Resiliencia.

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Calum, 16 de enero de 2020

Una vez le doy las gracias a Emma, mi recepcionista, entro en mi despacho, encontrándome una pareja a la que llevo tratando unas cinco sesiones. Estrecho sus manos a modo de saludo, pidiéndoles que tomen asiento al igual que lo hago yo.

Me está costando bastante ayudar a esta pareja, ella parece estar ahogándose, y él parece no querer cambiar, sin duda su actitud es sumamente retrógrada, pero tengo que ser profesional, al menos eso es lo que me pidió mi padre cuando decidió que sería una buena idea que yo tuviese un lugar en la consulta de psicología familiar.

Es complicado que no te dejes llevar por tus principios y tengas que ser imparcial, cuando 4 palabras bien dichas resolverían la mayor parte de los problemas. Si tu pareja decide engañarte con otra persona, déjale, volverá a hacerlo en el 90% de los casos. Cuando no te valora, valórate tú y aléjate de esa persona. Si la comunicación no es vuestro punto fuerte, trabajad unidos para poder llegar a un buen punto de entendimiento entre ambos. Pero al parecer no es tan sencillo si tantas parejas terminan acudiendo a alguien como yo para poder solucionar sus problemas.

Sin embargo, este matrimonio es el obstáculo con el que temía encontrarme. Hasta la fecha todos me han resultado situaciones tal vez demasiado fáciles y cotidianas. Él es una persona sumamente tóxica: manipulador, dictatorial, celoso, impaciente, controlador, etc., y sin embargo tengo que tragarme todo esto y tratar de ayudar a su mujer, porque ella piensa que aun tiene solucion, ya que gracias a dios todo esto aún no ha desembocado en ningún episodio de violencia y ha llegado a las manos. Jamás pensé que vivir situaciones así, dañarían tanto mis valores morales.

Todo está yendo como las cinco consultas anteriores, ella se desahoga explicando cómo se siente, él se muestra imparcial, y yo trato de buscar algún punto que me haga entender y ver la luz en todo esto para poder ofrecerles una buena solución. Hasta que la bombilla que hay encima de mi cabeza se enciende de forma tan radiante que podría iluminar una hectárea entera que estuviese en penumbra.

Recuerdo que mi abuelo mencionó en la comida del domingo, que en su galería iban a inaugurar una exposición sobre el movimiento feminista. Por lo tanto, aprovecho que en algún momento él mencionó que tiene afición por el arte. Así que les propongo ir, y una vez ellos aceptan, decido dar por terminada la sesión de hoy, les escribo en un papel la dirección y la hora a la que nos debemos encontrar esta tarde y nos despedimos cordialmente.

A las 19:55, cinco minutos antes de haber quedado con mis pacientes, ya me encuentro frente a la entrada de la galería de mi abuelo. Observo como poco a poco van entrando distintas personas al edificio, no hay demasiadas, pero sí más de las que acostumbro a ver cuando decido venir a hacer alguna visita.

Miro mi reloj nuevamente para comprobar que ya pasan siete minutos de las ocho de la tarde, bufo de inmediato y me muerdo el labio inferior con impaciencia. Intento concentrarme y pensar que estoy aquí por trabajo, para no llamarles y decirles que directamente ni se molesten en presentarse. Finalmente tres minutos más tarde puedo ver a la pareja acercarse, intento sonreír de la forma más agradable que me permite mi anterior enfado por su tardanza. Es ella, como siempre, quien se disculpa en nombre de ambos, sin embargo, mientras ella intenta justificar los motivos de su retraso, mis ojos se dirigen a una pareja conozco a la perfección, frunzo el ceño al ver como Georgia y Ashton desaparecen en el interior de la galería, por lo que intento cortar la excusa de la mujer para poder entrar lo antes posible.

En el momento que cruzo la entrada del local, observo como la iluminación en general es bastante baja, centrando los puntos de luz en las fotografías. La disposición de la sala está creada de manera que tengas que seguir un recorrido específico, no hay opción a saltarte ninguna de ellas. La primera imagen es una silueta femenina, no se distingue nada más que sus curvas a causa de un foco situado justo detrás de su cuerpo.

Burned out like a cigarette (Calum Hood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora