Otra vez no. Las pesadillas. Más fuertes y dolorosas que nunca.
Me despertaron de golpe a la hora de siempre, las dos y cuarto tocadas. Llorando, empapada en sudor frío y con algo parecido a un golpe en la cabeza.
No volvía a acordarme de nada salvo una imagen borrosa que no era capaz de identificar.
No podía ser, todo había vuelto a su lugar de siempre.
Yo viviendo con Jason. Jace lejos de mi. Y las pesadillas, dentro y fuera del dormitorio.
Porque no sólo era lo que soñaba de noche. Era cómo me despertaba luego, como si cada día fuese igual. Una gran repetición de una vida de mierda.
Esta noche la pesadilla no me dio tanto miedo como otras veces, pero sí me atormentaba más.
Como el anuncio de un final muy próximo. Demasiado.
Decidí bajar a ver a Jason.
Casi me costó salir de la cama, las piernas me pesaban extrañamente y la respiración se me entrecortaba al mínimo movimiento. La misma sensación de presión sobre mí que la mañana del domingo.
Salí de la habitación y bajé las escaleras con cuidado de no caerme, me daba la sensación de que todo daba vueltas.
Una imagen indefinida se pasaba por mi mente cada pocos segundos y no era capaz de ver nada claro, era la imagen del sueño.
Tenía miedo de estar volviéndome loca.
Llegué al cuarto de Jason y abrí la puerta haciendo el menor ruido posible.
Estaba muy oscuro y no vi nada.
No quise abrirle la luz para no despertarle tan de golpe y fui lentamente hacia su cama.
Llegué a ella y me senté en la punta.
Al igual que la otra vez que hice eso, una imagen borrosa diferente pero parecida a la del sueño pasó fugaz por mi mente.
Grité y caí al suelo.
Pero no escuché respuesta de Jason. No escuchaba ni su respiración.
Me extrañó y abrí la luz.
No estaba.
-Mierda -susurré apartándome de la cama.
Salí corriendo del la habitación. Todo me daba muy mala espina. Necesitaba respirar.
Cerré la puerta y me apoyé en la pared.
Lentamente fui cayendo y terminé sentada en el suelo, llorando.
¿Dónde estaba Jason ahora? ¿Por qué no podía dejar de desaparecer todo el mundo a mi alrededor? No paraba de perder lo único que me importaba. Mis padres, Jace, los chicos y ahora Jason.
Si Jason había marchado realmente ahora sí que no me quedaba nada. Nada salvo mi hijo.
Al final decidí que necesitaba beber algo y quitarme ese tormento de encima. Jason debía estar en cualquier parte, no tenía que ser tan pesimista.
-Respira, Noa -me repetí según avanzaba por el pasadizo para ir hacia las escaleras.
Llegué a ellas. Crujían sonoramente bajo mis pies y ese escalón roto casi me tira abajo.
A pesar de eso, llegué viva a la cocina.
Todo el rato con una mano sobre mi abdomen. Acto involuntario intentando proteger a mi hijo de esa confusa situación y de mi locura en aumento.
ESTÁS LEYENDO
Immortal (definitivo)
Misterio / SuspensoRe-edición de mi primera novela Immortal. La historia de Noa, una chica de 15 años que lo pierde todo en un trágico accidente y se ve obligada a irse a vivir con un familiar que deconocía por completo. A partir de ese encuentro, su vida dará un giro...