Mateo
La morocha se queda mirándome, y cuando yo estaba comenzando a intentar de retractarme sobre lo que le había dicho esta se acercó a mi y unió sus labios con los míos.
Esta bien, no era la respuesta que esperaba, ni que quería ya que lo que yo intentaba hacer era hablar con ella sobre mis sentimientos en estos momentos, pero tampoco me iba a negar a un buen beso de parte de esta, no soy ningún boludo.
Cuando esta comenzó a querer quitarse la ropa, para ya sabemos que yo la detuve, esta rodo los ojos ante mi acción.
—¿Que pasa Mateo? —preguntó confundida, yo suspiré.
— Te conozco Coni —dije obvio —Me queres distraer para que me olvide de esto, y te juro que quiero, pero más son las ganas que tengo de hablar con vos boluda.—esta bufó y se acomodo su remera.
— ¿Estas seguro de eso? —preguntó y asentí —¿Mucho? —asentí —No sé Mateo, es raro.
—¿Raro de que? —ahora el que preguntó fui yo, esta se acercó a mi y se acomodó su mechón rebelde detrás de su oreja.
— Esto que sentis, está bien, llevamos varias semanas juntos ya, pero no sé si las suficientes para que estés enganchado de vuelta, ¿entendes a lo que voy? —contestó.
Suspiré y la miré mal.
— Obvio que entiendo, me estás diciendo en otras palabras que soy un boludo que se engancha rápido —hablé mal ya, está negó con la cabeza y me acaricio la mejilla, yo me aparté.
—No te podes enojar por algo que no dije, estás malinterpretando todo.—soltó ella aun con calma.
—¿Sabes que es lo que pasa? —esta negó — Que yo soy siempre el que da la cara, el que habla de sus sentimientos posta, vos sos así de reservada y no decís nada, te haces la boluda.
—No me hago la boluda, Mateo —otra vez con las discusiones — Y nadie te pidió que des la cara, así que no me jodas.—se levantó del sillón para ir hacia la habitación pero yo hablé.
—¡Así haces vos! Todo tan simple, te levantas y te vas para no hablarme, buenísimo como escapas de tus problemas.—esta volvió hacia mi, que estaba parado en el medio de la sala.
Mi corazón latía fuerte cada vez que ella se acercaba más hacia mi, un calor emanaba por todo mi cuerpo y una sonrisa quería salir cuando esta me miraba aun así de enojada, no podía creer en si el carácter que tenía esta, siempre me llamó la atención su personalidad y su manera de ser conmigo.
No es así de dura, solo se está haciendo, la conozco tan bien.
— Vos no me podes decir eso.—dijo cuando estábamos cara a cara.
—¿Por qué? A ver —le hice frente.
— Vos también escapas de tus problemas Mateo, así que no me jodas a mi.
Esta estaba dispuesta a irse de vuelta pero no la dejé, suspiró.
— Eu —hablé cambiándole de tema, esta rodo los ojos y después me miró mal.
—Que queres —la tomé de la cara y esta me miró confundida y aun enojada.
— Me gustas.—esta negó y yo asentí repetidas veces — Me gustas mucho.
—Pero Mateo, ¿Que va a ser cuando esto no sea como un cuento? —fruncí el ceño confundido — Cuando termine todo esto de la cuarentena, cuando tengamos nuestros días malos, cuando volvamos a la rutina, no nos vamos a ver todos los días de la noche a la mañana como ahora, va a ser diferente, vos crees que estás enamorado pero...estás enamorado porque no te queda otra cosa que hacer en esta situación.—trato de explicar, pero negué con la cabeza.
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quarentine ; trueno
FanfictionDonde Constanza tiene que cumplir cuarentena junto con su ex, Mateo.