Capítulo 34: Abigail

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Parpadeé sintiéndome confundida e increíblemente cansada. No recordaba haberme quedado dormida anoche, pero supuse que el cansancio me había vencido en algún momento y había caído rendida. 


Lo sucedido por la noche había sido horrible y no tardé en volver a pasar cada imagen de lo sucedido una y otra vez por mi cabeza, pero las palabras de Josh calaron profundo. No había sido mi culpa, nada de lo que había hecho Derek había sido por mí, lo que él había hecho habían sido sus propias decisiones, incluso si habían sido las peores. Sabía que yo tendría que lidiar con ello en mi vida, pero no tendría que lidiar con la culpa que eso traía. 


Si bien el término de nuestra relación había sido el detonante de su depresión y angustia, no había sido mi culpa en absoluto que él hubiese decidido engañarme con media ciudad. Cada quién cavaba su propia tumba. 


Me acomodé contra el cuerpo de Josh, quien tenía sus brazos a mi alrededor y dormía profundamente, su respiración pausada casi era música para mis oídos. El aroma fuerte de su perfume era lo que me anclaba a la Tierra. 


Él había sido mi total apoyo anoche, había venido volando apenas mi padre lo llamó y no había dudado en tomarme entre sus brazos y consolarme justo delante de mi padre, a quien le debíamos una explicación de lo que estaba sucediendo entre nosotros. Quizás no una explicación, pero sí informarle de lo que estaba pasando entre su abogado y yo. 


Si antes creía estar enamorada de Joshua, lo de anoche solo había confirmado esos sentimientos. Josh era lo que había estado necesitando y queriendo toda mi vida, apoyo incondicional y amor del bueno. 


No había dudas de que Josh era el hombre que había necesitado en mi vida cuando más lo necesitaba. Josh había sabido cómo hacer su propio camino hacia mi corazón y estaba tan agradecida por ello.


Suspiré y me acomodé una vez más, tratando de absorber todo el calor que pudiera entregarme en aquella mañana tan fría. 


Josh soltó un quejido ronco y sus brazos me llevaron aún más cerca de su cuerpo y no pude evitar sonreír por el hecho de que, incluso en sus sueños, él estaba pensando en mí. 


—Aún es muy temprano para levantarse. – Se quejó en un susurro. – Pero así es como quiero despertar todas las mañanas por el resto de mi existencia. 


Solté una risita divertida y traté de voltearme con cuidado para mirar su rostro. 


Sus ojos grises estaban hinchados por el sueño, su cabello rubio estaba en todas direcciones y la barba incipiente en su rostro raspó la palma de mi mano cuando la apoyé en su mejilla. 


—Buenos días. – Lo saludé mientras besaba su barbilla. 


—Hola, amor. – Calidez se expandió por mi pecho y él sonrió cuando apoyé mi cabeza en su brazo. – Te llamaron de la oficina hace unas horas, le tuve que decir a tu jefa lo sucedido y me dijo que no te preocuparas por el trabajo ahora mismo, que si querías te podías tomar el resto de la semana. 


—Eso suena bien, tendré que llamar más tarde para avisar por mí misma. – Josh asintió y su mirada se agudizó cuando me quedé en silencio. – ¿Qué hay de tu trabajo en la oficina? 


—No tienes que preocuparte, Abby. Llamé justo después de que corté la llamada con tu jefa y pude o no pude haber dado una excusa de que estaba enfermo. 


— ¿Por qué le mentiste a tu mejor amigo? – Quise saber con curiosidad. 


—Supuse que no querría que estuviera divulgando tu vida privada. – Dios, Josh era tan cuidadoso con todo, tan jodidamente increíble. 

Conociendo lo que es el Amor (Amor en Boston #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora