Las miradas de Elis y Lucy se encontraron llenas de miedo.
¿Cómo saldrían de ahí sin ser vistos? La mismísima Bruja Blanca se encontraba a tan sólo un metros rodeada de horribles criaturas que los matarían en un segundo.
Los jóvenes se quedaron en implacable silencio y sin omitir movimiento alguno observaban atentamente todos los movimientos de las aterradoras figuras.
Mientras tanto, en el castillo, Susan se dirigía a la habitación de su pequeña hermana. Quería contarle sobre la conversación que había tenido con Peter antes de bajar a cenar; y como no la había visto en todo la tarde, decidió ir a buscarla a su cuarto.
Para sorpresa de la mayor de las Pevensie, Lucy no estaba allí. Susan no le dio mucha importancia, supuso que se encontraría en algún otro rincón del castillo, ya que a la jovencita le apasionaba recorrer sus pasillos.
En el camino se encontró con Edmund, quien se dirigía al gran salón para cenar.- Ed, ¿has visto a Lucy? Fui a buscarla a su cuarto pero no estaba allí.
- No, Su. Yo la busqué hace rato pero no la encontré, pensé que estaría contigo.
Ambos se miraron con algo de preocupación y decidieron ir a preguntarle a Peter si sabía dónde estaba su hermana menor.
- ¿Lucy? No, no la he visto en todo el día. Creí que estaba con alguno de ustedes.
- ¿Estará con Caspian o Trumpkin? - preguntó Susan ya en un tono más preocupante.
Los tres sabían que su hermana solía perderse paseando por el castillo, pero antes de emprender algún recorrido así sea allí mismo le comentaba alguno de ellos.
- Iré a ver a Trumpkin, seguramente estén practicando con las ballestas o algo parecido. - dijo Peter tratando de llevar calma a la situación.
Por su lado Susan salió en búsqueda de su prometido, con la esperanza de que su pequeña hermana se encontrase con él. O que al menos le pueda decir dónde está.
- Hola, Cas. - saludó regalándole un tierno beso en los labios. - ¿Está Lucy contigo?
- Hola. - pronunció el muchacho respondiendo el beso. - No, no está aquí. No la he visto hasta antes de la reunión de hoy temprano. ¿Sucede algo?
- Debe estar con Trumpkin. - dijo Susan pensando en voz alta. - No, sólo es que hace rato ninguno de nosotros la ve.
Caspian se percató de la cara de preocupación que traía su amada e intentó animarla con alguna que otra frase, pero el rostro de la joven no cambiaba para nada. En el fondo sentía que algo andaba mal.
- Tranquila, Su. Seguramente salió a pasear por el castillo y se le ha olvidado avisar. Si tú quieres puedo enviar a algunos soldados a que la busquen.
En ese instante se acercaron Peter y Edmund y le comunicaron a su hermana que Trumpkin tampoco había visto a Lucy desde la mañana.
- Envía ya esos soldados a buscarla. Algo anda mal. - dijo la muchacha saliendo apresuradamente de la habitación, recorriendo con gran velocidad todos los cuartos próximos.
Caspian mando algunos soldados en su búsqueda pero a los pocos minutos regresaron sin noticias de Lucy. Los Pevensie y el Rey comenzaron a alarmarse.
¿Y si la Bruja Blanca había dejado esa nota a propósito? ¿Y si su verdadero objetivo era Lucy?
Ninguno de los allí presentes se animaba a comunicar esa sospecha, pero todos lo pensaban.
Lo que ni se imaginaban, es que la pequeña si había visto a Jadis. Pero no porque la haya secuestrado, sino porque ella misma se adentró en los bosques persiguiendo a un soldado que creyó traidor.
Allí, en la profundidad de los bosques del Norte, Lucy y Elis seguían inmóviles esperando la retirada de la Bruja y sus acompañantes.
Estuvieron escondidos tras el árbol, cubiertos con la capa negra de la jovencita unas cuantas horas.
La menor de las Pevensie imaginaba el revuelo que habría en ese momento en el castillo.
Para ese entonces, Caspian ya había salido camino a los bosques con Edmund y Peter. El Rey se había percatado que Elis tampoco había regresado.
Susan, a pesar de sus constantes quejas, se quedó en el castillo junto con Trumpkin. Alguien tendría que aguardar ahí por si la pequeña aparecía antes que los muchachos regresen.
Las espeluznantes criaturas junto a su Reina ya se estaban alejando, por lo que Elis y Lucy pudieron moverse un poco. Ya casi ni sentían su cuerpo de tanto tiempo que habían estado quietos.
Se pararon en silencio y con suaves movimientos comenzaron a moverse. Lo único que deseaban era salir lo más rápido de allí.
Al alejarse varios metros, aceleraron el paso. La oscuridad de la noche narniana no les permitía ver nada. Y por lo que podían observar de ese cielo negro, unas nubes sospechosas de agua se acercaban a toda prisa.
¿Cómo saldrían de allí en la completa oscuridad, con una bruja rondando y; como si no fuera suficiente, lluvia?
Elis pudo ubicarse entre la inmensidad del bosque y notó, gracias a un arbusto particular, que se encontraban cerca de la casa del tejón con el que se había encontrado anteriormente. Tomó de la mano a Lucy y la guío por el camino hasta llegar a una diminuta cueva escondida entre los árboles.- ¿Dónde estamos? - preguntó algo preocupada la jovencita.
- La casa de un amigo, aquí estaremos seguros. Al menos hasta que se haya ido la tormenta y podamos continuar camino. - respondió el soldado mientras daba unos golpecitos en la puerta.
El tejón observó por la ventana y al notar que se trataba de Elis abrió inmediatamente la puerta. Y, para su sorpresa, su amigo venía acompañado de una Reina de Narnia.
- Elis, Majestad. - pronunció el pequeño haciendo una reverencia hacia la joven. - ¿Puedo preguntar qué hacen aquí a estas horas?
- Lucy, sólo Lucy. - dijo extendiéndole la mano animadamente en forma de saludo. - Disculpa, no queremos molestarte. Pero de camino al castillo notamos que se avecina una tormenta, por lo que Elis creyó adecuado esperar aquí hasta que pase.
La menor de los Reyes y Reinas de antaño pasó por alto el detalle que la Bruja Blanca y sus secuaces rondaban por el bosque.
- No es ninguna molesta, Majest... Lucy. Bienvenidos. Siéntense que les traeré algo caliente, parecen muertos de frío.
- Gracias, pequeño amigo.
- Buscatrufas es mi nombre. Y siéntese bienvenida en mi hogar cuando desee. - respondió el tejón con un gesto de cordialidad hacia Lucy.
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Las Crónicas de Narnia. El reencuentro
AventuraCuatro hermanos. Un mundo. El deseo de volver. El deseo de reencontrarse. El amor entre una Reina y un Príncipe. Guerra. Dolor. Valentía. La felicidad de estar en casa... Narnia.