Hiel.

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Audrey, 20 de Mayo de 2019

Camino de un lado a otro de la habitación, noto mis latidos retumbar en mis oídos con demasiada fuerza. Ni siquiera quiero saber qué aspecto tengo después de haberme pasado toda la noche sin dormir, después de sus palabras no puedo dejar de ponerme en lo peor, sólo quiero que la puerta de mi habitación se abra y Calum entre dispuesto a abrazarme y olvidarlo todo. Miro mi móvil una vez más, para comprobar que hace diez minutos que me dijo que en quince estaría aquí y conociéndolo como lo conozco, sé que debe estar a punto de aparecer.

En el momento en el que escucho ruido al otro lado de la puerta, todo mi cuerpo se tensa, me quedo totalmente estática frente a la cama mientras observo como se mueve el pomo de la puerta. A medida que ésta se abre empiezo a ver su cuerpo, lleva puesto un pantalón gris de chándal y una camiseta negra, mala señal, nunca va tan descuidado a ningún sitio. Cuando cruza la entrada ni siquiera me mira, simplemente se gira para cerrar la puerta y en el momento en el que lo hace apoya su frente contra ella, suspirando.

- Hola.- Es lo único que soy capaz de decir con la voz totalmente temblorosa. Él se mantiene en la posición anterior durante un par de segundos antes de girarse para mirarme. En ese instante compruebo que por las ojeras que hay bajo sus ojos, tampoco debe haber dormido demasiado.

- Audrey...- Comienza a hablar, sin embargo tras algunos intentos de vocalizar alguna nueva palabra, vuelve a mantener la boca cerrada.

- Calum, por favor...- Titubeo sabiendo que su actitud no tiene nada que ver con la que ha tenido en discusiones anteriores.- Si es por lo de ayer... Lo siento.- Trato de disculparme.- No volveré a comportarme así, te lo prometo.- Él se limita a negar con la cabeza.

- El problema es que no ha sido la única vez, volverás a hacerlo, lo sabes tan bien como yo.- Yo intento caminar hacia él, pero me hace un gesto con la mano para que no continúe.- No me lo pongas más difícil, por favor.- Sus últimas palabras suenan como una petición desesperada.

- No hagas esto, nos queremos y no nos merecemos que esta relación se termine.- Noto como un nudo se empieza a formar en mi garganta mientras intento retener las lágrimas.

- Precisamente, creo que es lo que más nos merecemos, dejar esto aquí, tú no eres feliz conmigo, te hago pasarlo mal porque no actúo como crees que debería y no voy a cambiar. Y tú tampoco lo vas a hacer y no pasa nada, simplemente no estamos hechos para estar juntos. Quiero acabar con todo el daño que nos estamos haciendo y a lo mejor debería haberlo hecho hace mucho tiempo, pero porque te quiero he esperado demasiado.- Cada palabra que suelta me hace más daño que la anterior, noto como una lágrima recorre una de mis mejillas y me apresuro a limpiarla, como si con eso él no pudiera verlo.

- Por favor, vamos a intentarlo una vez más, una última oportunidad.- Suplico dando un nuevo paso hacia él.

- No puede ser, Audrey, ¿no te ves? Si seguimos juntos vamos a acabar mil veces peor y yo estoy cansado ya de sufrir, una relación no es para estar así. Yo no quiero estar en una pareja en la que tengo que medir cada uno de mis actos para no hacerle daño, porque después me siento peor. No quieres darte cuenta, pero estamos acabando el uno con el otro, y no quiero que ni tú ni yo acabemos perdidos, nos merecemos algo mejor.

- Pero es que tú tienes todo lo que deseo, estás cegado por las malas situaciones, que entiendo que puedan afectarte, pero no creo que sean de mayor peso que todos los buenos momentos que hemos vivido. No me creo que seas capaz de arrojar esto a la basura sin más.- Otra lágrima vuelve a recorrer mi mejilla, la cual limpio nuevamente, esta vez con algo de brusquedad.

- Por mucho que te cueste asumirlo, Audrey, esto ya no es ni por asomo lo que era en un principio, y quizás para ti sea distinto, pero según yo lo veo esto no tiene ningún futuro en el que las cosas acaben bien para ninguno de los dos. A mí también me duele perderte, pero por una vez creo que estoy haciendo las cosas bien.- Observo como se muerde el labio inferior insistentemente al terminar de hablar.

- Esto no funciona así.- Niego repetidas veces con la cabeza.- Esto es lo que tú quieres, pero ¿qué hay de lo que yo quiero?- Me señalo a mi misma.

- Ahora piensas que no lo quieres, pero ya lo entenderás, de verdad.- Al ver que su actitud sigue igual que desde que entró, decido retroceder y me siento sobre la cama subiendo las piernas para poder abrazarme a ellas.

- Calum...- Susurro antes de morder con fuerza mi labio inferior haciendo un último esfuerzo por no romper a llorar, sin que tenga ningún tipo de resultado.

- Lo siento mucho y no sabes como me duele verte así, pero no puedo hacer otra cosa, si cedo esta vez todo va a ser mucho peor. Sé que no voy a conseguir que lo veas ahora, pero de verdad que lo único que quiero es que seas feliz, y conmigo no lo eres, estos últimos años he visto como poco a poco te ibas apagando cada vez más, en lugar de mejorar con tus inseguridades, te has hundido más y no puedo evitar pensar que es culpa mía. No puedo seguir haciéndote eso.- Noto como su voz empieza a temblar hasta el punto en el que tiene que parar de hablar para tomar una respiración profunda mientras se tapa la cara con una de sus manos.-

- Por favor, yo te quiero mucho.- Suplico una vez más con las lágrimas recorriendo mi rostro sin parar.

- Lo sé, sé que lo haces, pero no es suficiente. Y tampoco creo que me quieras de una forma sana, me parece que haces que todo gire entorno a mí, y no vives tu vida individualmente.- Yo me mantengo en silencio simplemente intentando verle con toda la claridad que me permite el estar llorando.

- Puedo mejorar.- Él suspira nuevamente y con una de sus manos acaricia su mandíbula.

- También lo sé, pero no conmigo a tu lado.- Abro la boca para poder hablar nuevamente pero él se adelanta.- No voy a cambiar de opinión, Audrey, se acabó.

- Pero...- Consigo articular entre tutibeos.

- Sin peros Audrey... Por una vez voy a elegirme.- Finaliza de hablar. Se aparta de la puerta y lo veo dudar por un momento, pero finalmente toma de nuevo el pomo de la puerta y tras girarse sale por ésta de forma que parece como si todo su cuerpo pesara ahora tres veces más que antes.

La puerta vuelve a cerrarse haciendo que quede completamente destrozada y con el corazón hecho añicos, tanto que puedo oírlo romperse por momentos. Me dejo caer en la cama abrazando con fuerza la almohada, dejando que todo lo que estaba intentando retener en mi interior salga de golpe.

Burned out like a cigarette (Calum Hood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora