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Me muero por besarte la boca, mamá
Hace tiempo que mi sueño es volverla a probar.

🤍🤍🤍

Mateo

Me asinceré anoche y quede como un pelotudo bárbaro.

¿Como iba a preguntarle si me iba a extrañar?, ademas de todo eso como la frutilla del postre como un virgo admití que yo si la iba a extrañar.

Me levante de la cama y abrí las cortinas para que entre un poco el sol, volví a la cama y me puse a boludear con mi celular, Coni seguía durmiendo como una morsa, con la boca abierta y los pelos alborotados, sonreí al verla.

Decidí hacerle caso a los consejos que me dio la morocha y decidí hablarle y disculparme por las pelotudeces que solté en caliente.

Este sin duda me perdonó y el mismo también se disculpo, después reímos por lo giles que fuimos o mejor dicho, unos orgullosos.

Siento que alguien se queja al lado mío, poniendo la almohada en su cara para que el rato del sol no le interrumpa su sueño.

—Mateo la concha tuya —se quejó cuando me reí —¿Por que abriste las cortinas?

—Son las dos de la tarde —respondí —Creo que ya es hora de levantarse.—le saco la almohada de la cara y esta me mira mal, le sonrio y acercó mi cara a la suya, esta me pone una mano en mi cara parándome.

Ah perfecto, encima me rechaza, golazo.

— Tengo mal aliento a la mañana —confesó a lo que reí —Primero tengo que cepillarme los dientes —se levantó y fue como ella dijo, hacia el baño.

🤍🤍🤍

—Mmm que rico —suelto cuando veo a Constanza en la cocina haciendo milanesas con puré —Me encanta.

Esta me miró y sonrió para luego darse vuelta, para mirarme, ya que estaba detrás de ella.

—Te dignaste a sacarte el pijama eh —se burló haciendo que yo blanquee los ojos — Estas fachero.

—Siempre estoy fachero, que decís —esta asiente y rodea mi cuello con sus brazos mientras yo llevo mis manos a su cintura, acerco mi cara a la suya y esta arquea una ceja.

—¿Que tenes pensado hacer? —se muerde el labio y yo voy directo a comerle la boca pero esta habla —¿Estas seguro?

Llevo mi cabeza hacia atrás y me alejo un poco de ella.

—Dios Constanza, estoy desde que nos levantamos intentando comerte la boca, ¿podes dejar de hablar? —esta rió y asintió.

— Esta bien, veni —negué así que ahora fue ella la que vino hacia mi, negó con la cabeza para luego unir sus labios con los míos, por fin.

Su boca de movia lentamente para luego sentir su lengua junto con la mía, no había mucho para decir, me sentía...raro, pero de buena manera, es más, me gustaba.

Cuando nos separamos para recobrar el aliento esta me miró y sonrió, para luego darme castos besos en la boca, uno atrás del otro, dejándome con ganas de más.

quarentine ; trueno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora