Capítulo 39: Joshua

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Lloré. 


Lloré como un bebé recién nacido que había sido arrancado del vientre de su madre. 


Caí de rodillas en el piso de mi departamento y lloré cuando dejé que Abby saliera de mi vida después de haberle dicho mentira tras mentira, no dejé de llorar cuando me di cuenta que había tomado la peor decisión de mi vida, cuando me di cuenta que había dejado de ir a la única mujer que había amado en toda mi vida (además de mi madre, claro), lloré cuando sentí mi corazón romperse en miles de fragmentos dentro de mi pecho. 


Lloré cuando recordé el dolor en el rostro de Abby y vi sus lágrimas caer y rodar por sus mejillas, quise golpearme a mí mismo cuando los sollozos abandonaron la boca de mi preciosa novia con el peor tipo de llanto que había escuchado y no pude evitar derrumbarme allí. 


Mis piernas dejaron de funcionar y simplemente caí derrotado en el piso, con mis manos apoyadas en el suelo y mi cabeza escondida entre mis hombros. 


Grité y maldije a Richard Brooks por haberme hecho tomar ese tipo de decisión, por haberme hecho decidir entre el futuro de mi mejor amigo y todo por lo que él y su familia habían luchado o su hija, el amor de mi vida. Un corazón roto causaba menos daños colaterales que una empresa, había decidido. 


Abby podría volver a encontrar a otro hombre, ella saldría adelante... incluso si era sin mí a su lado. El mero pensamiento de otro hombre a su lado me hizo querer arrancarme la piel y tirar de mi cabello como si no sintiese ya suficiente dolor.



Romper la relación con Abby había sido la peor decisión que había tomado en toda mi jodida vida. Romper con ella había sido lo más doloroso que alguna vez había tenido que hacer. Romper su corazón había sido lo más horrible que le había hecho alguna vez a otra persona y ni siquiera podía soportar estar en mi propia piel, no soportaba estar allí en mi departamento sabiendo que Abby estaba en otro lugar sufriendo debido a lo que yo le había dicho, debido a las mentiras que había tenido que decirle para... ¿para qué? ¿para hacer a su padre feliz? Era absurdo. 

Sin embargo... no podía arruinarle la vida a mi mejor amigo, el trabajo de toda su vida y la de sus padres. 


Los amores van y vienen, traté de consolarme a mí mismo, pero ni mis propias mentiras funcionaban. Nada iba a funcionar de esa manera.


Pasé por tres diferentes fases luego que Abby se había ido. La primera fue ira irracional contra Richard, contra la amenaza que había lanzado hacia mí y las falsas acusaciones que lo habían llevado a obligarme a tomar una decisión tan desastrosa. La segunda fue completa miseria por lo que había hecho, por lo que estaba sintiendo en mi interior mientras sabía que Abby estaba pasando por algo similar, sin saber que todas mis palabras hacían sido totalmente falsas. La última fase fue aquel dolor paralizante que no me permitió moverme por horas mientras todo lo sucedido seguía reproduciéndose en mi cabeza, mientras recordaba la expresión herida de Abby, su voz quebrada y sus lágrimas. Mientras todo se derrumbaba a mi alrededor.


No había querido dejarla ir, no había querido terminar la relación con la única mujer que me había entendido y comprendido, la mujer que me complementaba en todos los aspectos, no había querido hacerle daño. Gracias a Abby había conocido lo que era el amor, había conocido lo que era realmente el amor y yo simplemente la había dejado ir, la había dejado escurrir como agua entre mis dedos y no estaba seguro de cómo iba a continuar con mi vida con ese tipo de conocimiento en mi interior, en mi corazón. Había dejado ir a la única mujer que verdaderamente amaba.

Conociendo lo que es el Amor (Amor en Boston #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora