CAPITULO XXXIV. Posibilidades

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No, no y no. Esto no puede ser cierto.
Esas palabras giraban en la cabeza de la muchacha luego que el doctor le hiciera aquella pregunta que casi paraliza su corazón.

- ¿Con posibilidad a qué se refiere exactamente doctor? - indagó la muchacha aún sin poder creer aquella situación.

- Creo que entiende perfecto, mi Reina. Usted... ¿Usted ha tenido relaciones últimamente con algún hombre? - indagó el médico.

Susan no sabía si gritar, salir corriendo de la habitación o responder a las preguntas.
A la primera opción la descartó porque si gritaba alteraría a todo el mundo que se encontraba esperando afuera. Por otro lado, para salir corriendo tendría que saltar por el balcón y no era opción viable. Sólo le quedaba responder a las preguntas del doctor, pero estaba entre incrédula y atemorizada por lo que decidió de todas formas escapar de la situación.

- Yo... yo... si me disculpa un momento, voy al baño.

- Claro. Aquí la espero.

La muchacha se levantó y fue a toda velocidad al baño de su cuarto. Cerró la puerta y se quedó allí, caminando de un lado a otro sin saber cómo responder a aquella situación.
¿Y si estaba embarazada? ¿Ser madre? Ni siquiera habían terminado de planear la boda. ¿Tendrían que cambiar esos planes por planes para el nuevo integrante de la realeza narniana? ¿Que opinaría Caspian? ¡Caspian!
El joven Rey se encontraba fuera de la habitación junto a los tres hermanos Pevensie. Todos estaban algo ansiosos y preocupados, temían que algo malo pueda pasarle a la joven. Más aún sabiendo que recientemente había sido amenazada por la Bruja Blanca. ¿Y si todo esto era parte de su plan? ¿Hacerle mal?
Dentro del cuarto, Susan seguía encerrada entre las cuatro paredes del baño.

- Señorita, ¿se encuentra usted bien? - indagó el doctor, acercándose a la puerta donde detrás se encontraba la joven.

- Sí, enseguida salgo. - respondió Susan quitándose las manos de la cara, secándose algunas lágrimas que caían por su rostro.

Un sinfín de sentimientos y preguntas la invadían y atemorizaban. Salió del pequeño cuarto y se ubicó nuevamente en su cama, donde el médico la esperaba sentado en una silla a su lado.

- ¿Entonces? ¿Me puede responder la pregunta que le hice hace unos minutos?

- Mmmm... yo... es decir... creo que...

- Sea clara, Majestad. No es muy difícil la pregunta.

Susan fulminó al hombre con la mirada, pero entendió que no podía darle mas vueltas al asunto. Al fin y al cabo era mejor saberlo que no saberlo.

- Pues sí. He tenido relaciones desde hace un par de semanas. - dijo al fin la muchacha con la mirada fija en el suelo.

Luego de un par más de preguntas referidas a su ciclo y cambios en su cuerpo que podría haber experimentado, el doctor le dió un ultimátum que no la dejó para nada tranquila.

- Creo, señorita, que está embarazada. Son los síntomas que ha tenido lo que me lleva a pensarlo. Pero dado las fechas poco exactas que usted me ha dicho, no podemos estar seguros con total certeza. Al tacto no puedo notar nada en su vientre, por eso le recomiendo que descanse y se alimente bien. En diez días volveré a verla y podremos saber si hay embarazo o no hay emabarazo.

¡¿Diez días?! ¡¿Diez días pensando en que puedo estar embarazada pero sin saberlo con certeza?! Susan trataba de pensar como haría todo ese tiempo para poder estar tranquila. ¿Cómo le diría a Caspian? ¿A sus hermanos?

- Doctor, si me permite, ¿puedo pedirle un favor? - interrumpió la muchacha al médico que ya estaba camino a la puerta de la habitación.

- Por supuesto, dígame Majestad.

- Por favor, no diga nada a mis hermanos ni a Caspian. Prefiero no decir nada hasta no estar segura.

- Claro. Quédese tranquila que así será.

El doctor saludó amablemente con su mano a la muchacha y se retiró del cuarto. En la puerta, se encontraban Caspian, Lucy, Edmund y Peter atentos a cualquier tipo de movimiento que se de en el lugar.

- ¿Y, doctor? - preguntó Peter. Todos los demás se encontraban en silencio esperando atentos la respuesta.

- Creo que se trata de estrés. En diez días volveré a revisarla por si acaso, para estar tranquilos. Pasen, está despierta.

Los Reyes agradecieron al buen hombre e ingresaron en la habitación. Susan, aún algo alterada por lo que sucedido, temía que sus hermanos y su prometido hayan escuchado su conversación con el doctor desde el otro lado de la puerta.

- ¿Te sientes mejor, Su? - preguntó Lucy ubicándose al lado de la muchacha.

- Sí, gracias. - respondió algo nerviosa ante la atenta mirada de todos.

- Bueno, creo que somos muchos dentro de la habitación y tú deberías descansar un poco. - agregó Edmund dándole un beso en la frente a su hermana.

Peter y Lucy lo siguieron, despidiéndose y saliendo del cuarto.
Por su parte, Caspian se quedó a su lado abrazándola. La joven se recostó sobre su pecho, necesitaba esa tranquilidad. El cuerpo del Rey era un lugar tranquilo para ella.
Mientras el joven enredaba sus manos en su pelo, acariciándola hasta quedarse dormido; sin decir palabra alguna, sólo estando allí a su lado, Susan pensó que nada podría ser tan malo si se tenían el uno al otro.

Las Crónicas de Narnia. El reencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora