XIX: Es hora de comer!

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Tengo tanta hambreee
Era lo que se repetía una y otra vez en mi cabeza mientras me sostenía el estómago creyendo que esa acción cambiaria el hecho de que alguien escuchara los sonidos de este.

Viajábamos en el Trainmon ganador de la carrera, el cual nos llevaría a la aldea. Todos hablaban de la aldea a la que llegaríamos y su conversación de comida solo aumentaban los rugidos de mi estomago...

Al llegar a la aldea esta parecía desierta, además del fuerte viento combinado con polvo no se veía a ningún digimon por la estación. Caminamos hacia la aldea y con mis manos cubrí la parte superior de los ojos formando un tipo de techo para evitar que entrara el polvo.

La aldea lucia justo como si hubiera sido saqueada, todo estaba roto, sillas salidas de lugar y unos pocos digimons caminando por la calle intentando arreglar el pueblo.

A lo lejos vimos a un digimon que parecía ser una señora, quien estaba sentada en una silla llorando sobre una mesa siendo consolada por otros digimons. Al acercarnos el viento paro y Zoe corrió a su encuentro.

— ¿Se encuentra bien señora?

— Tres digimons de gran tamaño cada noche llegan muertos de hambre, aparecen cuando se sobreponen las tres lunas.

— Mueren de hambre...

— Si... y al parecer les gustaron nuestras hamburguesas y secuestraron a mi esposo.

— ... ¿Como se atreven a romper una familia? — murmure bajo.

— Que malvados.

— Nosotros también nos morimos de hambre — dijo Jp a lo que asentí.

— Eso no viene al caso.

Los pequeños digimon se acercaron a la señora digimon acurrucándola.

— Verdad que papá regresara a casa...

— ¿Cuantos hijos tiene?

— Los que ven, son los pequeños Torikaraballmon, son seis en total.

— ¿Sabe a dónde se llevaron a su esposo?

— De seguro a la mansión del digimon grande — dijo uno de los pequeños.

— Y nos amenazaron diciendo que si no hacíamos una montaña de hamburguesas para cuando las tres lunas se sobrepongan no soltarían a mi esposo.

— Debemos darnos prisa porque de noche los Camalemons vendrán por las hamburguesas.

Zoe se volteo pidiendo que ayudáramos a la señora.

— Yo ayudare, no puedo quedarme tranquila viendo como una hermosa familia puede desmoronarse.

— Nunca he cocinado...

— Yo tampoco...

— Yo tampoco lo he hecho, pero si es para ayudar al papá de estos pequeños ayudare.

— Ese es el espíritu Tommy — me acerque a Zoe para presionar a los demás.

Tommy llego a nuestro lado junto a Jp.

— ¿Se dan cuenta que nunca han cocinado?

— Siempre hay una primera vez para todo.

— Deberían aprender de Tommy y ¿Qué deciden?

— Claro que ayudare.

— No tenemos opción.

Luego de aquella conversación, Zoe miro a la madre de los Torikaraballmon.

La nueva elegida (Digimon Frontier)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora