Dalia

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Los dieciocho años de Jungkook estaban en la puerta de la esquina, ansiando su llegada. Por otro lado, Jimin tenía planeado una gran sorpresa, en donde, además, se confesaría oficialmente ante el castaño de sus sueños.

— Cariño, ¿Puedes ayudarme?—. Parpadeó varias veces con el propósito de convencer a su hijo.

— No, estoy ocupado—. Sentenció seriamente.

— Park Jimin, no fue una pregunta, sino que más bien, una orden—. Visualizó al rubio con una mirada retadora, la cual, le fue correspondida y copiada.

— ¡Mamá! Debo preparar meticulosamente la fiesta de Nochu para no cometer ningún error.

Apoyó repentina y exageradamente su cuaderno con las ideas del cumpleaños.

— Puedes continuar, si me ayudas con el pastel—. Sonrió victoriosa y llena de vigor.

— Sólo lo haré porque quiero colaborar en todo lo que tenga que ver con el evento.

La tarde pasó volando rápidamente para los Park. Jimin, entusiasmado, y bastante eufórico, se dio el trabajo de realizar los preparativos. A su vez, también practicó varias veces cómo le diría a Jungkook que estaba estúpidamente enamorado desde hace años; a pesar de que pudiera sonar más que obvio, aún no se habían dicho esas absurdas palabras, para el resto:

"Me gustas".

La hora acordada se aproximó y la familia salió de camino a la casa Jeon. Allí estaría la madre del nombrado, debido a que, Jungkook no se encontraría en casa, y esa era la idea: armar todo en su ausencia y esperarlo con el lugar listo.

— ¡Minnie!—. Abrazó radiante de felicidad al abrir la puerta.

— So Eun, ¿Cómo has estado?—. La madre del rubio fue quien habló esta vez, saludando alegremente a la mujer.

— Espléndida. Deseo que mi bebé aparezca, quiero ver su carita de sorpresa.

Charlaron unos minutos más, hasta que, finalmente, se instalaron dentro del hogar.

Después de unas dos horas, la cerradura sonó y todos corrieron a sus lugares para esconderse. Habían llegado Kim TaeHyung, Yoon Dowoon, Choi Yuna —sí, Jimin cedió a invitar a, como él llamaba, la víbora castaña— y Mark Tuan. Jimin sabía a la perfección con quienes se juntaba Jungkook y con los que no.

— ¿Mamá?—. Su voz gruesa y firme, se hizo escuchar en todo el salón.

Dejó su mochila a un costado de la puerta ,y se dirigió enseguida a la sala obscurecida. Al prender la luz, se sobresaltó gracias a el gigante: "¡Sorpresa!".

— Qué...

— ¡Feliz cumpleaños, Nochu!—. Corrió a abrazarlo y depositar un tierno y sonoro beso en su mejilla. Aguardando tras su espalda una flor rosada.

— ¿Esto... esto fue tu idea?—. Aturdido por la presencia de sus amigos y padres (los de Jimin y su mamá), correspondió torpemente el abrazo de su omega.

— Sip, pero todos los presentes ayudaron—. Asintió con su cabeza y le tendió su regalo.

— Cuéntame.

— Es una Dalia. Esta flor, cuando es rosa, simboliza un compromiso sobre hacer feliz a la otra persona. Yo daré mi mayor esfuerzo contigo—. Sonrió enormemente al sentir un casto beso en su frente.

Je t'aime trop.*

— No empieces—. Hizo un puchero y se alejó unos pasos, para que el resto pudiera saludar también.

La fiesta pasó muy amena y agradable. Jimin dormiría en la casa Jeon, por lo que, aún mantenía en mente su confesión. Al finalizar, se cambiaron por ropas más cómodas, siendo el rubio el que se llevaría una muda inmensa para su diminuto cuerpo.

— Ten, debo comprarte ropa para que tengas aquí—. Dijo pasándole el conjunto de chandal y colocándose su típica remera blanca.

— No es necesario, me gusta tu ropa y lo holgada que me queda—. Sonrió nervioso y comenzó a tocar sus anillos, acto que no pasó desapercibido.

— ¿Qué sucede? Me estás ocultando algo, te conozco de años, no puedes mentirme—. Se acomodó en su cama e invitó al menor para que lo acompañara.

Se sentó junto a Jungkook y lo miró profundamente, queriendo decirle todo sin decir nada.

— Yo... bueno, sí quiero decirte algo.

— ¿Qué es?

— Me gustas—. Cerró sus ojos, aguardando la peor reacción del castaño.

Lo que recibió, fue un beso en sus grueso y colorados labios, acto que lo sorprendió de sobremanera.

Correspondió torpemente, sintiendo la suavidad y dulzura de Jeon.

— Beauté, me dijiste algo que ya sabía—. Sonrió seductoramente, burlándose levemente del rubio.

— Tonto— Golpeó juguetón, el brazo del contrario—. Lo sabías y nunca me hiciste tu novio, que injusto. Me haces sufrir.

Jungkook abrazó desde la cintura a Jimin y de esa manera, besó cada rincón de su rostro.

— ¿Qué? Creí que ya lo éramos.

— ¡Ya deja de jugar conmigo o te acusaré con tu madre!—. Su tono divertido, hacía entender que no hablaba seriamente.

— Bueno, está bien, seré formal. Park Jimin, ¿Desea usted ser novio de este torpe alfa?

— Mhm, sí.

— ¿Sólo eso?—. La confusión lo asaltó y abandonó en tres segundos.

— Exactamente, mí alfa.

Je t'aime le ciel, maintenant nous serons ensemble pour toujours—. Acarició las mejillas contrarias enternecido por la belleza ajena.

— ¿Algún día piensas dejarme?

— Al contrario, me enamoraste desde que éramos niños.

Sellaron esa noche con muchas caricias y besitos robados. Tal vez, sería necesario saber, que las cosas pueden dar un giro brusco en cualquier santiamén.

•••

Je t'aime trop: te amo demasiado.
Je t'aime le ciel, maintenant nous serons ensemble pour toujours: te amo, cielo, ahora estaremos juntos para siempre.

Beauté|KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora