Capítulo 2: Abigail

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Me senté en la cómoda silla en el living de la casa que Ivy compartía con su prima, la cual no estaba la mayor parte del tiempo porque estudiaba y trabajaba a media jornada, así que usualmente estaba allí por las noches. 


Acomodé el libro que debía editar en mi regazo y los miles de iluminadores de diferentes colores para destacar partes de los textos, lápices de diferentes colores y demás cosas.


Ivy me miraba desde el suelo, estirada a lo largo boca abajo, un cojín justo por debajo de su barbilla. 


— ¿De qué es este libro? – A ella le gustaba ayudarme a editar, decía que, si no fuera porque estaba totalmente en el arte, le hubiese gustado trabajar en lo que yo haría el resto de mi vida.
Ivy era una maestra de las pinturas. Había estudiado Artes en alguna universidad del estado Ohio. Ella se especializaba en las acuarelas y óleos, incluso estaba trabajando en un par de obras para que fueran puestas en una galería para vender. Ella era así de genial. 


¿Yo? Estaba en la última parte de mi carrera de Literatura Inglesa en Harvard, había conseguido hacer mi práctica profesional en una editorial que mi padre tenía, pero nadie sabía que yo era su hija y me trataban como a cualquier otra estudiante. Era genial no ser reconocida allí por nadie. Lograr entrar allí había sido todo mérito mío. 


—Libro infantil. – Me encogí de hombros a medida que doblaba la primera hoja con el título y procedía a leer en voz alta la primera plana, la que constaba de solo un par de oraciones y varios dibujos. 


—No creo que usar la palabra escabroso sea una buena idea. – Le fruncí el ceño. Tenía razón y yo ya había marcado esa palabra. – Los niños no saben lo que significa la mitad de las cosas que ellos mismos dicen. 


—Lo sé. Ni siquiera tú entiendes lo que yo te digo la mayor parte del tiempo. 


—Es que eres una nerd. Sabes y usas palabras demasiado complicadas para que mi cerebro las entienda, ¿sabes? 


—Eres una boba. – Ivy asintió solemnemente, como si le hubiese dicho el mejor cumplido conocido por la humanidad. 


— ¿Sabes quién es una boba también? ¿La reina de las bobas? – Alcé una ceja en su dirección, mordiendo el extremo del lápiz, sabiendo lo que diría a continuación. 


—Déjame adivinar... Uhmm... Nop, no lo sé. – Ivy rodó sus ojos y bufó. 


—Tú lo eres. ¿Cómo pudiste haberte acostado con el amigo de mi jefe? ¿En serio, Abby? ¿Al menos lo hace bien? He oído que sí. 


No pude evitar sonreír al recordar las manos de Josh en mí, su boca sobre la mía, sobre mi cuello. La forma en que se había movido para obtener y dar más placer. Ese hombre había sabido cómo hacer las cosas, había sabido cómo moverse y cómo tocar para complacer a una chica. Había querido quedarme allí con él por horas, disfrutando de lo que él podía darme, de lo que podíamos hacer juntos en esa habitación, pero había sido demasiado para mi mente en caos. Había obtenido mi orgasmo, el suyo y toda la realidad había caído sobre mí. Mi novio de años me había engañado, mi mejor amiga me había mentido. Ambos habían estado engañándome por tanto tiempo que ni siquiera quería imaginarlo. Y con ello habían roto mi corazón. 


Toda mi vida y los problemas habían vuelto cuando Josh gimió sobre mi boca y sus manos se alejaron de mí. La magia se había roto. Yo me había roto por dentro y necesitaba huir de allí lo más rápido posible. Todo y sin levantar sospechas del caos en mi interior.



La traición aún ardía en mi interior cuando pensaba en ello, cómo aquella traición me había llevado a acostarme con un total desconocido, con la esperanza de no volver a verlo. Y, sin embargo, la vida era una perra maldita que te escupía en la cara... porque ni un segundo después, estaba arrojándome mi error con Josh en la cara. Joder. 

Conociendo lo que es el Amor (Amor en Boston #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora