Capítulo 18: Los marginados

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Eran poco más de las cuatro cuando Jace subió a mi habitación a buscarme, donde yo me había ido para dejarle dormir un rato en el sofá.

-¿Estás mejor? -pregunté preocupada.

-Sí, no te preocupes, vamos a vestirnos que en media hora tenemos que marchar a mi casa -estaba mejor que antes, pero aún algo le atormentaba. Me dolía mucho verle de ese modo y no poder saber por qué. Pero tampoco quería saberlo. Tenía miedo a la verdad.

Jace se fue a la habitación de Jason a robarle ropa y yo busqué por dentro de mi armario.

Terminé cogiendo una camisa de tirantes negra a modo de vestido y me puse el bañador también negro.

Una vez lista bajé a buscarle y así coger dos toallas del baño.

Jace estaba justo en la entrada de la habitación de Jason, como si no quisiera entrar, o algo se lo impidiese.

Al verme venir no tuvo más remedio que entrar, pero le vi dudoso. Una mirada de rabia le cruzaba los ojos justo en el momento anterior a entrar.

No quise preguntar, supuse que sería por los celos que tuvo de él días atrás.

Cogí dos toallas de playa del baño y las llevé abajo. Las tiré en el sofá y empecé a preparar la merienda.

Yo no sabía cocinar, pero hacer dos bocadillos y ponerles jamón y queso no era difícil.

No puse ni tomate ni sal en el bocadillo de Jace, supuse que quería hacérselo a su gusto, y yo no sabía cómo era ese gusto. Darme cuenta de eso me deprimió un poco, pero era una tontería.

Cuando terminé le dejé el suyo en la mesa y el mío a su lado, ya preparado.

Subí a llamarle porque no bajaba y vi que no estaba en la habitación de Jason, pero su cajón de las camisas seguía abierto y algo revuelto.

Miré en el baño y tampoco, pero no podía haber ido muy lejos sin pasar por la cocina.

Subí a mi habitación, era la única que quedaba por mirar, pero no estaba ahí.

Me senté preocupada sobre mi cama y busqué mi diario.

"Viernes, 17 de abril, 1988.

Querido diario,

La última vez que escribí Jason se había ido, y Jace era el único amigo que tenía.

Las cosas han cambiado un poco, a pesar de que Jason sigue sin aparecer, ahora Jace es mi novio.

Se me hace raro llamarle así, pero es lo que es.

Jace es un tío genial, y me trata increíblemente, pero creo que me esconde cosas. Muchas.

Le entiendo, ha pasado una vida muy dura desde lo de su padre, pero puede confiar en mí y no lo hace.

La otra noche tuve un sueño horrible en casa de Jace, creí que había sido verdad, y esa realidad me horrorizaba, pero supongo que entre Eric y Jace me han convencido de que fue una desagradable coincidencia todo lo ocurrido en el sueño y después de él.

Desde entonces que tengo miedo a preguntar nada más, me da la sensación que algo anda mal, y que la verdad me haría mucho daño. Es por eso, también, que permito a Jace que me esconda cosas a pesar de que me dé algo de rabia.

Eric es uno de los marginados, pero es un chico genial. Y según ellos, todos lo son.

Smith y Dave, dos de los del grupo con el que iba Jace hasta hace poco, murieron el día que tuve el sueño, esta fue una de las trágicas coincidencias, pero Eric no me dijo cómo murieron, lo que en un principio me hizo dudar de si, como en el sueño, habían muerto en manos de Immortal.

Immortal (definitivo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora