Capítulo 11: Joshua

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Ya estaba jodidamente harto de este imbécil comportándose como un idiota acosador. Se notaba que Abby estaba incómoda con su presencia y no iba a soportar ni un segundo más que él viniera a perturbar su espacio personal. 


—Es suficiente, tienes que irte. 


—No me iré a ningún maldito lugar, mi novia... 


— ¡Ella no es tu novia, estúpido! Abby es mi novia ahora, te guste o no, así que puedes tomar tus cosas e irte bien a la mierda. – La mentira fluyó fuera de mi boca con tanta facilidad que ni siquiera me sentí mal por mentir. Ni siquiera se sintió como una mentira debido a la rapidez con que lo había pensado y dicho.


Abby no dijo nada a mi lado, pero la expresión furiosa de Derek fue todo lo que estaba esperando y ni siquiera me sorprendí al escuchar su arrebato tan infantil. 


— ¿Tu novia? ¿TU NOVIA? ¿De qué demonios estás hablando? Ella está conmigo, no contigo. A Abby ni siquiera le gustan los hombres rubios, qué mierda, hombre. Aléjate de ella antes que me aburra de ser amable contigo.


Él pasó de mí y se dirigió a Abby, pero para mí consternación total, él ya había dejado de ser amable con Abby también. 


—Eres una jodida zorra, Abigail. ¿Cómo diablos puedes salir con este hijo de puta cuando estás conmigo? No eres nada más que una maldita puta. 


—Bien, eso ha sido suficiente. – Espeté cuando él terminó de decir la última palabra, había estado demasiado asombrado como para reaccionar inmediatamente. – Vete antes que sea demasiado tarde para tu asqueroso rostro. 


—No me digas qué... 


—Jodidamente tienes que irte. 


—NO. 


Lo tomé por la sudadera que llevaba y lo miré con todo el odio posible. No iba a aceptar que nadie le hablara así a Abby, menos un imbécil como él. 


Las ganas de golpearlo estaban floreciendo por todo mi cuerpo y tuve que obligarme a detenerme, obligarme a no recurrir a los golpes por mucho que quisiera. Pero era demasiado. Demasiado para mí. Abby no tenía por qué aceptar esta mierda. 


—Vete. – Lo sacudí con fuerza por la ropa y visualicé miedo inmediato en su rostro, miedo de que volviera a golpearlo, pero había otra cosa allí que no pude determinar completamente, una mezcla entre ira y aprehensión. 


Derek no se hizo de rogar y retrocedió cuando le solté la ropa. Se metió en su auto y se largó de allí.


Me volteé para mirar a Abby, ella no estaba mirándome, pero estaba temblando casi imperceptiblemente. Se me revolvió el estómago con la sola idea de que Abby pudiese sentirse culpable por algo que ese idiota le haya dicho. Sí, había mentido para protegerla... pero a cambio el imbécil había decidido insultarla. 


Me hizo un gesto con su mano para que la siguiera sin siquiera decirme ninguna palabra y, en silencio, la seguí al interior de la casa que estaba completamente a oscuras. 


Ella encendió la luz y prácticamente toda la primera planta se iluminó. 


— ¿Abby? – Susurré cuando me di cuenta que se había quedado de pie a unos pasos de la escalera que dirigía al segundo piso. Su espalda estaba recta hacia mí. – ¿Abby? 


No esperé a que dijera nada, solo me acerqué y la rodeé para poder mirarla. Ella estaba con los ojos cerrados y mordiéndose el labio inferior con fuerza. 


—Abby... 


Ella me miró y lágrimas desbordaron de sus ojos. Mierda. Ella estaba totalmente llorando y mi corazón hizo algo extraño dentro de mí y no pude evitar rodearla con mis brazos, su cabeza quedando escondida entre mi pecho y el abrigo que llevaba abierto. Sus brazos me rodearon y entonces comenzó a sollozar sobre mí, su cuerpo temblando con cada aliento que tomaba, podía sentir la humedad de sus lágrimas a través de mi camisa húmeda y eso solo me hizo abrazarla con más fuerza. 

Conociendo lo que es el Amor (Amor en Boston #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora