Jimin estaba recostado en su cama, observando el techo. Llevaba dos horas así, pues estaba recordando una y otra vez lo que ocurrió cuando llevó a su madre al psiquiatra:
— Buenas, soy Park Boyoung, madre de Jimin—. Movió sus largas y rizadas pestañas de arriba abajo y apoyó sus manos sobre sus piernas, las cuales eran cubiertas por un hermoso vestido blanco.
— Yo soy Kwon Jiyong, psiquiatra de Jimin. Es un gusto—. Extendió su mano, más no le fue recibida.
— ¿Entonces es usted quien atiende a mi lunático hijo?
— Yo no llamaría "lunático", señorita Park—. Sentenció.
— ¿Y qué tal, enfermo?
Le estaba buscando la quinta pata al gato, todos en ese cuarto lo sabían. Esa mujer, sólo quería colmar la última gota del vaso.
— Mamá, detente—. Interrumpió, enfadado.
— Oh, lo siento, mis modales—. Rió burlona.
Carraspeando, habló el alfa:
— Bueno, quería comentarle que, Jimin será atendido por el psicólogo Choi Seungcheol y por mi. Hoy hablaré con él, y dependiendo de su estado en este último tiempo, determinaré si comenzará o no a tomar medicación, debido a su depresión—. Terminó, cruzando sus manos sobre su escritorio como en la anterior sesión. Parecía ser un hábito del médico.
— Me parece perfecto, ¿algo más?—. Sonrió falsamente, la hermosa mujer.
— Por ahora, solo le pediré que se retire para poder hablar con Jimin.
Y así hizo Boyoung; sin decir nada, salió del cuarto.
— Bueno, ahora que estamos solos, cuéntame, ¿cómo has estado?—. Preguntó con una sonrisa en su rostro.
— Supongo que bien y mal a su vez. Aún me atormento con la muerte de mi padre, mi mejor amigo me ignora y mi madre no hace más que volverme la vida de cuadritos al insultarme constantemente y venir siempre alcoholizada a la casa, aún no sé cómo es que ahora mismo no está con una botella de whiskey en la mano; lo único bueno de estos días fueron mi novio, quien sigue tratándome como al ser más puro e inocente que existe, y, ah, mi nuevo amigo.
— Tengo dos preguntas. ¿Por qué tu mejor amigo te ignora? Y, ¿quién es tu nuevo amigo?
— Hoseok es mi mejor amigo, o quizá ya no lo sea... hace unos, creo que, aproximadamente, dos meses atrás, alucinaba con que veía a mi padre y él vino hasta a mi casa a hacerme ver la realidad, quería que abriera mis ojos, pero fui necio. El punto es que, lo golpee, y no fue una simple bofetada, fue toda una suma de golpes y patadas a su estómago, rodillas y rostro. Él, por supuesto que no me lo dejó pasar, pues lo tuvieron que hospitalizar y enyesar por los huesos que le rompí. Estuve con él desde el primer momento, y al principio sólo se asustaba un poco de mi presencia, pero con el tiempo fue acumulando odio y temor, lo que desató en un adiós de su parte muy duro de soportar. Sigo extrañándolo, pero ya no sé qué más decir para que me perdone, porque me encuentro genuinamente arrepentido; pero él dice que ya no confía en mi, teme porque me de otro brote psicótico y lo ataque de nuevo, y ya le aseguré que no ocurrirá, pero cuánto más lo pienso, más me doy cuenta de que no puedo asegurar eso; soy inestable.
— Esto es muy grave, pero debes darle su tiempo, y debes darte tu tiempo para pensar y poner los puntos sobre las íes. Necesitan esta lejanía ahora, porque estar juntos omitiendo lo sucedido no haría más que convertirlos en una relación tóxica, e imagino que no quieres eso.
Jimin negó instantáneamente.
— Perfecto, es genial que lo comprendas. ¿Y qué hay sobre tu otro amigo?—. Preguntó con verdadero interés, algo que Park agradeció a sus adentros.
— Oh, ¿Taeyong? Es tres años mayor, comenzamos a ser amigos hace unas semanas, o creo que ya pasó un mes desde ese hecho—. Soltó, preguntándose a sí mismo cuánto tiempo de amistad llevaba.
— ¿Y eso no es positivo?
— Supongo que lo es, pero aún así no creo que él me quiera de verdad, hasta pienso que, debería dejarlo al igual que a mi novio. No quiero dañarlos como dañé a Hoseok, soy un peligro, una basura de persona, debería estar encerrado en mi cuarto para que no me hieran y no hiera a otros—. Las lágrimas se acumularon en sus ojos, mientras se disculpaba mentalmente con todos sus seres queridos por lo repugnante que era.
— Encerrándote e imposibilitándote miles de cosas, no lograrás nada. ¿No quieres mejorar?
— Sí quiero—. Sollozó.
— Entonces, debes pensar en positivo y, si tienes dudas, en vez de darlo por hecho, ¡pregunta! ¡Quítate esas preguntas tontas de la cabeza! Yo confío en que puedes, solo falta que tú también confíes—. Finalizó con la ya tan típica y bonita sonrisa en su rostro.
La sesión dio a su fin y, un alterado Jimin salió de aquel sofocante cuarto.
El sonido de su teléfono lo sacó de sus pensamientos, y supo quién era el remitente.
— ¿Hola, Beauté?
— Sí, cariño, ¿qué ocurre?
— Nada, sólo llamaba para saber si querías salir por ahí conmigo, ya sabes, para despejarte un poco. ¿Qué te parece, eh?
Sonrió imaginando las cejas levantadas de su amado novio.
— Con mucho gusto, dalo por seguro—. Afirmó con los ánimos un poco más levantados.
Jungkook tenía un poder en él inexplicable.
— Te espero en la cafetería Exedra de siempre, ¿te parece?—. No lo veía, pero sabía qué gestos estaba haciendo, por lo que sonrió divagando en su mente.
— Por supuesto, ahí estaré. Adiós, te amo.
— Te amo más—. Terminó con su tono dulce.
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Beauté|Kookmin
RomanceEl amor de dos niños, crece y se vuelve algo puro, envidiable y maravilloso. Los demás, desean algo que no tienen y perjudican. ¿Pueden superarlo o se rendirán? ¿Qué tan resistentes serán sus "te amo"? ⇝ No resubir ni adaptar. ⇝ Contenido homosexua...