa, con sus bolsos y abrigos en mano.
A lo lejos, pudieron notar un auto que se acercaba hacia su casa; entendiendo que ése sería el que los llevaría a casa de su tía.
Uno a uno fueron abrazando a su madre, quien no pudo evitar derramar algunas lágrimas por sus pequeños.
Pero sabía que sería lo mejor. No podría soportar que algo le pase a sus niños.
Los cuatro hermanos se dirigieron al auto, cargando en el baúl sus pertenencias. Saludaron una última vez a su madre, quien los tomó fuerte de las manos y les dijo:

- Cuídense, cuídense mucho. Nada de meterse en líos. Sean buenos chicos.

Los cuatro asintieron y subieron al auto.

- La última vez que me dijeron que no me meta en líos termine peleando en un batalla contra la Bruja Blanca. - comentó Edmund, liberando las carcajadas de sus hermanos.

El viaje resultaba tranquilo, era un camino un poco largo hacia la casa de la tía Alberta.
Susan, Edmumd y Lucy iban en el asiento trasero. Los tres se habían dejado ganar por el sueño.
Peter, por su parte, iba en el asiento delantero mirando por la ventana la hermosa vista que lo rodeaba. No podía evitar compararlos con Narnia.
En algún momento, que no recuerda muy bien cuándo, el mayor de los hermanos también se dejó vencer por el sueño.
Todos descansaban, esperando despertarse ya en la casa de su tía.
Pero no sucedió así. Algo los despertó antes.
Fue un sonido parecido a ese que despertó a Edmumd del sueño aquella noche, un sonido que se asemejaba a un viento fuerte... Pero que, para los Pevensie, sonaba más como el rugido de un león.

Las Crónicas de Narnia. El reencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora