Under the Rain °[IT- Eddie Kaspbrak]

IX

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¿VALENTÍA INDECISA?

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Todos quedamos totalmente pasmados, nuestros pulmones captaban el oxígeno posible en cada inhalada, los músculos tensos y rígidos, el corazón con latidos acelerados... esto en definitiva no era sólo un mal sueño.

Beverly fue la primera en moverse — Gracias Ben, Mike —Fue habla Bill, lo miró y se abrazaron, luego se dirigió a mí.

—¿Estás bien, Bev?

—Me siento mejor, tranquila ¿Pero y tú?

—¿Morgan, te sientes bien? Estás mareada y tus manos tiemblan —Pregunta Eddie —Oh no, sé que se siente esta ansiedad, sólo respira —No me había sucedido esto antes, me apoyé unos segundos en él siguiendo su consejo y de a poco me calmé.

—Gracias Edd, gracias chicos.

—Eso nos vio y sabe dónde estamos.

—Siempre lo supo, h-hay que irnos.

—¿Qué?¿A dónde?

—A Neibolt, es donde de encuentra G-Georgie.

—¿En serio, después de esto?

—Bill tú viste lo que pasó, no sé si...

—Es verano, deberíamos estar jugando.

—Si dices v-verano otra vez, Richie... —Sin tiempo de continuar se subió a su bicicleta molesto y se alejó.

—¡Bill!

—Debemos hacer algo o hará una locura.

—Pero tú ibas a decir...

—Sé que iba a negarme a acompañarlo Mike, tampoco puedo dejar a mi amigo solo allá.

—Morgan tiene razón, tenemos que ir —Apoyó Beverly.

—Vamos

Todos fuimos lo más rápido que pudimos en nuestras bicicletas hacia la casa de la calle Neibolt y ahí lo vimos a punto de entrar —¡Bill! No entres, es una locura.

—No tenían que venir conmigo. Pero les pregunto ¿Qué pasará cuando otro Georgie desaparezca? Otra Betty u otro Corcoran, uno de nosotros ¿Fingirían que no pasa nada como todos los demás? Porque yo no —Comenzó a lagrimear, sus palabras eran fuertes y muy ciertas, sin embargo, todos lo escuchamos sin interrumpir —Cuando regreso sólo veo que mi hermano no está ahí, sus juguetes, su ropa, sus peluches pero él no. Entrar a esta casa es más fácil que entrar a la mía.

—Wow

—¿Qué?

—No tartamudeó ni un poco.

—Esperen ¿No creen que alguien debería quedarse vigilar? En caso de una emergencia.

—¿Quién quiere quedarse aquí? —La mayoría levantó el brazo, yo la verdad estaba indecisa de entrar.