Conociendo lo que es el Amor (Amor en Boston #3)

Capítulo 30: Abigail

Ha pasado una semana desde que Josh me confesó sus sentimientos. Una semana desde que había admitido estar enamorado de mí. Había estado desbordando de felicidad desde que él había abierto su corazón hacia mí, había estado sonriendo todo el tiempo porque sabía que mis sentimientos eran correspondidos. 

No le había dicho a Josh que yo estaba enamorada de él también, probablemente porque me había sentido insegura en ese momento, insegura de que él pudiese echarse atrás con todo esto sucediendo, pero había pasado una semana y él no parecía ni de lejos querer salir corriendo. Por el contrario, Josh se había acercado más a mí, me había estado llenando de mimos cada vez que me veía, alguna parte de su cuerpo siempre en contacto con alguna parte del mío, su olor estaba siempre en mi ropa cada vez que yo volvía casa. Su aroma estaba en mi habitación y en mis sábanas, incluso aunque fuesen cambiadas, el olor permanecía allí. 

Josh no paraba de sonreír cada vez que me veía y eso me hacía sentir feliz a mí, porque era como si disfrutara de mi mera existencia, disfrutaba de la simple vista de mi rostro y de mi compañía. Sabía que él estaba enamorado de mí realmente y yo no cabía de felicidad en mí misma.

Por otro lado, no había sabido de Derek ni de Sabrina por las últimas dos semanas, probablemente Derek se había calmado tras la denuncia que había puesto en su contra y, con ello, Sabrina había decidido alejarse también para evitar cualquier posible denuncia hacia ella también. Al menos ambos habían comprendido que lo que habían hecho no estaba bien en absoluto y eso me tranquilizó. 

Ambos habían comprendido que ya no quería tener ningún tipo de contacto con ellos, ningún tipo de relación o algo parecido. Solo los quería a ambos fuera de mi vida como si no hubiesen existido jamás. Ambos me habían hecho mucho daño y no iba a perdonar la traición. Podría perdonarlos por lo que hicieron, pero no por haber roto mi confianza. 

Mi mente podía descansar tranquilamente por las noches, no había más pesadillas para mí y la sensación de vacío en mi interior se había desvanecido como la niebla en lo lejano del océano. Josh había tenido razón cuando dijo que Derek había estado acosándome y yo no había querido verlo. Probablemente Derek aún seguiría alrededor si no fuese por la denuncia que Josh me había instado a poner en su contra. 

Ahora, aquel día martes me encontraba esperando a Josh para cenar. Él venía un poco tarde debido a que había tenido una reunión de último momento y me había mensajeado para avisarme. Debió haber llegado hacía una hora y estaba increíblemente frustrado, podía notarlo por lo seco que se volvían sus mensajes cada vez que decidía escribir. Su último mensaje había sido hacía alrededor de veinte minutos, así que supuse que su reunión estaba por terminar o algo. 

Había preparado pastas con salsa bechamel y champiñones. El favorito de Josh. Bueno, en realidad las pastas aún no estaban cocidas para que no se enfriaran y se formaran una masa sin forma, así que Josh tendría que esperar cuando llegase.

Había decidido decirle a Josh cómo me sentía sobre él, cómo de importante era él para mí y lo feliz que me hacía tenerlo en mi vida. Quería decirle lo mucho que él había cambiado mi vida y que agradecía cada cosa que había traído consigo, que gracias a él había abierto los ojos de lo que estaba pasando a mi alrededor. 

Quería decirle lo mucho que él me importaba y que no había dicho las palabras por miedo, incluso cuando él ya las había dicho, incluso cuando él había aceptado primero que yo que estaba enamorado. 

Sabía que estaba siendo una tonta por no decirle que estaba enamorada de él, que lo amaba. Porque sí, lo amaba con todo mi corazón y era bastante probable que hoy lo amara un poco más que ayer. Josh se había metido bajo mi piel y no habría modo de retroceder en eso. Lo quería conmigo y sabía que si quería que eso sucediera... tendría que ser honesta y decirle de una vez por todas cómo me sentía.