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Mateo

— Me había olvidado de lo asquerosos que eran tus mates —dije a lo que la morocha me miró mal.

—Cerra el culo y pásame el mate, no es un micrófono sabías —soltó a lo que le termine de dar un sorbo al mate y se lo pasé.

—¿Posta crees que le cagamos la relación a nuestros papás? —pregunte haciendo que esta me mire y vuelva su vista al mate, suspiró y contestó.

—No sé Mateo, pero vos sabes que en parte la cagamos nosotros —me explico haciendo que asienta —Aparte de que tu papá y vos son dos boludos.

Rodee los ojos.

— Por qué, a ver —pedí alguna explicación.

—Porque a tu viejo le importo más el que dirán, no digo que a mi vieja no le importe pero a tu papá mucho mas, y vos para complacerlo como un pelotudo hiciste todo lo que él pedía —se quejó.

— Sabes que no es así.

— Mateo, enserio te hablo —contó con los dedos — No me alcanzan los dedos para contar las veces de las que casi me cortas.

— Na, eso es cualquiera, nunca te hubiese cortado por complacer a mi viejo.

—Ajá si sí —dijo pasándome el mate — Cambiando de tema, ¿con Azul? ¿De nuevo? —arquee una ceja.

Para que se entienda, Azul fue mi novia hasta que le corte porque me estaba enloqueciendo con su voz chillona y sus problemas de una nena de cinco años, me vivía quejando de ella con Constanza, hasta que le corte y luego está le tome bronca a quien era mi hermanastra en ese tiempo acusándola de que ella arruinó nuestra relación y me llenó la cabeza, cosa que no era verdad, Azul y sus actitudes hizo que le termine.

Cuestión, Azul me tenia las bolas llenas con sus histeriqueadas.

—¿No era que no te acordabas de nada?

—Bue, pero de eso si me acuerdo bobo.—soltó ella.

— No da para hablar con una ex de esto, es muy incómodo.

—Incomodo es convivir por quince días con vos, así que esto es algo mínimo y estoy aburrida. Contame —se acomodó en su silla y me quedó mirando para que le cuente, rodee los ojos pero comencé a contarle.

— No somos nada —esta me miró como si no me creyera — Posta.

— Ah entonces te la culias solamente —soltó así como si nada.

—¡Constanza!

—¿Que? Bue Mateo, sos tan atrevido en otras cosas pero si hablamos de sexo te da pudor, déjate de joder, ¿Que tenes cuarenta años boludo?

—No es que me de pudor, me incomoda hablar de mi vida sexual con vos.—conteste.

—Uy, adivino —cerré los ojos, que no diga lo que yo pienso —¿No se te para?

La puta madre, la conozco tan bien.

—No...¡no es eso! —me puse colorado.

—Yo que me acuerde conmigo nunca tuviste problemas con eso —dijo a propósito para que me ponga aún más colorado.

— No sé si Azul me calienta tanto.

Esta me miró con la boca abierta, sorprendida y se rió con gracia, yo cerré los ojos, me mande al frente solo.

— Ah, con que te sigo calentando —rió —Tranqui Mateo, es normal.

—No quise decir eso.—solté.

quarentine ; trueno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora