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Constanza

—Hola ¿Barbi? —le hablé a mi mejor amiga por el teléfono esta me respondió a lo que pregunté—¿'tas en tu casa?

—Si putis, ¿pasó algo? —asentí con la cabeza pero al darme cuenta que no me veía comencé a explicarle.

—Mi vieja se olvidó de dejarme la llave de casa y no vuelve hasta mañana, ¿me puedo quedar a dormir allá?

— Pff eso no se pregunta amiga, venite. Eso si... —No la dejé terminar y le agradecí para después colgarle tomando rumbo para ir a su departamento.

Por suerte Barbi me contestó y no tuve que romper una ventana de mi casa para poder que entrar, o terminar durmiendo abajo de un puente.

🤍🤍🤍

—¿Que mierda hace Mateo acá? —susurré cuando lo
vi a este bien cómodo en el sillón de mi amiga — ¡Encima no me dijiste nada Barbi! Sabes que no lo banco.

— Te estoy escuchando Constanza —habló el morocho de ceja cortada, rodee los ojos.

—Cerrá el culo Mateo, y no me vuelvas a decir Constanza.

—Bue, que histérica estás hoy —se dio vuelta y me miró con gracia —Pareces Willy Wonka con ese corte que te hiciste.—rió y yo lo fulminé con la mirada.

—Dejá, duermo abajo de un puente antes de estar con este tarado.—Barbi rió y habló.

—Córtala Mateo —dijo reprimiendo la risa —Y vos no te vas a dormir a ningún puente, tomá las llaves que yo me tomo el palo un ratito no más —me guiño el ojo y se fue rápidamente dejándome boquiabierta.

—¿Por lo menos me podes decir a donde vas? —bufé, ventajas de vivir sola, solo a Barbi le pasa.

—Seguro se va con el Nacho, creo que andan.

—A vos no te pregunté.—solté seca.

—Ah bue, no te recordaba tan ortiva che —tomó el control remoto y puso netflix.

🤍🤍🤍

Me puse a cocinar porque me había agarrado alta lija, eran las nueve de la noche por lo que con razón ya me estaba rugiendo el estómago, me estaba haciendo unos fideos con queso y milanesa, alto manjar.

Cuando ya tenía mi plato me fijo en Mateo, estaba agarrando su mochila y su campera para después abrir la puerta e irse sin despedirse ni nada, no me sorprendí tampoco de eso y nisiquiera me importaba por lo que lo dejé pasar.

Tomo el control de la tele y estaba el noticiero anunciando de que el coronavirus ya había llegado a la Argentina y que el presidente dictaminó una cuarentena obligatoria, por lo que policías y demás iban a estar controlando que no salgamos de nuestras casas, iban a haber excepciones solamente para ir a comprar alimentos.

La concha de la mona, me iba a quedar encerrada acá.

Rápidamente siento como la puerta se abre y un Mateo enojado tire la mochila al piso y se siente.

—¿Que te pinta? —pregunte con cara de orto.

—¡No me dejan ir a mi casa! Está la gorra ahí en la puerta del edificio y no me dejan salir.—rodee los ojos.

—Explícales que te tenés que volver para tu casa.—dije obvia haciendo que esté me mire fulminante.

—¿Vos te pensas que no les explique? ¡Me mandaron para acá de vuelta!

Lo miré y me llevé una mano a la cara, no me podía estar pasando esto la puta madre.

— Este virus del orto —habla Mateo —Me quiero ir a la mierda wacho.

Antes de que le pudiese contestar mi celular sonó, era Bárbara.

—Barbi, ¿pasó algo?

—Coni, ¿viste las noticias? —afirmé —Bueno, a mi no me dejan salir así que me quedo en lo de Nacho, vos quédate en mi casa hasta que se termine esto de la cuarentena chota.

—Pero...si les explicas te dejan volver, tampoco son opresores los policías amiga.

Un silencio invadió la llamada.

—Amiga es un golazo esto de la cuarentena, ¿voy a garchar todos los días, entendes? No voy a desperdiciar esta oportunidad, no soy ninguna boluda.

Barbi la concha de tu madre.

—De tu edificio no nos podemos ir porque hay un montón de polis controlando —expliqué —Amiga decime que esto es una pesadilla.

—¡Hey! Que estoy acá la puta madre —se queja Mateo.

—Jodeme que Mateo sigue ahí —ríe y yo pongo una cara de orto tremenda, lastima que está no me puede ver.

—Si, sigue acá —contesto a lo que mi amiga ríe.

A mi no me causaba ninguna gracia.

—Bueno amiga, a bancarsela.—acota —Quizá quien dice, renace el amor.—hace énfasis en "amor"

—¡Que decís Barbara! Ni con un palo lo vuelvo a tocar a este.

—Sigo acá...—acota el morocho.

—¡Cerra el culo! —digo haciendo que esté se levante de la mesa para ir al living.

—Donde hubo fuego, cenizas quedan...—dice mi amiga para después colgar.

Solo a mi me pasa de tener que cumplir cuarentena con mi ex.

Esto literalmente podría ser próxima película en netflix o una novela de drama a lo Mexicano.

Dios mío, me quiero matar, que le costaba a esos chinos cocinar bien el murciélago la puta madre.

🤩🤩🤩

Literalmente siento que van a amar este fic ahre

quarentine ; trueno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora