Constanza
—¡Basta! No es gracioso —dije roja de la vergüenza al ver como Mateo me recordaba a mi ex.
—¿Como era que se llamaba? —pensó y luego comenzó a carcajear — Ya me acordé.
Por favor que no lo diga.
Tarde.
— ¡Valentino! —recordó —Jajsjaj la puta madre, no pensaba reírme tanto.—soltó.
— Uy Mateo sos un denso chabon.—me quejé.
—¿Te acordas cuando tu vieja decía que escuchaba ruidos raros por la noche? Comparó los gruñidos de él pibe con los de un perro rabioso —rió — Desde ese día sabía que me iba a empezar a llevar bien con tu mamá.
— No me da gracia —dije —Aparte el no gemía como un perro rabioso...era más como...una persona normal.
— Sisi, claro —dijo Mateo con sarcasmo.
Sonreí cuando se me ocurrió algo.
—¿Querés que hablemos sobre tus gemidos? —hablé haciendo que este se le calme la risa y me mire mal.
—No empieces porque después te terminas enojando...—me apunto con el dedo —Enserio Constanza.
Imite su gemido.
—Parecías un chihuahua —bromee haciendo que este frunza el ceño.
—Nada que ver, qué decís —hizo un montoncito.
—Acepta que la vez que cogimos en la...—me mordí el labio y lo miré, dios por qué sacamos este tema de conversación, que incómodo.
—¿En donde? —preguntó haciéndose el boludo.
Recordé la vez que cogimos en la cocina.
—La vez que cogimos en la cocina, gemías horrible, acéptalo, parecías un gato en celo —reí.
— Cogimos muchas veces en la cocina, no me acuerdo.—lo miré mal —¿Que? Es verdad boluda, no se por qué pero tenías una re obsesión con la cocina y el baño.
Me crucé de brazos.
—Nada que ver.
— A ver, puedo contar hasta con los dedos de las manos cuantas veces cogimos en una cama como una pareja normal —soltó — Pero las veces que cogimos en la ducha o en la cocina, son muchas.—me sonroje — Ah bueno, ¿en que andas pensando? —soltó haciendo que me sonroje más —¡Atrevida!
—¡Déjame en paz! —me levante del sillón y Mateo se paró del sillón para ir detrás mío mientras se reía pero sonó su celular y atendió con el ceño fruncido.
🤍🤍🤍
Hace media hora Mateo estaba hablando por teléfono con el ceño fruncido, pensé que estaba hablando con la tal Azul por lo que me vine para el cuarto y comencé a limpiarlo un poco, estaba hecho un asco.
Salgo del cuarto y grito.
—¡Mateo! Veni a ayudarme boludo, si es por vos vivimos entre la basura —este no me contestó, salí del cuarto y lo vi de espaldas, estaba sentado en el sillón —¡Mateo! ¡Te estoy hablando!
—¡Para! —gritó el, todavía dandome la espalda, me enojé.
—¿Quien te crees que sos para gritarme así pelotudo? Yo no te la puedo creer—me seguí quejando pero este me interrumpió.
—¡Te estoy pidiendo que pares! —habló pero a lo último la voz se le quebró me miró y él estaba con la cara empapada en lágrimas, los ojos rojos y haciendo puchero.
Instantáneamente no pude evitar no preocuparme, me acerqué hacia el, me puse en frente suyo y me agaché para mirarlo y preguntarle qué es lo que le pasaba, pero las palabras no salían de mi boca, este sollozó.
— Hey —lo tomé de ambos lados de la cara —¿Que pasó? —este negó con la cabeza. —Mateo, ¿que está pasando?
— Lo mataron a el Lucas —sollozó — Lo mataron por defender a los pibes, a unos pibitos que la gorra los estaba jodiendo.—dijo con bronca — Lo mataron a golpes, ¡a golpes! ¡La puta madre! —soltó con dolor.
No sabía que hacer ni cómo actuar ante esto, Lucas era un pibe de la boca, uno de los mejores amigos de Mateo, lo sé porque lo conocía, no tanto sino que en mi vida lo habré visto como mucho tres veces, pero sabía lo que significaba para Mateo, Lucas era como un hermano para el.
— Mateo necesito que te calmes, por favor —hice que me mire a los ojos — Estás agitado, respira y exhala —comencé a hacerlo y este me imitó, pero a los pocos segundo volvió a quebrar en llanto.— Lo siento tanto, en serio.
No sabía cómo contenerlo. En si, no había coontencion para tal dolor, pero estaba haciendo lo mejor que podía, sabía la impotencia que este sentía al nisiquiera poder salir de acá y ir hacia la boca, lo sabía porque lo conocía como a nadie, conocía sus gestos, como cuando estaba nervioso miraba para los costados o comenzaba a mover las piernas de un lado a otro, o como cuando estaba por llorar, que se mordía el labio intentando reprimir el llanto, así como muchas cosas más.
—¿Que necesitas? —pregunté llevándole las manos a su pelito desordenado, este se relamió el labio y yo le sonreí débilmente, estaba brotado y sus ojitos estaban más hinchados y chinitos de lo normal, su labio tembló y negó con la cabeza.
—Necesito que me dejes solo —dijo brusco, haciendo que yo lo miré con el ceño fruncido —Ándate, por favor.
No quería dejarlo así, no podía pero él me lo estaba pidiendo con lágrimas en los ojos, asentí y me paré para luego ir hacia la pieza y quedarme ahí, este soltó un grito de furia y yo cerré los ojos, dios Mateo, no te puedo ver así.
Hice como si no estuviera pasando nada y seguí ordenando la habitación, mientras de lejos escuchaba los sollozos del morocho, sin consuelo alguno ante la muerte de un joven amigo.
Mi teléfono sonó, atendí y me sorprendí al oír la voz de Pedro, nunca tuvimos relación aunque hayamos vivido en la misma casa, a mi no me caía bien y yo supongo que a él le pasa lo mismo conmigo.
—¿Constanza? —preguntó el.
— Si, soy yo.—afirmé — ¿Pasó algo Pedro?
Este suspiró y luego de unos minutos pensando que este me colgó, me di cuenta que estaba equivocada.
— Escúchame, se que soy el menos indicado para pedirte un favor —soltó él — Pero por favor, cuídame a Mateo, está mal y...—lo interrumpí.
— Yo no estoy con Mateo —dije y este rió.
—El me contó que esta en el departamento de Barbara con vos —rió y yo suspiré, habré quedado como una pelotuda — En fin, ya sabes, no dejes que haga ninguna locura, lo conoces tanto como yo así que sabes como el se pone.
—Tranquilo Pedro, lo voy a cuidar —prometí —¿Necesita algo más?
—No, era solo eso —contestó —Muchas gracias de nuevo.
Yo asentí y después de despedirnos y todo, colgué.
Me senté en la cama y una lágrima rebelde se deslizó por mi mejilla, me hizo mal ver a Mateo llorar con tanto sentimiento, tan mal, tan destrozado.
Llámenme sensible o como quieran por estar llorando en la habitación tras aquella situación, pero una de las cosas más feas es ver a alguien que queres o quisiste alguna vez llorar tan desconsoladamente.
No se lo deseo a nadie, es un dolor en el pecho inexplicable, quisiera estar ahí con él acompañándolo pero él decidió estar solo, y aunque me cueste dejarlo solo tengo que respetar su decisión por mas de que quisiera por lo menos estar al lado suyo haciéndole saber que alguien lo va a acompañar en esto.
💛💛💛
Tengo una duda existencial ahre
No les pasa que si ven a alguien llorar, ustedes lloran o se ponen tristes, a mi me pasa todo el tiempo, les juro.
![](https://img.wattpad.com/cover/219383576-288-k224796.jpg)
ESTÁS LEYENDO
quarentine ; trueno
FanfictionDonde Constanza tiene que cumplir cuarentena junto con su ex, Mateo.