Burned out like a cigarette (Calum Hood)

"Demasiado impaciente."

Calum, 24 de julio de 2021.

La verdad es que se hace bastante extraño estar en una fiesta solamente con Ashton y que falten todos los demás, pero Luke todavía no se encuentra lo suficientemente fuerte como para estar en una discoteca, por mucho que en este caso sea al aire libre. A Audrey no le apetecía, por lo que tanto ella como Georgia han decidido pasar un día las dos tranquilas en casa. Y Michael y Crystal no podían por el trabajo, dado que la fiesta empezaba por la tarde y se acaba poco después de la puesta de sol.

Estamos en un local a las afueras de la ciudad, el cual consta con una gran piscina en el centro y zonas a distintas alturas alrededor. La música suena casi con la misma fuerza que si fuera un lugar cerrado. Llevamos ya un par de horas divirtiéndonos con un grupo de gente con la que hemos empezado a bromear, en primer lugar el único objetivo era que Ashton se acercara a una de las integrantes del grupo, pero al final resultaron ser todos bastante agradables. Y desde hace ya tal vez media hora o más, siento como una de ellas no para de mirarme. Es una chica de estatura media y pelo oscuro, no sabría decir exactamente el color, ya que está mojado, y lleva puesto un bañador rosa.

Entre bromas y bailes, no tarda mucho más en terminar por acercarse a mí, yo le sonrío cuando se sitúa a mi lado y ella me devuelve el gesto. Después vuelvo a mirar al frente, mientras doy el trago final a mi bebida, para dejar el vaso sobre la mesa alta que tenemos ante nosotros. Observo como Ashton ya ha conseguido pasar de las palabras a los hechos con aquella chica que le interesaba, por lo que vuelvo a sonreír antes de mirar nuevamente a mi reciente acompañante.

- Me llamo Violet.- Se presenta inclinándose ligeramente hacia mí, para que pueda escuchar su voz sin demasiados problemas a causa del volumen de la música.

- Calum.- Respondo, a lo que ella me ofrece su mano como forma de saludo, algo que nos hace reír a ambos.

- Me encanta este tatuaje.- Pronuncia a la vez que mueve su mano, para recorrer con las yemas de sus dedos el dibujo del indio que tengo en uno de mis brazos.

- Gracias.- Contesto con amabilidad, mientras sigo con mi mirada el movimiento de su mano, que se mantiene en esa zona.- Veo que tú no tienes ninguno.- Comento tras echar un vistazo rápido a su cuerpo.

- La verdad es que para mí prefiero los piercings.- Vuelvo a recorrer con mi mirada varias zonas de su rostro y de su cuerpo tras sus palabras.

- Tampoco veo que tengas ninguno.- Hablo volviendo a fijar mis ojos en los suyos.

- Que no los veas ahora, no quiere decir que no los tenga.- Me guiña un ojo en cuanto se calla y yo no puedo evitar sonreír mientras niego con la cabeza, pensando en lo que acaba de insinuar.

- Lo que pasa es que yo no me creo nada si no lo veo.- Aseguro mientras alzo una de mis cejas, lo que hace que ella juegue con la punta de su lengua sobre el filo de sus dientes.

- Tal vez si demuestras no ser un gilipollas más, podrás verificar mis palabras al final del día.- Su tono de voz se vuelve mucho más juguetón que hace unos segundos.

- Suena interesante.- Ambos volvemos a sonreír y ella bebe de su copa durante un par de segundos.

- Tú también pareces interesante.- Tras dejar la copa sobre la mesa, vuelve a posar su mano sobre mi piel, haciendo que me estremezca unos segundos por el frío contacto, a causa de haber estado sujetando el recipiente.- Parece que tu amigo ya se está divirtiendo, pero ¿y tú?

- Yo espero hacerlo muy pronto también.- Respondo de forma sugerente, mientras muevo una de mis manos para posicionarla sobre su hombro derecho, tras apartar el pelo que caía sobre esa zona.- Y algo me dice que a ti te apetece formar parte de esa diversión.- Continúo moviendo mis dedos sobre su cuello, sin apartar mis ojos de los suyos, que me miran con picardía.

- Eso dependerá de si cumples el requisito que te he dicho antes.- Se encoge de hombros, y yo muevo mi mano hasta situar la palma en la parte posterior de su cuello.

- ¿Y crees que me va a llevar mucho tiempo demostrarlo?- Pregunto acortando la distancia entre ambos, dirigiendo mi rostro hacia un lateral de su cara.- Porque empiezo a tener un poco de prisa por descubrir qué escondes.- Termino de hablar con mi boca a la altura de su oído.

- Demasiado impaciente ¿no crees?- Pregunta a la vez que con su mano empieza a recorrer mi pecho, para después bajar lentamente por mi abdomen.

- Práctico, más bien. La fiesta empieza a degenerar demasiado, y si no me equivoco, ambos queremos lo mismo ¿por qué retrasarlo más?- Me separo lo suficiente como para poder mirarle de nuevo a los ojos, mientras sigo notando sus caricias por mi torso, y en esta ocasión ha incorporado a ellas su otra mano.

- Espero que seas igual de directo en todo.- Suelta antes de morderse el labio inferior, justo en el instante en el que sus uñas hacen contacto con la piel de mi pecho, acto que me hace cerrar los ojos al instante, mientras echo mi cabeza hacia atrás. Y mientras ella sigue recorriendo mi piel con suaves arañazos, la imagen de Audrey se cruza en mi mente, por lo que abro los ojos de inmediato y sacudo la cabeza intentando que desaparezca, para volver a centrarme en Violet.- Te voy a hacer un pequeño adelanto.- Anuncia, yo sigo con mi mirada sus manos y observo como deshace el nudo que mantenía unida la tela de su bañador en su pecho, y tras aflojarlo un poco, veo como brillan dos pequeñas bolas plateadas sobre su piel, me muerdo el labio inferior observando la zona de su escote que ha quedado al descubierto. Sin embargo, mi mente vuelve a viajar a Audrey y a ese tatuaje que me enloquece.

Tomo una respiración profunda y llevo una de mis manos a mi frente, intentando no darle importancia, y simplemente pensar que son las ganas que tengo de volver a tener relaciones. Por lo que termino con la distancia, y ejerciendo algo de presión con mi mano en su cuello, la pego a mí para empezar a besarnos de forma rápida y ligeramente torpe, algo normal cuando todavía no te acoplas a la velocidad y manera de besar de la otra persona. Pero mi cabeza sólo piensa en lo mucho que me gustaría estar besando ahora mismo a Audrey, para disfrutar de la complicidad que hay entre ambos y lo fluido que es siempre todo con ella.

Pongo mis manos sobre sus hombros y la aparto con suavidad, ella me mira con el ceño fruncido, yo me limito a suspirar antes de disculparme, para después alejarme del lugar. Según avanzo hacia el vestuario, no hago más que luchar conmigo mismo, intentando buscar alguna explicación a lo que me ha pasado, alguna que no sea que he vuelto a empezar a sentir algo por ella. Una vez termino de cambiarme, poniéndome unos vaqueros y una camisa por encima de una camiseta negra, salgo de allí para poder dirigirme a la salida de la discoteca.

Bajo las escaleras y cuando llego al final, decido sacar un cigarro de uno de mis bolsillos para poder fumar mientras me siento en uno de los últimos escalones. Tomo mi móvil y aviso a un taxi para que me venga a buscar, el cual me advierte de que tardará varios minutos en llegar y tras colgar le mando un mensaje a Ashton avisándole de que me vuelvo a casa.

Durante el tiempo que espero, mi cabeza no puede parar ni un segundo de pensar en Audrey, y en más de una ocasión siento el impulso de cuando llegue el taxista, darle la dirección de su casa para poder plantarme allí. Porque realmente siento la necesidad de besarla y descubrir qué me está pasando. Parecía que lo tenía todo bajo control, nada en mí parecía indicarme que esto me iba a pasar, y ahora todo se ha vuelto a ir a la mierda. Aunque todavía me queda la opción de aferrarme a que esté siendo todo fruto del alcohol, pero hay algo en mi interior que me advierte de que no es así.

Cuando termino el cigarro, suelto un bufido mientras lo apago contra el cenicero que hay a un lateral de las escaleras. Camino de un lado al otro, tratando de analizar todo lo que se me cruza por la mente y sobre todo intentando controlar esos impulsos que aparecen de vez en cuando. En cuanto veo aparecer el taxi, me subo en él y tras un par de segundos, termino dándole mi dirección, mientras me digo a mí mismo que por mucho que quiera hacer otra cosa, debo irme a casa y dejar que todo esto repose en mi cabeza antes de tomar cualquier decisión.