Serendipia.

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Audrey, 30 Mayo de 2020

Dentro de treinta minutos hemos quedado todos en casa de Calum para la "despedida" de Georgia de sus exámenes finales, por lo que ya estoy caminando hacia la parada del autobús, sabiendo que como mucho, si hay atasco, me demoro en llegar cinco minutos más de lo estipulado.

Compruebo mi reloj, sonriendo al instante sabiendo que Calum no podrá echarme en cara que he llegado tarde, y camino en dirección a su piso. Las calles como siempre están llenas de gente, por lo que tengo que esquivar a más de una persona para no chocar, pero es algo normal en el barrio Francés, el cual parece mantener la festividad todos los días del año. También se debe a que es el barrio más conocido de Nueva Orleans, y la mayor parte de los turistas vienen atraídos por los cuentos de Marie Laveau: La reina del vudú, brujas, vampiros, y los fantasmas de la casa de Delphine Lalaurie.

Presiono el botón correspondiente a su piso, y una vez me abre, decido subir por las escaleras. Ya desde las escaleras de dicho piso, se puede apreciar algo de escándalo por lo que doy por hecho que han dejado la puerta abierta para que no tenga que llamar nuevamente.

Una vez entro en el apartamento, cierro la puerta y camino por el pasillo hasta encontrarme con los chicos al otro lado de la barra, hablando animadamente. Una vez los saludo doy por hecho que aún no han llegado ni Gia ni Luke, por lo que me limito a dejar mis cosas en la habitación junto al resto, y vuelvo con ellos dejando las botellas de vino que me había encargado de comprar sobre la barra. Tras dar un trago al vaso de cerveza que me sirve Ashton, mis ojos viajan hasta el espejo roto que hay frente a nosotros en el cual ahora nuestro reflejo se ve distorsionado.

- ¿Que habéis hecho ya?.- Pregunto a la vez que señalo el espejo. Calum quien está colocando las botellas que yo había traído, junto al resto, se gira para poder ver a lo que me refiero.

- Eso...- No sé muy bien cómo interpretar la conexión de miradas que acabo de presenciar entre Calum y Ashton.- Tuve un pequeño accidente hace unos meses, y el dinero prefiero utilizarlo para otras cosas. Distorsionado o no, sigo viéndome guapo.- Bromea para restarle importancia al asunto.

Una vez Georgia llega, nos encargamos de que la fiesta comience y con ello la música, el alcohol, los bailes ridículos, y numerosas conversaciones de todo tipo, entre bromas. Hacía tiempo que no recordaba tan buen ambiente, y la verdad es que no sabía cuánto lo había añorado hasta ahora.

Acalorada por la mezcla de alcohol que empieza a hacer efecto en mí, decido coger mi copa de vino, y salir a la terraza. Dejo caer mi cuerpo con delicadeza sobre uno de los sofás de mimbre que hay a uno de los lados, y dejo que el tiempo pase mientras me pierdo en mis pensamientos observando a su vez a la gente caminar por las calles.

No tengo muy claro cuánto tiempo ha pasado, pero me obligo a dejar todos mis pensamientos a un lado cuando observo como Calum sale a la terraza dejando su copa a un lado de la barandilla, coge de su bolsillo izquierdo el paquete de tabaco, y saca un cigarro llevándolo a sus labios, para posteriormente encenderlo con el mechero que se encuentra dentro del propio paquete.

- Parece que alguien tiene preocupaciones.- Interrumpo los murmullos de la gente de la calle que con suerte llegan hasta aquí. Calum de inmediato gira su cabeza para poder averiguar de dónde procede la voz, encontrándose conmigo al otro extremo de la terraza.- Siempre que fumas es porque algo te preocupa o te pone nervioso.- Me atrevo a decir mientras observo como él sólo se limita a coger su copa de la barandilla y caminar hacia mi.

- Esta vez te equivocas, me apetecía.- Una vez llega a mi altura, se sienta a mi lado, dejando un pequeño espacio entre ambos, y deja su copa sobre la mesita de cristal que hay frente a nosotros.- ¿Qué hay de ti? ¿Qué pensamientos pasan por tu cabeza?.- Calum deja escapar de entre sus labios una pequeña sonrisa.- Siempre que pasabas tanto tiempo aquí era porque querías aclarar tus ideas.

- Esta vez te equivocas.- Imito sus palabras, soltando una pequeña carcajada, a la cual él se une.- La mezcla de cerveza y vino no suele sentarme muy bien, solo quería tomar un poco el aire.- Juego con el líquido que hay en el interior de mi copa. Ambos nos mantenemos callados por algunos minutos,y a pesar de que podría resultar incómodo, por primera vez al menos para mí, no parece serlo.

- ¿Sabes?- Calum rompe el silencio, acomodándose mejor en el pequeño sofá.- El otro día hice una pequeña limpieza, y no he encontrado aquella sudadera verde de empathy que tanto me gusta, ¿la tienes tú?

- Hostia, sí, bueno no, porque la quemé.- Hago una pequeña mueca fingiendo tristeza, y al observar como en su cara empieza a formarse un gesto de desagrado, me apresuro a continuar.- Es broma, sí que la tengo yo, dudé en su momento en devolvértela o no, y ya ves, aún dudo en cuál es la mejor decisión.- Bebo de mi copa, tratando así de evitar mostrar una sonrisa que estaba a punto de formarse en mis labios.

- Puedes quedártela, recuerdo que te quedaba muy bien cuando te levantabas y era lo primero que te ponías.- Se sienta de lado de forma que ahora queda frente a mi.- Igual que el resto de mis camisetas. Creo que no tengo ninguna que no hayas utilizado.- Suelto una pequeña risa sin poder evitarlo, y alzo mi mirada hacia la suya.

- Claro que tienes, esas horribles de tirantes ajustadas que te dio por llevar el último año que estuvimos juntos.- Él hace una mueca fingiendo sentirse ofendido.

- Si me vieras ahora con ellas, apreciarías lo bien que pueden quedar.- Finge un pequeño enfado que enseguida es sustituido por una ladina sonrisa.

- No voy a ponerlo en duda para no dañar más tu preciado orgullo.- Vacilo volviendo a dar un pequeño sorbo a mi copa. Miro un momento hacia el interior del piso y después vuelvo a centrar mi atención en él.- Al entrar me di cuenta de que ya no tienes la cafetera que tenías antes en medio de la barra. Creo que fue lo que más echaba de menos después de haberlo dejado, saber que en cuanto saliera de cama iba a tener café preparado.

- La sigo teniendo, pero esta noche la he guardado para que no ocupara un espacio necesario para otras cosas. Sabes perfectamente que mi día no puede empezar si no me tomo un café a primera hora.- Comenta sonriente y yo asiento un par de veces con la cabeza.

- Y sin echarte medio bote de colonia encima.- Trato de imitar la forma en la que él solía hacerlo.- Eras un maniático con eso.

- Eres una exagerada, sólo me echo tres veces, bueno cuatro, a cada lado del cuello y en las muñecas.- Se inclina a coger su copa a la cual da un trago volviendo luego a su posición.

- ¿También exagero si digo que no habían pasado ni veinte minutos de cualquier película, y ya te quedabas dormido?- Elevo una de mis cejas, esperando con ansia su respuesta, ya que sé perfectamente que todo lo que pueda decir, será mentira.

- Bueno, pero eso era porque me quedaba muy relajado cuando te acurrucabas contra mí.- Responde encogiéndose de hombros. Muestro una sonrisa ante sus palabras, recordando aquellos días.

De nuevo el silencio nos invade, cada uno da varios tragos a su respectiva bebida, y nuestras miradas viajan de un lado a otro, quizás todo se debe a que estamos aún pensando en ciertas situaciones que nos traen buenos recuerdos. Cuando termino mi copa me inclino hacia delante para poder depositarla vacía sobre la mesa.

- Así que al final te has adentrado en el mundo de los tatuajes.- Escucho de nuevo su voz y de forma instintiva bajo mi mirada hacia mi pecho, pero observo que hoy llevo una camiseta de cuello cerrado, de modo que dirijo mi mirada a mi brazo interpretando que se refiere al que tengo en la parte posterior de éste, justo sobre el codo, dos manos dibujadas con líneas finas representando el cuadro "La creación de Adán".- No es muy original, que digamos.- Comenta de forma burlona.

- Ah, ¿te vas a burlar de mi tatuaje?- Pregunto observándolo con una sonrisa mientras ladeo la cabeza.- Porque a lo mejor también quieres hablar de que hace unos meses tenías un pelo muy distinto.

- No sé de qué me hablas.- Responde negando con la cabeza mientras aprieta sus labios intentando contener su sonrisa.

- Georgia me ha enseñado fotos, en las que tu pelo parecía un poco más... ¿Amarillo pollo?- Finalmente acaba soltando una pequeña carcajada.

- Un pequeño error que se ha solucionado con un tinte y ya me encargaré yo de que esas fotos que andan por ahí se eliminen.- Ambos reímos nuevamente hasta que una voz nos interrumpe.

- ¿Entráis? Vamos a brindar todos juntos por Georgia.- Los dos nos ponemos en pie para volver al interior del apartamento y seguir con la fiesta junto al resto de amigos.

Burned out like a cigarette (Calum Hood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora