Las Crónicas de Narnia. El reencuentro

CAPITULO XXIII. Las sospechas de Lucy

- Opino que deberíamos decirle. Susan merece saber. Además, es valiente. - opinó Caspian.

- No, se alteraría demasiado. No es justo vivir con miedo. - respondió Peter.

- Señores, no estamos hablando de decirle que alguien comió un trozo de la tarta que dejó guardada. Estamos hablando de una bruja de más de mil años que quiere secuestrarla, y probablemente, matarla. - agregó Elis. - en mi opinión, deberíamos decirle.

Peter y Caspian observaban con total seriedad cada palabra que pronunciaba el muchacho. Ambos sabían que tenía razón, no se trataba de una mentira piadosa. Susan merecía saber lo que estaba ocurriendo, aunque eso cueste su tranquilidad.
Peter mando a reunir a sus hermanos junto a Caspian, Elis, Trumpkin, Repecheep y un par de soldados en una habitación alejada del castillo, alejada de la multitud.

- ¿Qué sucede que traen esas caras? - indagó Lucy.

- Hay algo que debemos decirles a todos. - respondió Peter con la mirada seria clavada en su hermana.

- Ayer por la mañana Elis ha encontrado una nota en la entrada al castillo. - continuó diciendo Caspian

La cara de los presentes se transformó. La última vez que habían encontrado una nota era de la Bruja Blanca, con Peter secuestrado.

- Algo me dice que son terribles noticias, ¿no es así? - preguntó Edmund.

- A juzgar por la cara de tu hermano, yo creo que sí. - agregó Trumpkin.

Peter sacó el trozo de papel que tenía guardado en su bolsillo y se lo dio a Edmund.

- No puede ser. - dijo el muchacho con la mirada llena de rabia y tristeza mientras pasaba el papel al enano.

Todos leyeron la nota y se quedaban observando a Susan, quien fue la última en leerla.
La muchacha no sabía ni que decir, ni como reaccionar. Por dentro estaba destruida, pero no quería mostrarse con miedo.
Todos sabían que por más que intenten protegerla, en algún momento Jadis se saldría con la suya. Ya lo hizo con Edmund una vez, lo volvió a hacer con Peter; hasta ha intentado engañar a Caspian y Lucy. Ni hablar de cómo ha persuadido a varios narnianos para ponerse en contra de los Reyes y Reinas.
Si querían salvar a Susan, tenían que idear un buen plan. Un plan perfecto, que también les permita atraparla para que la pesadilla termine de una vez.

- Su, no te dejaremos sola ni un segundo. Soldados custodiarán la puerta de tu habitación y el balcón. Habrá también en los pasillos, salones, entradas y salidas. - dijo Peter mirando a la joven.

- Si deseas salir o ir a algún lugar, por favor nos avisas. Sabemos que no es fácil, pero no puedes estar sola. - agregó Caspian notando la tristeza que invadía a su amada.

Susan sólo asentía mirando al suelo. La tranquilidad que la había inundado la noche anterior, se había perdido completamente.
Una nueva guerra estaba por comenzar, y era por ella.
Se dirigió a su habitación escoltada por tres soldados y su hermana. Allí, se recostaron juntas en la cama; mientras los soldados cumplieron las órdenes de mantener vigilada la entrada y el balcón.

- Su, ¿confías en los soldados? - preguntó con curiosidad la pequeña.

- Por supuesto, Lu. Nos cuidan mucho, la mayoría daría la vida por Narnia.

- Y en Elis, ¿confías?

- La verdad es que no lo conozco mucho. Pero es mano derecha de Caspian, ¿no? Además, ayudó muchísimo el día que rescatamos a Peter. ¿Por qué preguntas? ¿Qué pasa? - indagó Susan, que notaba a su hermana un poco rara.

- El día que con Trumpkin encontramos la nota de la Bruja Blanca, cuando Peter estaba secuestrado, fue en una de las habitaciones de arriba. Estaba vacía, pero los cuartos de al lado pertenecen a algunos soldados que viven en el castillo. ¿No te parece raro?

- Todo me parece raro. Partiendo del hecho que Jadis nos está amenazando de nuevo.

- Pero Su, el castillo está todo el día vigilado. Es imposible que la Bruja Blanca o alguien que trabaje para ella haya entrado y pasado desapercibido. Y más dejar la nota en una habitación que está al lado de donde duermen más de veinte soldados armados.

Susan parecía comprender lo que su hermana le quería decir. Lucy era pequeña, pero muy astuta e inteligente.

- ¿Me quieres decir que hay alguien en el castillo que trabaja para la Bruja Blanca? - indagó la mayor de las Pevensie en un tono de voz que casi ni se escuchaba.

- Exacto.