4 🍦Helados🍦

2K 246 44
                                    

Luzu y Auron estaban tranquilamente sentados en el pueblo, era un día caluroso y sus casas estaban más calientes que el mismísimo sol, habían salido a refrescarse, aunque era una excusa para estar juntos, seguramente.

—Hace el mismo calor afuera que adentro...

Dijo Luzu, echándose aire con su mano.

—Bueno, es que si vas con polera hasta con 50 grados, muy fresco no te vas a sentir.

El contrario hizo una mueca de vergüenza, pues tenía razón, ir con polera con casi 40 grados no era muy normal que digamos, pero Luzu no quería discutir sobre eso, no otra vez, así que se dio la tarea de cambiar de tema.

Ah... ¿Quieres ir a por un helado?

Auron checó sus bolsillos, buscando alguna monedilla en ellos, al parecer estaba más vacío que una bolsa de sabritas.

—Mira, Luzu, que a mí me hubiera encantado comprarte uno.

—¡Oh, no, no! No te preocupes, que yo te lo compro, ¿vale?

Puso su mano en su pecho, las palabras del castaño le dolían, ¿Por qué le hacía ver como un puto pobre? Pero también le hacían sentir tan calmado, ¿por qué tenía que ser tan buena persona?

—Luzu, mi niño, tú eres un rayo de luz, ¿lo sabías?

El castaño solo sonrió, fueron hacia una heladería lo más cercana posible.

Finalmente salieron del establecimiento, cada uno con su helado, Auron había pedido de chocolate y Luzu de vainilla, habían vuelto a su antiguo asiento.

—Te agradezco de nuevo, mi niño.

—No fue nada, Auronsito.

Se dedicaron una mirada y una sonrisa, para comenzar a disfrutar de sus helados.

Aún sigue haciendo calor...

—¡Pues es que no te quitas la polera ni para dormir, coño! Mira, ven aquí.

Se le acercó poco a poco, y empezo a jalar su polera con una de sus manos libres.

—¡Que no, que no! Me vas a tirar el helado.

—¡Que va, es que ya me da calor con solo verte!

Después de tanto insistir y tantos movimientos bruscos por parte del pelinegro, uno de los helados cayó al piso.

Oh shit.

Y no era el de Luzu.

—Madre mía.

Tapó sus ojos con su mano lentamente, con decepción, pero hacia él mismo por ser tan tonto.

El silencio reinó, Luzu miraba el helado en el suelo, derritiéndose poco a poco.

—Lo siento, Luzu, ha sido mi culpa. 

—...

Luzu no sabía si reír o llorar, después de todo, había comprado eso con su dinero.

—Oye... No te preocupes, Auron...

—Pero es que ni siquiera he podido disfrutar de ese helado, y tú que con tanto esfuerzo me lo has comprado, madre de Dios...

Luzu le miró tímido, acercó lentamente su helado hacia el contrario.

—Mira, toma el mío, Auronsito.

Sonrió y acercó aún más el helado a él, Auron puso su mano encima de las suyas, tomando igualmente aquel postre.

—¿Y si mejor lo compartimos?

Auron le dedicó una mirada pícara, logrando que el castaño se pusiera algo nervioso y sus mejillas se colorasen de un rojo intenso.

—B-Bueno, eh, me parece bien, p-pero si tú no quieres, yo... No tengo problemas en que t-te lo quedes...

El pelinegro puso su otra mano encima de la del castaño, poniéndolo hasta más nervioso que antes, estaba teniendo un gay panic, no podía procesarlo todo.

—A mí no me molesta, Luzu, mi niño.

Se acercó lentamente a su rostro, para rozar sus labios con los suyos, algo que Luzu no se esperaba, bueno, no en ese momento, su corazón comenzaba a ir a mil por hora y sentía como su rostro ya estaba rojo como tomate, Auron dejó de besarle, había dejado s Luzu completamente atónito, Auron solo sonrió de lado.

¿Entonces?

Luzu parpadeó varias veces, aún perdido.

—A-Ahm... Pues vale, si a tí no te molesta...me parece genial.

Auron apoyó su cabeza en el hombro del castaño.

—Como te quiero, Luzu, mi niño.

Y así pasaron su día, compartiendo un helado, ellos dos y un calor que te cagas.

✨LuzuPlay Month✨ 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora