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Constanza

—¿Que mierda queres Mateo? Decimelo porque posta ya estoy cansada de estar así.

— Te quiero besar, ¿te puedo dar un beso?

Mire sus facciones para ver qué onda, si me estaba mintiendo, boludeando o si me estaba diciendo la posta ya que no quería quedar como una pelotuda.

Mordí mi labio.

—¿Enserio me amas? —le pregunté y este asintió —Entonces no te va a importar que vaya a tu casa y le cuente todo a mi vieja y a tu viejo, no?

Este me quedo mirando y bajo la vista, yo reí, era obvio que no me iba a dejar hacerlo.

— ¡Ves que sos un pelotudo!

— ¡Es mi viejo! Es mi relación con el, es la relación de tu mamá y el, es la estabilidad de la familia.—me explica y yo niego con la cabeza — Lo que te pasa a vos es que no miras más allá de tu ombligo, yo si lo hago, no soy tan egoísta.

—Egoísta ¿yo? —no podía creer lo que este me estaba diciendo —Sabes que, ahora si que voy a ser egoísta, le voy a contar todo a los dos y me voy a air bien a la mierda, me chupa un huevo lo que vos y todos piensen, me canse de que vos no tengas los huevos para confrontar a nadie y después hacerte el macho, sos un cagon Mateo.—lo empujé y caminé hacia la casa de este, obviamente con este siguiéndome.

— Flaca, vas a hacer un lío tremendo, déjate de joder.—se quejó pero yo hacía oídos sordos, me tomó del brazo —Constanza enserio.

—Mateo soltame ya —lo miré mal y este me soltó.

Llegue a la casa y rara vez Ivana y Pedro estaban despiertos mirando en el living una película.

Antes de que digan algo y mi mamá se lance a mi a decirme algo sobre mi cumpleaños hablé, con el morocho de atrás pidiendo pro favor que me calme.

—Mateo y yo estábamos juntos, aunque él lo negó ante ustedes —aclaré— Pero por complacerte a vos Pedro que sos un egoísta del orto —mi mamá me iba a interrumpir — Me dejó, corto todo lo de nosotros por un pelotudo como vos y por tu relación con mi mamá, con Mateo nos amamos —lo miró y este me sonríe —Yo lo amo una banda y quiero estar con él y si ustedes me lo impiden me chupa un huevo, me chupa un huevo el que dirán y toda esa mierda, ¿me entendieron? —mi mamá me mira con desaprobación.

—¿Y como se que no estás mintiendo? ¿Como sé no es una broma de mal gusto? —preguntó esta.

—Querés ver si es una broma de mal gusto? —esta asintió —Te voy a demostrar que no.

Lo tomé a Mateo de la cara y le comí la boca, sin importarme nada, esto era a todo o nada, esto era lo que ellos tenían que ver y morderse porque sus hijos estaban juntos y tenían que aceptarlo, quieran o no.

Al finalizar el beso Mateo lo miró a Pedro y este lo miraba con una cara de orto tremenda.

—La amo pa, es la mujer de mi vida y si no te gusta te vas a tener que aguantar, no pienso dejarla escapar más.—me abrazo por la cintura, este estaba con los ojos vidriosos, mi amor me dio una ternura.

Mateo es una persona muy sensible y estar así con su viejo no era algo a lo que él estaba acostumbrado, le dolía confrontarlo y yo lo sabía, pero si él no lo hacía siempre iba a ser un pibe infeliz que era dirigido por el padre.

Pedro se levantó del sillón y se encerró en la habitación, mi mamá fue detrás de él, Mateo me miró un tanto decepcionado.

—Estoy harto boluda, estoy harto en que solo piense en el —lo abracé y este lloraba en mi hombro.

—Esta bien bebe, déjalo que piense un poco —lo observé con ternura —Gracias por hacer esto por mi, te amo.

Al decir esta última palabra este me miró y sonrió, se mordió el labio.

—Perdón pero, ¿lo podrías repetir?

—Te amo Mateo, te amo mucho.

—Va a llover mepa —frunzo el ceño —Se te ablando el corazón —explica y lo empujo ofendida.

—Tarado, soy re dulce yo, que decís.

Este me observa un poco, se toma su tiempo y lleva sus manos hacia mi cintura para luego decirme:

—No te das una idea de la falta que me hacías, por favor no te vayas más. Me volves loco.

Le di un pico.

—No te voy a dejar más rulos, quédate tranquilo que yo no te voy a faltar.—me sonrió —¿Sabias cual fue mi deseo de cumpleaños?

Este me miró extrañados preguntó:

—Ni idea, ¿que pediste?

—Que dejes de ser tan cagon —confesé y este rió para luego mirarme mal.

—Sos una forra Constanza —carcajeó — Bueno, por lo menos se cumplió.

—Por suerte, sino lo hubiese desperdiciado en un mugroso como vos —me mira mal — Me alegra estar de vuelta con vos, me mal acostumbre a tu compañía.

—Yo extrañe tus mates.

—¡Chamuyero que sos! —dije para luego llenarle la cara de besos.

Bendita sea la hora en la que me decidí a encarar a Mateo, al fin y al cabo, tan pelotuda no fui.

✨✨✨

terminó el maratón chikis

Gracias por las 80k de leídas y 7k de votos, es re loco pensar que nisiquiera pasaron 2 meses de que publiqué esta fic y ya esta por llegar a los 100k

quarentine ; trueno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora